Max Hollein, director del museo Metropolitan: ¡°Debemos ser una instituci¨®n m¨¢s honesta¡±
Golpeada por la pandemia, la instituci¨®n neoyorquina se embarca por su 150? aniversario en una reflexi¨®n sobre su pasado y sobre el papel que debe desempa?ar en el mundo y en la ciudad
Cuando Max Hollein (Viena, 1969) se convirti¨® en 2018 en el d¨¦cimo director de la historia del Metropolitan Museum de Nueva York, la instituci¨®n cultural m¨¢s prestigiosa de Estados Unidos, no habr¨ªa podido imaginar los acontecimientos que le tocar¨ªa vivir dos a?os despu¨¦s, coincidiendo con el 150? aniversario de la instituci¨®n. En marzo, a pocos d¨ªas de inaugurar Making the Met, la exposici¨®n estrella de las celebraciones, que plantea un recorrido por la historia del museo, la pandemia de...
Cuando Max Hollein (Viena, 1969) se convirti¨® en 2018 en el d¨¦cimo director de la historia del Metropolitan Museum de Nueva York, la instituci¨®n cultural m¨¢s prestigiosa de Estados Unidos, no habr¨ªa podido imaginar los acontecimientos que le tocar¨ªa vivir dos a?os despu¨¦s, coincidiendo con el 150? aniversario de la instituci¨®n. En marzo, a pocos d¨ªas de inaugurar Making the Met, la exposici¨®n estrella de las celebraciones, que plantea un recorrido por la historia del museo, la pandemia del coronavirus oblig¨® a cerrar. A finales de agosto, tras el cierre m¨¢s largo con diferencia de la historia de su historia, el museo volvi¨® a abrir las puertas, con aforo limitado. La alegr¨ªa por un atisbo de vuelta a la normalidad se mezcla con el dolor por el da?o causado a la instituci¨®n por una crisis que, explica Hollein en conversaci¨®n telef¨®nica, ha permitido al museo reflexionar sobre su lugar en la sociedad.
Pregunta. ?C¨®mo se siente al volver a ver p¨²blico otra vez en el Met?
Respuesta. Cerrar durante tanto tiempo nos hizo darnos cuenta de todo lo que un museo significa en nuestras vidas, en la comunidad. Es emocionante ver a la gente volver, y creo que ahora lo ven con m¨¢s atenci¨®n, porque ya no dan por hecho el poder venir a un museo.
P. ?Cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ el museo en volver a una cierta normalidad?.
R. Depende de c¨®mo definamos normalidad, pero llevar¨¢ al menos dos a?os. Tiene que volver el turismo, por ejemplo. Pero ya hay una cierta normalidad desde que reabrimos. Nuestro valor esencial no es vender entradas: es crear la mejor experiencia para el p¨²blico. Ha habido da?os financieros, hemos tenido que encoger la instituci¨®n en un 20% mientras nos preparamos para el pr¨®ximo par de a?os. Son tiempos muy duros. Pero ser visitado por cinco millones de personas y no por siete millones y medio no quiere decir que seamos menos relevantes.
P. ?Por qu¨¦ decidieron aprovechar el aniversario para una reflexi¨®n colectiva sobre c¨®mo un museo as¨ª se relaciona con su historia?
R. La tendencia siempre es celebrar los ¨¦xitos, pero quisimos asegurarnos, antes incluso de la pandemia, de que reflexion¨¢bamos sobre las zonas m¨¢s complejas del desarrollo de la instituci¨®n, incluso los errores y los fracasos.
P. Llega a parecer, leyendo los textos de la muestra, que hay una necesidad de dar explicaciones. Un deseo de pedir perd¨®n por la falta de diversidad, por la forma en la que se construy¨® la colecci¨®n e incluso por la vida de algunos de sus benefactores...
R. No dir¨ªa pedir perd¨®n. La historia es compleja. Un objeto hay que mirarlo desde m¨²ltiples perspectivas, y el contexto hist¨®rico, pol¨ªtico y social es importante para comprenderlo. Estamos muy agradecidos por nuestra historia, pero debemos construir sobre ella y desarrollarnos m¨¢s. Una colecci¨®n refleja un gusto. Igual que el Prado es un reflejo del gusto de los Habsburgo, el Met refleja el gusto y las prioridades de los coleccionistas estadounidenses, y de las oportunidades que tuvieron. Procede expandirlo un poco, y hay claramente prioridades. Entre las partes poco representadas est¨¢ el arte nativo americano, que solo entr¨® la colecci¨®n de manera importante en los ¨²ltimos tres o cuatro a?os. Hay que ver los agujeros, e identificar las zonas donde sientes que puedes contar la historia adecuada a los tiempos actuales.
P. En este estudio sobre el pasado, ?qu¨¦ lecciones extraen para el futuro?
R. El Met es una instituci¨®n de la memoria. Hay que mirar al pasado. E igual que el futuro ser¨¢ defectuoso, el pasado lo es tambi¨¦n. La idea de que podemos definir el futuro recreando el pasado y quitando todo lo defectuoso es el camino equivocado. Hay que comprender las complejidades del pasado, reconocerlas, para tener una mejor perspectiva del futuro y modelarlo de manera m¨¢s informada. Para nosotros el futuro ser¨¢ cumplir m¨¢s con nuestro mandato de ser un museo no solo del mundo, sino para el mundo. A trav¨¦s de las plataformas digitales, debemos diseminar nuestra colecci¨®n, estar presentes en la conversaci¨®n global, ser accesibles a todo el mundo. Debemos ser un museo enciclop¨¦dico no solo en su colecci¨®n sino en su alcance. Debemos mostrar un entendimiento de culturas variadas pero tambi¨¦n c¨®mo esas culturas est¨¢n todas interconectadas. Debemos ser una instituci¨®n m¨¢s honesta. Tendemos a pensar que tenemos que hablar con una sola voz acreditada, pero incluso dentro de nuestra instituci¨®n hay m¨²ltiples voces. A veces es bueno que se vea lo que no sabemos, lo que dudamos, en vez de solo las cosas de las que estamos seguros.
P. La aspiraci¨®n de universalidad del museo es m¨¢s bien una visi¨®n del mundo espec¨ªfica, que ha cambiado a lo largo de los a?os pero es principalmente blanca, euroc¨¦ntrica y masculina.
R. Los museos enciclop¨¦dicos tienen una tendencia a contar la historia de las culturas del mundo de manera lineal, occidental y euroc¨¦ntrica. Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma¡ Pero no hay una historia lineal. Ni siquiera es una sola historia. Hay m¨²ltiples historias que se cruzan y m¨²ltiples puntos de vista que debes tener en cuenta. El Met lleva tiempo en ese camino. Pero tambi¨¦n es una instituci¨®n estadounidense, as¨ª que hay que lograr un cierto di¨¢logo entre esas dos identidades, universal y estadounidense.
P. Esa idea de trascender la narrativa lineal es algo que ocupa a numerosos museos del mundo en los ¨²ltimos a?os, desde la Tate Modern al propio MoMA¡
R. Es muy cierto. Lo ¨²nico que tengo que a?adir es que ellos tienen 100 a?os para reordenar. Nosotros, cinco mil.