Andr¨¦s Su¨¢rez: ¡°Utilic¨¦ mi cara como imagen del disco porque me empec¨¦ a aceptar¡±
El cantautor gallego escruta su intimidad con las canciones de su octavo ¨¢lbum hom¨®nimo y comparte su euforia por trabajar junto a Mark¨¦ta Irglov¨¢
Una psic¨®loga le dijo una vez a Andr¨¦s Su¨¢rez que nadie es inmune al amor t¨®xico, que ingenieros, f¨ªsicos, m¨¦dicos o intelectuales han llegado a acabar con serios problemas emocionales por las relaciones p¨¦ndulo. ?l aguant¨® en aquel enamoramiento cuatro meses. Despu¨¦s volvi¨® a Galicia y le sali¨® a borbotones Despi¨¦rtame, una de las canciones de su disco hom¨®nimo, publicado en junio. ¡°Me qued¨¦ a gusto. La vida es demasiado maravillosa como para perder el tiempo en la oscuridad¡±, defiende. En esa puja por encon...
Una psic¨®loga le dijo una vez a Andr¨¦s Su¨¢rez que nadie es inmune al amor t¨®xico, que ingenieros, f¨ªsicos, m¨¦dicos o intelectuales han llegado a acabar con serios problemas emocionales por las relaciones p¨¦ndulo. ?l aguant¨® en aquel enamoramiento cuatro meses. Despu¨¦s volvi¨® a Galicia y le sali¨® a borbotones Despi¨¦rtame, una de las canciones de su disco hom¨®nimo, publicado en junio. ¡°Me qued¨¦ a gusto. La vida es demasiado maravillosa como para perder el tiempo en la oscuridad¡±, defiende. En esa puja por encontrarse a s¨ª mismo ha sacado su creaci¨®n m¨¢s personal ¨Ccon su nombre propio y su rostro¨C y ha cumplido uno de sus sue?os: colaborar con Mark¨¦ta Irglov¨¢. La compositora, que gan¨® un Oscar a mejor canci¨®n junto a Glen Hansard por Falling Slowly de la pel¨ªcula Once, ha cantando junto a Su¨¢rez en Nuestra canci¨®n, uno de los cinco temas in¨¦ditos que incluy¨® en el disco con la compra anticipada.
El cantautor Andr¨¦s Su¨¢rez (Ferrol, 37 a?os) hace m¨²sica de lo que ve, revive la historia y la interpreta de la misma forma que habla: con emoci¨®n, cuidado por el uso de los t¨¦rminos y una defensa vehemente por lo que considera justo. Hace un par de semanas, justo antes de sacar Nuestra canci¨®n con Mark¨¦ta Irglov¨¢, estaba nervioso e impaciente en un bar de Madrid porque es un gran admirador de la artista. ¡°Era tan humilde que me mandaba la voz y dec¨ªa que a lo mejor estaba mal, que le diera mi opini¨®n. Adem¨¢s de ella, he conocido a Serrat, a Sabina, a Aute, a Ferreiro; a los grandes. Para m¨ª lo son en todos los sentidos. Son las personas m¨¢s humildes¡±, afirma.
?l tambi¨¦n habla como si fuera un regalo que Andr¨¦s Su¨¢rez ¨Cque se retras¨® de marzo a junio¨C fuera el disco m¨¢s vendido en Espa?a en su semana de lanzamiento. Los productores Tato Latorre y Toni Brunet escucharon la selecci¨®n de los 10 temas y le instaron, cada uno por su lado, a que lo titulara con su nombre. ¡°Antes no me atrev¨ªa ni a poner mi imagen f¨ªsica: mi cartel de la gira era una foto de un paisaje¡±, admite. ?Qu¨¦ pas¨® para salir en el v¨ªdeo, para rememorar en una canci¨®n a un amigo que muri¨® de sobredosis en Ferrol con 15 a?os, para que hablara de una amante o de su familia? ?l considera que es a causa del momento y el lugar. ¡°Llevo ocho discos, 20 a?os y creo que era ahora o nunca, que deb¨ªa ser m¨¢s personal. Estaba en una discogr¨¢fica, me fui a otra; estaba en una oficina de management y me fui a otra. Hubo muchos cambios en mi vida¡±, reflexiona.
El resultado es su realidad sesgada, ya que el autor es ego¨ªsta y narra lo que ve. ¡°A lo mejor la protagonista de Despi¨¦rtame tiene otro punto de vista distinto¡±, dice. ¡°De todas formas, fui afortunado en el amor... excepto en esta historia¡±, se?ala. No se entendieron porque ¨¦l es adicto al futuro. ¡°No he mirado atr¨¢s en ning¨²n momento de mi vida. Ni cuando me fui de Galicia llorando en un tren despidi¨¦ndome de mi familia¡±, apunta. En cambio, ella estaba cargada de nostalgia. ¡°Lo que describe en Despi¨¦rtame es ese anhelo de pasado, como esa gente que considera que la vida le debe algo. La vida no te debe nada¡±, recalca con ¨ªmpetu. Como dice en la letra: ¡°Si vuelvo a verte que sea en una foto/ en blanco y negro como eras t¨² por dentro/ si me arrepiento de haberte echado lejos/ Despi¨¦rtame¡±.
Cientos de personas se han sentido identificadas y le han escrito por redes. ¡°Todos sentimos lo mismo. El concepto artista no me gusta. Yo no soy m¨¢s sensible que un ferretero, un panadero, un periodista o un profesor. Tengo la suerte de que me pagan por plasmar mi emoci¨®n en un papel, ?qu¨¦ maravilla!¡±, exclama. Se siente privilegiado por trabajar con sus sentimientos, pero asegura que es necesaria m¨¢s educaci¨®n emocional, porque a veces lo que ves en el espejo no te gusta. ¡°Cuando comentaba a colegas que iba a un psic¨®logo dec¨ªan: ¡®Ah, que est¨¢s loco¡¯. No, es que me apetece mirarme, cuidarme, nutrirme", sostiene. Lo vincula a las relaciones t¨®xicas, porque gente que tiene buena autoestima no admite un mal amor.
¡°Acabo de descubrirlo: utilic¨¦ mi cara como imagen del disco porque me empec¨¦ a aceptar. Es muy f¨¢cil esconderse porque no te gustas", comenta. Reconoce que a la m¨²sica le sienta bien las emociones farragosas como la ira, el dolor y la melancol¨ªa. Esa sensaci¨®n que plasma el artista Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez con su ¡°que te den lo que no pude darte aunque yo te haya dado de todo¡±. Todo se queda en el escenario: "El otro d¨ªa cantando Rosa y Manuel [que habla sobre el amor de sus abuelos y del alzh¨¦imer de uno de ellos] me puse a llorar, porque vuelvo a oler a mi abuelo. Dura tres minutos, luego me voy a mi casa y estoy de puta madre¡±, remarca con una sonrisa.
¡°Lo contrario de lo que sucede en el Parlamento es al arte y la cultura¡±
El m¨²sico gallego se mantiene tajante al criticar las medidas pol¨ªticas que se han llevado a cabo para salvar la cultura durante la crisis de la covid-19. ¡°Lleg¨® el confinamiento y los pol¨ªticos alentaban a la gente a que se pusiera una canci¨®n. Luego, ellos mismos, cierran los teatros de la Gran V¨ªa para abrir grandes cadenas internacionales de ropa. ?V¨¢yanse ustedes al carajo! Resulta que la cultura fue lo que nos salv¨® la mente¡±, protesta. Uno de los locales de su despegue, Galileo Galilei (en Madrid), no sabe si va a volver a abrir. ¡°Llevan 35 a?os programando m¨²sica en directo. No solo ese lugar, en los miles de conciertos hay una cifra de contagios: cero¡±, reprocha. Sus amigos m¨¦dicos y su madre, que es enfermera, le dicen que no hay riesgo de brotes gracias a las medidas higi¨¦nicas tan estrictas que aplican. ¡°Tardan dos horas organizar los asientos, ?f¨ªjate si son esclupulosos!", apunta indignado.
¡°Tenemos, en los conciertos, ¨²nicamente los ojos para abrazarnos. He visto a alguien venir con su hija de ocho a?os y, en medio de una canci¨®n, se ponen a llorar abrazados los dos. Eso es lo m¨¢s hermoso, es lo que representa para m¨ª la m¨²sica. Es la unidad. Lo contrario de lo que sucede en el Parlamento es al arte y la cultura¡±, sentencia. Se calcula que existen 700.000 trabajadores que dependen de la cultura; a Su¨¢rez le enfada que esas familias est¨¦n ¡°a la espera de medidas¡±. Tacha de ¡°desafortunada¡± la gesti¨®n de Jos¨¦ Manuel Uribes, el ministro de Cultura. Esta angustia la materializa su t¨¦cnico de monitores y de escenario, que rompe a llorar cuando el cantautor le llama para saber qu¨¦ tal est¨¢. ¡°Es el mejor t¨¦cnico de Espa?a¡±, afirma. Ahora se dedica a hacer mudanzas y tiene que malvender su equipo para pagar facturas de la luz. ¡°Ese testimonio es el que quiero que sepa el se?or ministro¡±, se queja.
El parche colocado para que la cultura siga vibrando, el streaming, no termina de convencerlo. ¡°Dicen que los conciertos ser¨¢n con el m¨®vil, pero no se puede comparar a compartir con amigos, con la pareja¡±, explica. Jam¨¢s pens¨® que iba a echar de menos subirse a un avi¨®n, a un tren. Llevaba 15 a?os sin parar cuatro meses y le daba ansiedad dormir en la misma cama todas las noches cuando empez¨® el confinamiento. ¡°Dice Iv¨¢n Ferreiro que el equilibrio es imposible, pero la sensaci¨®n de un directo es inigualable. Vale que hayamos perdido contacto f¨ªsico, pero nos estamos robotizando. A ver si nos vamos a acostumbrar a no tocarnos. Ser¨ªa horrible¡±, dice con seguridad. Una de las grandes cosas que echa de menos es abrazar a su madre, y ese dolor no puede mitigarse ni con mil pantallas.