Los vampiros y la no ficci¨®n
Los autores de los dos ensayos de referencia sobre el ¡®caso Enriqueta Mart¨ª' acusan a los responsables de la pel¨ªcula ¡®La vampira de Barcelona¡¯ de aprovecharse de su trabajo y reabren el debate sobre la protecci¨®n de los derechos de autor en las historias basadas en hechos reales
Cuando Elsa Plaza empez¨® a recibir felicitaciones porque se iba a hacer una pel¨ªcula contando la verdadera historia de Enriqueta Mart¨ª, esa que ella hab¨ªa relatado por primera vez en 2014 en su libro Desmontando el caso de La Vampira del Raval, la escritora enfureci¨®. Y el enfado a¨²n le dura. La pel¨ªcula, La vampira de Barcelona, producida por Filmax, Brutal Media y TV3; escrita por Llu¨ªs Arcarazo y Mar¨ªa Ja¨¦n, y dirigi...
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Cuando Elsa Plaza empez¨® a recibir felicitaciones porque se iba a hacer una pel¨ªcula contando la verdadera historia de Enriqueta Mart¨ª, esa que ella hab¨ªa relatado por primera vez en 2014 en su libro Desmontando el caso de La Vampira del Raval, la escritora enfureci¨®. Y el enfado a¨²n le dura. La pel¨ªcula, La vampira de Barcelona, producida por Filmax, Brutal Media y TV3; escrita por Llu¨ªs Arcarazo y Mar¨ªa Ja¨¦n, y dirigida por Llu¨ªs Dan¨¦s, gan¨® el premio del p¨²blico en Sitges y se estren¨® el 4 de diciembre. Dan¨¦s y la actriz Nora Navas, que interpreta a Mart¨ª, dijeron en entrevistas promocionales que el filme se hab¨ªa inspirado en el trabajo de Plaza, aunque se hizo sin contar con ella y en los cr¨¦ditos no se menciona a la autora ni a su libro.
Tambi¨¦n se indign¨® Jordi Corominas, autor del otro ensayo clave sobre el asunto: Barcelona 1912. El caso Enriqueta Mart¨ª (S¨ªlex), publicado meses despu¨¦s que el de la escritora argentina. ¡°No citarnos es burdo, poco profesional y poco ¨¦tico¡±, dice Corominas. Los responsables del filme replican que ya trabajaban en el tema antes de la aparici¨®n de esos t¨ªtulos y que emplearon m¨²ltiples fuentes.
El episodio pone de manifiesto el cortocircuito que se produce cuando una pel¨ªcula o una serie se basa en hechos reales ¨Cuna tendencia cada vez m¨¢s en boga ¨C y estos ya han sido narrados en alg¨²n libro de no ficci¨®n convertido en referente en el asunto, pero no se pagan derechos de autor a sus autores.
Enriqueta Mart¨ª mantuvo secuestrada en 1912 a una ni?a durante 17 d¨ªas en su casa, en lo que hoy es el Raval
Enriqueta Mart¨ª mantuvo secuestrada en 1912 a una ni?a durante 17 d¨ªas en su casa, en lo que hoy es el Raval de Barcelona. La prensa magnific¨® durante unos d¨ªas el episodio y convirti¨® a la secuestradora en una asesina en serie de ni?os. Esos cuentos se olvidaron, pero a medida que se aproximaba el centenario del caso revivieron y Mart¨ª, rebautizada como la vampira del Raval, se convirti¨® en un personaje de moda, una especie de Jack el destripador barcelon¨¦s que inspir¨® novelas y hasta un musical. Hace una d¨¦cada, esa fantas¨ªa la difund¨ªan los diarios, los reportajes televisivos y hasta la Wikipedia.
Plaza escribi¨® primero una de esas novelas, El cielo bajo los pies (Edhasa, 2009), la ¨²nica que se ce?¨ªa a los hechos, y, cinco a?os despu¨¦s, su ensayo, para el que buce¨® en la hemeroteca y en archivos oficiales. Si el libro de Plaza desactiva la leyenda con un enfoque sociol¨®gico y de g¨¦nero, el de Corominas escruta la cobertura que hizo del suceso la prensa de la ¨¦poca y pone en solfa los errores y excesos que nutrieron lo que llam¨® ¡°la mentira de la vampira¡±.
Ning¨²n responsable de la pel¨ªcula contact¨® con Corominas, que dice que cuando ley¨® entrevistas en las que Dan¨¦s les citaba a ¨¦l y a Plaza le pareci¨® ¡°muy c¨ªnico, porque eso es no tener ning¨²n respeto por el trabajo ajeno¡±. Arcarazo, uno de los guionistas, s¨ª habl¨® con Plaza hace unos a?os. ¡°Me estuvo preguntando, me grab¨® y me pag¨® un t¨¦. Eso he sacado, un t¨¦¡±, dice la escritora, que cuando vio que la pel¨ªcula iba adelante, pero nadie contactaba con ella, llam¨® al guionista. ¡°Me dijo que mi libro solo era una fuente m¨¢s¡±.
¡°No citarnos es burdo, poco profesional y poco ¨¦tico¡±Jordi Corominas
Arcarazo se desentendi¨® de la pel¨ªcula a media producci¨®n. No la ha visto y pidi¨® no salir en los cr¨¦ditos, dice, aunque aparece en ellos. Cuenta que el proyecto se lo encarg¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada el productor Pedro Costa, art¨ªfice de la serie La huella del crimen, que quer¨ªa hacer una ficci¨®n sobre la asesina en serie de ni?os, pero hurgando en la hemeroteca, vio que todo eran patra?as. Ese viraje ¨Cque le distanci¨® de Costa¨C le llev¨® hasta Plaza, explica. ¡°Ella fue una fuente; la m¨¢s valiosa, pero una fuente m¨¢s¡±. Arcarazo argumenta que como la pel¨ªcula tiene partes de ficci¨®n, de haber dicho que se inspiraba en el libro, de lo que les acusar¨ªan es ¡°de tergiversar la historia¡±.
Dan¨¦s dice que no quiere pol¨¦micas y afirma que Ja¨¦n y Alcarazo recopilaron 125 art¨ªculos de prensa de la ¨¦poca, y que se entrevistaron con las hijas de una mujer que de ni?a convivi¨® con Enriqueta Mart¨ª y su secuestrada. ¡°Lamento que Corominas y Plaza est¨¦n enfadados, pero nadie me ha dicho nada¡±, a?ade. La pel¨ªcula tiene un protagonista ficticio, pero en lo que respecta al secuestro se ci?e a hechos reales. Todos ellos aparec¨ªan en los libros. Y la tesis, ficcionada en pantalla, de que el asunto se magnific¨® para desviar la atenci¨®n de un esc¨¢ndalo de prostituci¨®n de menores est¨¢ tambi¨¦n en el de Plaza. ¡°Yo no he escrito el guion, pero Alcarazo y sobre todo Mar¨ªa Ja¨¦n en las ¨²ltimas versiones, trabajaron a partir de las fuentes de la ¨¦poca, que supongo que ser¨¢n las mismas que usaron Plaza y Corominas¡±, argumenta el director.
Lo habitual cuando una pel¨ªcula se basa en hechos reales y hay un libro conocido sobre el tema, es que la productora compre los derechos del mismo. Los guionistas de La vampira de Barcelona han trabajado en otros proyectos donde se segu¨ªa ese precepto. Arcarazo escribi¨® Salvador (Manuel Huerga, 2006), sobre el caso Puig Antich, y que se hac¨ªa constar que se basaba en el libro de Francesc Escribano Cuenta atr¨¢s. Y Ja¨¦n particip¨® en Descalzo sobre la tierra roja (Oriol Ferrer, 2013), miniserie basada casualmente en otro libro de Escribano, sobre el religioso Pedro Casald¨¤liga, y el periodista consta junta a ella como guionista.
En casos como los de las adaptaciones de fen¨®menos editoriales como Gomorra (Debate), de Roberto Saviano, o Fari?a (Libros del K.O.), de Nacho Carretero, el propio t¨ªtulo constituye una marca: comprar los derechos es obtener un gancho comercial. Emilio S¨¢nchez Mediavilla, de Libros del K.O., editorial especializada en no ficci¨®n, a?ade otro factor. ¡°Cuando se despierta el inter¨¦s entre varias productoras sobre un tema que ha aparecido en un libro, comprar los derechos es una forma de lanzar el mensaje de que t¨² vas por delante¡±. Para S¨¢nchez Mediavilla, hay que buscar sinergias con la industria audiovisual. La estrategia de Libros del K.O., explica, es ofrecer a las productoras un paquete que adem¨¢s de las historias escritas por sus autores incluya el trabajo de investigaci¨®n, el acceso a las fuentes o la colaboraci¨®n del escritor en el desarrollo del guion.
Pero, ?y si la productora en cuesti¨®n da la espalda, al menos de puertas para afuera, a los libros que ya la hab¨ªan relatado la historia? ¡°De los hechos no digo nada. Pero incluso si ya eran conocidos, uno luego escribe su cr¨®nica, los ordena. Esa organizaci¨®n de los hechos es un relato, y eso no se puede copiar¡±, defiende el periodista Arcadi Espada, que en 2006 se encontr¨® en una situaci¨®n similar a la de Plaza y Corominas. Espada no lleg¨® al juzgado, pero acus¨® al dramaturgo Juan Mayorga de haber plagiado en el montaje Hamelin su libro Raval. Del amor a los ni?os, donde relataba otra historia de falsos culpables en el barrio donde vivi¨® Enriqueta Mart¨ª, otra bola de nieve a base de excesos institucionales y period¨ªsticos de nuevo con la coartada de la protecci¨®n de la infancia, en aquella ocasi¨®n a vueltas con una supuesta red de pederastas que nunca existi¨®.
Combatir en los tribunales la vampirizaci¨®n de un libro de no ficci¨®n es librar una batalla sin apenas armas
Pero combatir en los tribunales la vampirizaci¨®n de un libro de no ficci¨®n es librar una batalla sin apenas armas. Carlos Garriga, jefe de comunicaci¨®n de la Asociaci¨®n para el Desarrollo de la Propiedad Intelectual (Adepi), precisa que para la legislaci¨®n ¡°el conocimiento no es objeto de protecci¨®n¡±, aunque los hechos descritos en un libro ¡°los haya descubierto el autor¡±. Si la pel¨ªcula ¡°reproduce la trama o la estructura¡± del libro, un juez s¨ª puede considerar que ha habido plagio, pero este es un concepto que ni aparece en la Ley de Propiedad Intelectual. S¨ª es citado en el art¨ªculo 270 del C¨®digo Penal, pero sin ninguna concreci¨®n. Y si esa indefinici¨®n convierte casi cualquier juicio por plagio en una moneda al aire, los problemas son a¨²n mayores para quienes se dedican a escribir sobre hechos reales. A menos, claro, que narren vivencias personales, como en unas memorias.
Patricia Mariscal, directora del departamento de propiedad intelectual y nuevas tecnolog¨ªas del bufete Bardaj¨ª-Honrado, abunda en ese aspecto. ¡°Cuando partes de sucesos reales, es m¨¢s complicado, porque entran en el dominio p¨²blico, como las ideas¡±. De modo, admite, que el reconocimiento del trabajo de los escritores queda b¨¢sicamente en manos de la voluntad de aquellos que se inspiran en ellos, esa que S¨¢nchez Mediavilla aboga por incentivar.
Sobre ese punto, Espada compara la actitud de Mayorga con la del cineasta Joaquim Jord¨¤, que dirigi¨® De ni?os, un documental sobre el mismo caso que abordaba Raval, y s¨ª contact¨® con ¨¦l para pedirle los derechos, pese a que el periodista considera la pel¨ªcula mucho menos deudora del libro que la obra de teatro. Espada, que asegura haber detectado plagios de sus trabajos en otras ocasiones ¨C¡±supongo que es lo que pasa cuando te dedicas a los hechos¡±, concede¨C, renunci¨® finalmente a judicializar el caso porque no se entendi¨® con su abogada, cuenta, y no pod¨ªa dedicarle m¨¢s tiempo al tema.
Corominas y Plaza tampoco recurrir¨¢n a los juzgados. ¡°Solo servir¨ªa para hacerles publicidad¡±, dice el primero, cuyo libro se va a traducir al franc¨¦s. ¡°No puedes hacer nada¡±, se lamenta Plaza, que afirma que a ella tambi¨¦n la han copiado otras veces y argumenta que la justicia cuesta dinero y que ya ha gastado bastante en esta historia. En su momento, ninguna editorial se interes¨® por su ensayo, as¨ª que acab¨® pagando 2.500 euros para editarlo, seg¨²n consta en el contrato que suscribi¨® con la editorial Icaria, de los que asegura que no recuper¨® ni la mitad. Finiquitado aquel acuerdo, Plaza ha cedido los derechos de la obra a El Lokal, una cooperativa con la que colabora y que, coincidiendo con el estreno de la pel¨ªcula, ha sacado una nueva edici¨®n. ¡°Los investigadores nunca somos reconocidos. Y no me refiero a que hablen de ti¡±, aclara. ¡°Ser reconocida es ser retribuida por tu trabajo¡±.
Tres casos ¡®made in¡¯ Hollywood
El estreno en cines de 'La Vampira de Barcelona' coincidi¨® con el de 'Mank' en Netflix. La pel¨ªcula, dirigida por David Fincher y escrita por Jack Fincher, padre del realizador, se basa en la tesis desplegada por Pauline Kael en su art¨ªculo de 1971 'Raising Kane' ¨Cy desacreditada despu¨¦s ¨C, seg¨²n la cual el m¨¦rito del guion de 'Ciudadano Kane', firmado por Herman Mankiewicz y Orson Welles, correspond¨ªa muy mayoritariamente al primero. El historiador cinematogr¨¢fico Joseph McBride le ha afeado a la pel¨ªcula de Fincher que, trat¨¢ndose de una obra que habla de autor¨ªas, no aparezcan acreditados ni Kael ni tampoco Greg Mitchell ni Richard Meryman, autores de dos libros que seg¨²n McBride tambi¨¦n son usados como fuentes en el guion.
No siempre esas pr¨¢cticas quedan impunes. En 1974, el escritor David W. Maurer demand¨® por 10 millones de d¨®lares a la productora y el guionista de 'El golpe' porque consideraba que la pel¨ªcula plagiaba 'The Big Con', un libro de no ficci¨®n que hab¨ªa publicado en 1940 sobre el mundo de los estafadores y los bajos fondos. Aunque el guionista, David S. Ward, insisti¨® en que hab¨ªa usado m¨¢s fuentes, el asunto se resolvi¨® con un acuerdo por cientos de miles de d¨®lares.
Y eso que en Estados Unidos, explica Emilio S¨¢nchez Mediavilla, de Libros del K.O., ¡°se paga no solo por libros, sino tambi¨¦n por reportajes¡±. Le pas¨® al periodista brit¨¢nico John Carlin, al que los productores de La jungla 4.0, cuarta entrega de las aventuras del superpolic¨ªa John McLane, le pagaron por los derechos del art¨ªculo 'A Farewell to Arms', publicado en 'Wired', porque los guionistas se inspiraron en ¨¦l para la trama.