La miseria moral

En la personalidad de Enriqueta Mart¨ª se hace carne aquel eslogan de la m¨ªtica serie de Televisi¨®n Espa?ola La huella del crimen: ¡°La historia de un pa¨ªs es tambi¨¦n la historia de sus cr¨ªmenes¡±. Y, sin embargo, pese a que en su fondo la historia de la llamada Vampira del Raval ¡ªacusada de secuestro de ni?os, proxenetismo y de asesinatos en serie en la Barcelona de 1912, en los a?os inmediatamente posteriores a la Semana Tr¨¢gica¡ª entroncar¨ªa a la perfecci¨®n con el esp¨ªritu de la serie de Pedro Costa, cu¨¢n distinta es la aproximaci¨®n formal de Llu¨ªs Dan¨¦s en La vampira de Barcelona, estrenada en el festival de Sitges, donde obtuvo el Premio del P¨²blico.

En los mejores episodios de La huella del crimen, hiperrealistas y desde el punto de vista de los asesinos, se pod¨ªa oler la indigencia del pa¨ªs, la pobreza, la suciedad, la degradaci¨®n moral de los de arriba tanto o m¨¢s que la de los de abajo. En La vampira de Barcelona, Dan¨¦s ha optado por virar el punto de vista hacia un periodista que investiga el caso, y sobre todo ha elegido un evidente distanciamiento de la podredumbre a pie de calle a trav¨¦s de distintos fundamentos estil¨ªsticos: el blanco y negro; apariciones puntuales del color, con predominio del rojo, a veces en secuencias completas, otras en elementos concretos del plano en blanco y negro; fragmentos relacionados con el onirismo, producto de la adicci¨®n a la morfina del periodista, culminados con cort¨ªsimas animaciones para enlazar secuencias; despojamiento en ciertos decorados de interior; ralent¨ªs; cierto expresionismo y hasta surrealismo, en apariencia ligados a la obra de David Lynch, el de El hombre elefante en el primer caso, y el de Twin Peaks en el segundo.

El resultado es una obra ambiciosa, a veces grandilocuente, y que quiz¨¢ no alcance el arte que pretende, pero que siempre fructifica con valent¨ªa y con singularidad. Adem¨¢s, la pel¨ªcula en todo momento va hacia arriba, hasta desembocar en un ¨²ltimo tramo donde brotan con coraje las intenciones sociales y pol¨ªticas, desmitificadoras de la leyenda, en torno a la relaci¨®n de los secuestros con las altas esferas del poder y la prostituci¨®n. La historia de un pa¨ªs es tambi¨¦n la de su miseria moral.