En busca de s¨ª misma

Como una huida de los dem¨¢s y al encuentro consigo mismo, en 1878, Robert Louis Stevenson, que a¨²n no hab¨ªa publicado La isla del tesoro ni El extra?o caso del doctor Jeckyll y Mr. Hyde, de salud escasa a causa de la tuberculosis y el tormento interior por su amor por una mujer con hijos, separada pero no...

Como una huida de los dem¨¢s y al encuentro consigo mismo, en 1878, Robert Louis Stevenson, que a¨²n no hab¨ªa publicado La isla del tesoro ni El extra?o caso del doctor Jeckyll y Mr. Hyde, de salud escasa a causa de la tuberculosis y el tormento interior por su amor por una mujer con hijos, separada pero no divorciada, emprendi¨® un viaje por la cadena monta?osa de las C¨¦vennes, en Francia, junto a una burra llamada Modestine. La aventura acab¨® convirti¨¦ndose en un personal¨ªsimo volumen de viajes: Viajes con una burra por los montes de C¨¦vennes, editado un a?o despu¨¦s.

Inspirada por el trayecto de Stevenson, transformado m¨¢s tarde en ruta tur¨ªstica, en una especie de Camino de Santiago para creyentes en la literatura y en la monta?a, la guionista y directora francesa Caroline Vignal ha compuesto la comedia Antoniette dans les C¨¦vennes, rebautizada en Espa?a con el expl¨ªcito t¨ªtulo de Vacaciones contigo¡­ y tu mujer. Una comedia que en muy poco se parece al esp¨ªritu del original de Stevenson, y que quiz¨¢ est¨¦ m¨¢s cerca del trayecto interior y exterior experimentado por un personaje fundamental de la cultura popular en el paso de los siglos XX a XXI: Bridget Jones.

A la profesora de educaci¨®n infantil que interpreta Laure Calamy, casi con tantos mohines como Ren¨¦e Zellweger, se le ocurre que la mejor manera de no echar de menos durante una semana a su amante y padre de una de sus alumnas es seguirlo en sus vacaciones junto a su esposa e hija. As¨ª, se establecen una serie de situaciones de desigual comicidad donde la muy valiente mujer, como la Bridget de Helen Fielding, camina todo el rato por el alambre de la brava osad¨ªa, el rid¨ªculo puntual y el patetismo personal.

¡°Lo que cuenta no es el destino sino el camino¡±, viene a decir la pel¨ªcula. Pero la frase, perfecta para abrazar la intr¨¦pida dignidad de la mujer y para lograr pasar de la dependencia del hombre casado a la independencia ¨ªntima, no acaba de cuajar. Primero, porque en los encuentros con el resto de caminantes, cuyas reacciones ante el conflicto pueden ser una buena muestra social de lo que se piensa de la infidelidad como concepto, los hombres vuelven a estar demasiado presentes. Y segundo, y esencial en este caso pues estamos ante una comedia sin ansias de trascendencia, porque las situaciones apenas tienen una gracia moderada.