Tom Hanks y poco m¨¢s

Aunque el w¨¦stern, un g¨¦nero que rein¨® durante infinito tiempo en los gustos de la cinefilia m¨¢s exigente y entre el gran p¨²blico, lleve agonizando d¨¦cadas, no hay forma de que nadie pueda firmar su defunci¨®n. Todo tipo de historias pueden seguir ocurriendo en los grandes horizontes, en los espacios abiertos, entre forajidos, vaqueros, indios, pioneros y soldados. Y es muy curioso que en los ¨²ltimos a?os se acerquen vocacionalmente a ¨¦l prestigiosos directores europeos. Existen antecedentes, como los italianos que pretendieron reinventar el g¨¦nero en aquella duradera, est¨²pida y grotesca moda ...

Aunque el w¨¦stern, un g¨¦nero que rein¨® durante infinito tiempo en los gustos de la cinefilia m¨¢s exigente y entre el gran p¨²blico, lleve agonizando d¨¦cadas, no hay forma de que nadie pueda firmar su defunci¨®n. Todo tipo de historias pueden seguir ocurriendo en los grandes horizontes, en los espacios abiertos, entre forajidos, vaqueros, indios, pioneros y soldados. Y es muy curioso que en los ¨²ltimos a?os se acerquen vocacionalmente a ¨¦l prestigiosos directores europeos. Existen antecedentes, como los italianos que pretendieron reinventar el g¨¦nero en aquella duradera, est¨²pida y grotesca moda (ya s¨¦ que a Tarantino le apasiona) denominada spaguetti western, pero ahora lo hacen creadores tan potentes y sofisticados como el franc¨¦s Jacques Audiard con la espl¨¦ndida y fracasada Los hermanos Sisters y el ingl¨¦s Paul Greengrass con esta correcta, irregular, aburrida a ratos Noticias del gran mundo.

Su argumento es deudor de un w¨¦stern ¨¦pico, complejo, grandioso, emotivo y amargo que firm¨® un tal John Ford y titulado Centauros del desierto. O sea, palabras mayores. Y es inevitable que establezcas comparaciones, que recuerdes con agradecimiento la larga odisea de aquel personaje volc¨¢nico, perdedor, racista, vengativo, solitario y al final desoladoramente solo que dedica su obsesiva existencia a buscar a la sobrina que fue raptada por los comanches cuando era una ni?a. Aqu¨ª un hombre justo, generoso, imaginativo, racional y tolerante, alguien que intenta sobrevivir en su incesante recorrido por los pueblos contando historias a los lugare?os e inform¨¢ndoles de las noticias m¨¢s trascendentes del mundo que han sido impresas en los peri¨®dicos, se encuentra en su camino con una cr¨ªa escandalosamente rubia pero con alma kiowa, que fue secuestrada por ellos y no posee ninguna gana de ser devuelta a sus parientes y a la comunidad blanca. Ambos compartir¨¢n aventuras, persecuciones y acorralamiento en su retorno a las ra¨ªces familiares de la cr¨ªa.

A diferencia de la obra maestra de Ford, en la que todo era sutil, imprevisible y magn¨¦tico, en esta pel¨ªcula tengo la molesta sensaci¨®n de que s¨¦ lo que va a ocurrir en cada secuencia, lo que van a decir, a realizar y a sentir los personajes. Y la emoci¨®n no aflora para m¨ª en ning¨²n momento, aunque a esta ins¨®lita pareja les ocurran muchas cosas. Los villanos no tienen matices, el tono progresista con el que se abordan las cuestiones sociales, la corrupci¨®n y la mentira de los que manejan el tinglado, la integridad y la pureza moral del protagonista no logran hipnotizarme, pero s¨ª crearme a veces un ligero tedio. Comprendo las pretensiones del director, su buena voluntad, su b¨²squeda de un estilo visual y narrativo que se aparte de lo convencional, aunque los resultados son tibios.

?Y qu¨¦ me mantiene medianamente atento? Pues la presencia de un actor extraordinario (siempre lo ha sido) llamado Tom Hanks, un fulano que desprende autenticidad y humanidad, sin alardes psicologistas, sin huellas de m¨¦todos interpretativos. En la l¨ªnea de los m¨¢s grandes, de Stewart, Fonda, Wayne, Cooper. Alguien al que te crees, que llena siempre la pantalla, est¨¦ en movimiento, hablando, escuchando o en silencio. Ya s¨¦ que el mal rollo y el retorcimiento est¨¢n muy valorados en la interpretaci¨®n. Este actor no necesita esos prestigiosos avales. Es simplemente Tom Hanks, un se?or al que me gusta ver y escuchar.