Una copia del ¡®galileo¡¯ robado se subast¨® en Sotheby¡¯s en 2005
Una investigaci¨®n de la Biblioteca Nacional sostiene la hip¨®tesis de que se hicieron falsificaciones del original para colocarlas en el mercado y que detr¨¢s del robo est¨¢n Massimo de Caro y C¨¦sar Ovilio G¨®mez
El original del tratado astron¨®mico Sidereus nuncius de Galileo Galilei (impreso en Venecia en 1610), que fue robado en la Biblioteca Nacional (BNE), fue utilizado presumiblemente por los ladrones para crear dos falsificaciones de esta valiosa obra que se vendieron en otros pa¨ªses, seg¨²n se?ala un informe interno de la instituci¨®n al que ha tenido acceso EL PA?S. ...
El original del tratado astron¨®mico Sidereus nuncius de Galileo Galilei (impreso en Venecia en 1610), que fue robado en la Biblioteca Nacional (BNE), fue utilizado presumiblemente por los ladrones para crear dos falsificaciones de esta valiosa obra que se vendieron en otros pa¨ªses, seg¨²n se?ala un informe interno de la instituci¨®n al que ha tenido acceso EL PA?S. Una investigaci¨®n de este diario desvel¨® que la biblioteca descubri¨® el robo en 2014 y tard¨® m¨¢s de cuatro a?os en denunciarlo a la polic¨ªa.
El informe de la BNE se?ala a Cesar Ovilio G¨®mez Rivero, un ciudadano de origen uruguayo, como principal sospechoso del robo, ya que consult¨® esta obra el 4 de junio de 2004. Tres a?os despu¨¦s protagoniz¨® el robo en la misma instituci¨®n de dos mapamundis grabados e ilustrados de la edici¨®n incunable de 1482 de la obra Cosmographia, de Claudio Ptolomeo.
¡°Es posible que la sustracci¨®n se hiciera en ese momento. Se extraer¨ªa el cuerpo del libro, ya que tanto la encuadernaci¨®n como las p¨¢ginas de guarda parecen originales. Estas tienen un sello ovalado de la biblioteca y una signatura antigua: C-134¡±, dice el informe. ¡°En 2007 se descubre que la ¨²nica obra consultada por el mencionado G¨®mez Rivero es esta y se comprueba su estado. Puesto que los robos producidos hasta entonces hab¨ªan consistido en la sustracci¨®n de hojas de distintos vol¨²menes es este el aspecto que se comprueba. Si la sustituci¨®n por la falsificaci¨®n ya hab¨ªa sido realizada es f¨¢cil que pasara desapercibida, puesto que se trata de una falsificaci¨®n de gran calidad¡±. Solo otra persona consult¨® este tratado de astronom¨ªa, en 2010.
La investigaci¨®n de la biblioteca est¨¢ fechada el 1 de octubre de 2018, nueve d¨ªas antes de que se denunciara el caso a la Brigada de Patrimonio de la Polic¨ªa Nacional, que lo contin¨²a investigando sin resultados. El informe lo firma Javier Docampo, que antes ejerci¨® como bibliotecario del Museo del Prado y que falleci¨® el a?o pasado. Entonces era responsable del departamento de libros manuscritos, incunables y raros. ¡°Los datos de la ficha no arrojan luz sobre la procedencia del volumen. Desde la apertura del edificio actual de la biblioteca el 16 de marzo de 1896 la obra se ha conservado en el dep¨®sito general y se ha servido en el sal¨®n general de la misma¡±, se?ala el documento.
Docampo indica que los ladrones hicieron, posiblemente, una falsificaci¨®n de la obra a partir de un facs¨ªmil de 1964 y que C¨¦sar Ovilio us¨® esta copia para sustituirla por el ejemplar genuino 2/40418 que consult¨® en la Biblioteca Nacional en junio de 2004. Con ese ejemplar aut¨¦ntico se realiz¨® ¡°otra falsificaci¨®n, probablemente m¨¢s perfecta¡±. Estas copias fueron las que aparecieron en la famosa librer¨ªa neoyorquina de libros antiguos Martayan Lan y en Sotheby¡¯s en 2005.
¡°El ejemplar BNE se pone a la venta en Sourget (librer¨ªa) ese mismo a?o. No hemos podido localizar reproducciones del ejemplar original, de manera que solo la existencia de la encuadernaci¨®n y las p¨¢ginas de guarda originales pueden dar pistas sobre si el mencionado ejemplar Sourget es el que fue de la BNE¡±, se lee en el informe. ¡°[Nick] Wilding (investigador brit¨¢nico experto en Galileo) me comunica (correo 3 de octubre) que inquiri¨® hace dos a?os al librero Sourget y este le dijo que el ejemplar hab¨ªa sido confiscado por la polic¨ªa francesa¡±, apostilla. Docampo a?ade que el investigador brit¨¢nico dud¨® de la versi¨®n del librero.
El firmante del informe sostiene muchas de sus hip¨®tesis en informaciones que le facilit¨® por correo electr¨®nico el investigador brit¨¢nico Nick Wilding, el mismo que semanas antes hab¨ªa dirigido un mensaje a la directora de la biblioteca, Ana Santos, y a la jefa de la secci¨®n de Publicaciones Menores, Adelaida Caro, en el que advert¨ªa que el Sidereus nuncius que figuraba en el cat¨¢logo de la biblioteca era una copia. Docampo se?ala que en ese correo el investigador de la Universidad de Georgia (EE UU) comunica que ha visto la copia digital en BDH (Biblioteca Digital Hisp¨¢nica) ¡°y que se ajusta a las falsificaciones hechas por Massimo de Caro¡±. De Caro fue acusado de robar m¨¢s de 2.000 libros en la biblioteca de N¨¢poles que dirig¨ªa.
Bas¨¢ndose en las informaciones facilitadas por Wilding, el informe de Docampo se centra en el conocido falsificador Massimo De Caro como responsable de la copia del ejemplar de Galileo que se utiliz¨® para dar el cambiazo por el original en la Biblioteca Nacional. Cuando fue detenido por otros robos diferentes, De Caro confes¨® que hab¨ªa hecho cinco copias del Sidereus nuncius.
¡°La falsificaci¨®n del ejemplar 2/40418 parece hecha a partir del facs¨ªmil que se edit¨® en Pisa en 1964. No hemos podido acceder al facs¨ªmil, que no se conserva en la BNE, pero as¨ª lo ha indicado Wilding y s¨ª hemos podido acceder a algunas reproducciones digitales del ejemplar del facs¨ªmil que se conserva en el MIT de Boston y puede verse la similitud en algunos detalles interesantes, como la peque?a raya que atraviesa la letra P de ¡®Publico¡¯ en la novena l¨ªnea de la portada¡±, se afirma en el informe.
¡°Hay que se?alar sin embargo que la falsificaci¨®n, al menos en la portada, no es la misma que se hizo para el ejemplar [de la librer¨ªa] Martayan Lan, y que se repiti¨®, como veremos en otro ejemplar subastado en Sotheby¡¯s en 2005, ya que en estas aparece una significativa errata en la l¨ªnea quince de la portada, en la que la palabra ¡®periodis¡¯ aparece como ¡®pepiodis¡¯. Esto no ocurre en nuestro ejemplar¡±.
Docampo a?ade que, seg¨²n Nick Wilding, desde 2004 han salido al mercado diez ejemplares de la obra de Galileo. Varios de procedencia dudosa. Recoge en su informe todos ellos y se centra en especial en el ejemplar vendido a la librer¨ªa Sourget. ¡°Las mayores sospechas se centran en el ejemplar Sourget sin procedencia conocida. Seg¨²n informaciones proporcionadas por Nick Wilding [en un correo del 24 de septiembre] es posible que el ejemplar perteneciera a Massimo de Caro y que con ¨¦l realizara la falsificaci¨®n del ejemplar Martayan Lan, con excepci¨®n de la portada, quiz¨¢ porque conten¨ªa un sello de la biblioteca¡±. A?ade que tiene una encuadernaci¨®n del siglo XVIII y un sello probablemente falso.
El funcionario de la biblioteca destac¨® en su informe que la falsificaci¨®n fue llevada a cabo por el t¨¢ndem Massimo de Caro y Daniel Pastore, propietario de la librer¨ªa Imago Mundi. E incidi¨® en que fue esta librer¨ªa la que comercializ¨® los mapas robados en la BNE por C¨¦sar Ovilio G¨®mez y los vendi¨® a coleccionistas de Canad¨¢, Australia y Estados Unidos.
El director del departamento de libros manuscritos, incunables y raros concluy¨® su investigaci¨®n destacando que al menos otros dos ejemplares del Sidereus hab¨ªan sido robados en bibliotecas europeas. En la Biblioteca Nazionale de N¨¢poles en 2010, ¡°probablemente por De Caro¡±, y en la Bayerische Staatsbibliothek de M¨²nich, ejemplar que se ha dado por ¡°perdido¡±.