Jos¨¦ Mar¨ªa Merino: ¡°No hay golondrinas, pero hay basura en todas partes¡±
El acad¨¦mico y autor de ¡®Noticias del Antropoceno¡¯ afirma que la ficci¨®n permite conocer mejor la realidad y grita contra la pasividad ante los males que destruyen el planeta
Jos¨¦ Mar¨ªa Merino es coru?¨¦s de 80 a?os, pero su historia como escritor lo asocia a leoneses de su generaci¨®n (Luis Mateo D¨ªez, Juan Pedro Aparicio). Es acad¨¦mico de la RAE. Su pasi¨®n por el cuento lo llev¨® a recopilar las mejores narraciones del siglo XX y a convertir en superventas esa historia preterida de lo mejor de la ficci¨®n espa?ola. La orilla oscura (1985) es una de sus grandes novelas, como Las visiones de Lucrecia (1996). Casi todos sus libros est¨¢n en Alfaguara, en cuya sede conversa...
Jos¨¦ Mar¨ªa Merino es coru?¨¦s de 80 a?os, pero su historia como escritor lo asocia a leoneses de su generaci¨®n (Luis Mateo D¨ªez, Juan Pedro Aparicio). Es acad¨¦mico de la RAE. Su pasi¨®n por el cuento lo llev¨® a recopilar las mejores narraciones del siglo XX y a convertir en superventas esa historia preterida de lo mejor de la ficci¨®n espa?ola. La orilla oscura (1985) es una de sus grandes novelas, como Las visiones de Lucrecia (1996). Casi todos sus libros est¨¢n en Alfaguara, en cuya sede conversamos. Entre nosotros, su ¨²ltimo libro de cuentos, Noticias del Antropoceno, ficciones sobre el drama de nuestro tiempo: la destrucci¨®n del clima con el que convivimos como si la vida de la tierra fuera eterna y resulta que, como ¨¦l dice, ¡°no hay golondrinas, pero hay basura en todas partes¡±.
Pregunta. Todo es ficci¨®n, pero todo lo que cuenta es posible.
Respuesta. Lo que cuento existe. El continente de basura del Pac¨ªfico es verdad, ?y es m¨¢s grande que Europa! La muerte de las abejas, los camiones que van con ellas por ah¨ª itinerando para polinizar, existen tambi¨¦n. Yo tengo una casita en Valdemorillo y veo los camiones que vienen a polinizar. Hay cosas que son fant¨¢sticas y son verdad. Imagino cosas, pero van en esa onda. No he querido hacer un libro fant¨¢stico, sino que responda a las posibilidades de la realidad.
P. ?El futuro le da miedo?
R. Hombre, ya soy tan mayor¡ Pero s¨ª me da miedo, porque me solidarizo con los que vienen detr¨¢s. Tengo una nieta de cinco a?os y veo qu¨¦ ignorancia hay frente al deterioro que tanto puede afectar al ser humano. He escrito un libro con mis preocupaciones clim¨¢ticas, con el cambio que vemos a diario. Ya no vemos golondrinas en Madrid en primavera, vemos tres o cuatro. Y lo que digo de las abejas es cierto. Pero hay basura por todas partes.
¡°Nev¨® m¨¢s en Madrid que lo que ha nevado nunca en Le¨®n. Es una chifladura
P. Parece que para hacer el libro haya puesto el o¨ªdo sobre la tierra, para escuchar sus mensajes de auxilio¡
R. Son evidentes las repercusiones del cambio clim¨¢tico en la temperatura, en estas absurdas borrascas que no se sabe de d¨®nde vienen, en la reciente nevada, que ha tronchado no s¨¦ cu¨¢ntos ¨¢rboles¡ Estas nevadas yo las ve¨ªa de ni?o, en Le¨®n. Eran normales en invierno. En enero nev¨® m¨¢s en Madrid que lo que ha nevado nunca en Le¨®n. Es una chifladura.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s le preocupa de los mensajes de la tierra?
R. Me preocupa que las tecnolog¨ªas, que salvan vidas, est¨¦n llevando a la sociedad a una misteriosa alienaci¨®n. Que teniendo un nivel econ¨®mico importante haya la miseria que hay en el mundo. Que no se investigue en las fiebres que, aparte de la pandemia, afectan a la humanidad. ?Ad¨®nde va esta especie que hace doscientos mil a?os comenz¨® a tener el pensamiento simb¨®lico, invent¨® la m¨²sica y los n¨²meros? Porque no la veo mejorar, no solo moralmente sino en su relaci¨®n fraterna con los dem¨¢s seres humanos y con el resto de la vida del planeta. No lo veo.
¡°Salvo los profesionales sanitarios, la sociedad se ha portado de modo deplorable. Se mueve, sale, quiere manifestaciones, alboroto
P. ?Y este momento c¨®mo lo ve a sus 80 a?os, que acaba de cumplir?
R. Decepcionante. La avaricia, ese monstruo que llevamos dentro, no ha sido resuelta, y eso me hace ser pesimista con respecto al porvenir de la especie. El confinamiento lo viv¨ª casi como un sue?o, escribiendo. Un personaje de uno de mis textos de ahora dice: ¡°La realidad no necesita ser veros¨ªmil¡±. Y es cierto. Yo pienso cosas inveros¨ªmiles, pero la realidad me gana cuando se pone a ser veros¨ªmil. Esta pandemia se multiplica, estos coronabichos se mutan, estamos viviendo una especie de Edad Media. Tenemos m¨¢s elementos para luchar contra ella, pero resulta que para ciertas partes de la humanidad esa lucha importa poco. La sensaci¨®n que tengo es que esto que sucede ya lo pas¨® la humanidad, y nosotros no estamos actuando mejor que nuestros antepasados.
P. ?Encuentra que la sociedad no ha sabido afrontar algo tan serio?
R. Salvo los profesionales sanitarios, la sociedad se ha portado de modo deplorable. Se mueve, sale, quiere manifestaciones, alboroto. Ah¨ª est¨¢n las olas, una tras otras. Y luego est¨¢n los pol¨ªticos. Enfrent¨¢ndose, a la gre?a.
P. ?La literatura lo alivia de estas decepciones?
La sensaci¨®n que tengo es que esto que sucede ya lo pas¨® la humanidad, y nosotros no estamos actuando mejor que nuestros antepasados
R. Yo creo que la gracia de la ficci¨®n nos permite entender mejor la realidad, los comportamientos humanos. La literatura nos muestra c¨®mo somos, desde hace miles de a?os. Mira P¨¦rez Gald¨®s, por ejemplo: los amores, los celos, los desamores¡ la literatura es el documento que tranquiliza un poco la desaz¨®n que produce la oscura realidad.
P. Sirve para escapar de este mundo, ha dicho. Pero usted sale a buscar y se encuentra, como dice en su libro, con la basuraleza¡
R. ?Lo de la basuraleza es incre¨ªble! Yo tengo una colecci¨®n de bolitas, de lentejitas de pl¨¢stico, que he coleccionado en Cabo de Gata. Me fij¨¦ y pens¨¦: ¡°?Esto qu¨¦ es?¡± Son miles y miles de lentejitas que ten¨ªan casi la misma categor¨ªa que la arena. ?C¨®mo es posible que, en estas playas tan virginales, a pesar de todo, est¨¦ todo lleno de esa presencia que dejan los pl¨¢sticos? Ese pl¨¢stico acabar¨¢ con el mar. Es la basuraleza.
P. Hasta en lo cibern¨¦tico encuentra usted amenaza para la vida de la naturaleza.
R. Es que ya nos cibercomunicamos. Un d¨ªa una inteligencia artificial que sea de verdad nos quitar¨¢ de en medio. El m¨®vil sirve para salvar vidas, pero tambi¨¦n est¨¢ cargado de cosas est¨²pidas. Por la vida de los inventos un d¨ªa no ser¨¢n necesarios ni el enchufe ni el paraguas. Todo ser¨¢ declarado obsoleto, incluidas las humanidades. Todo est¨¢ en los libros; pues bien, un d¨ªa dir¨¢n que los libros tambi¨¦n deben declararse obsoletos¡ Fui a una biblioteca. Me dijo la directora que estaban midiendo los libros. ?Y por qu¨¦? ¡°Porque como dicen que dejar¨¢n de existir habr¨¢ que ver qu¨¦ uso les damos a estas salas¡±.
¡°Un d¨ªa una inteligencia artificial que sea de verdad nos quitar¨¢ de en medio¡
P. Describe con humor las distintas destrucciones con las que se encuentra la realidad que cuenta¡
R. Es que he querido que el humor, la iron¨ªa y la s¨¢tira ayuden al lector a no pensar que quien escribe es un apocal¨ªptico loco. Y no, trato de decir, ¡°no soy apocal¨ªptico, soy como usted¡±. Lo que no es normal es que todo esto que nos afecta de tal manera no se est¨¦ contando para alertar a los hombres de c¨®mo se est¨¢ destruyendo su cultura. Primero hubo la negaci¨®n del cambio clim¨¢tico, y ah¨ª ves el pl¨¢stico destruyendo los alimentos. Y ah¨ª ves la superpoblaci¨®n, la destrucci¨®n de la tierra, el fin del futuro de las bibliotecas, el deterioro del compromiso humano con el tiempo y con la tierra con que convive.
P. Dijo en una ocasi¨®n que la literatura sirve para escapar de este mundo. Pues ahora usted se ha ido a otro mundo, con la ficci¨®n, y ha vuelto horrorizado.
R. Estoy un poco horrorizado, pero tal vez es fruto de los a?os. Dec¨ªa Lope de Vega que no hay cosa que m¨¢s se sienta descubrir que el secreto de los a?os, el secreto de la edad, el secreto de lo que da el tiempo con su transcurso. Y a m¨ª el secreto de los a?os no me est¨¢ haciendo ninguna gracia.