Rafael Cadenas: ¡°Ser¨ªa saludable que los candidatos a la presidencia fuesen examinados por psicoterapeutas¡±
El poeta venezolano, premio Reina Sof¨ªa en 2018, habla en esta entrevista del poder de los versos, la barbarie no extinguida o el temor de los ciudadanos
El sigilo del poeta Rafael Cadenas (Barquisimeto, Venezuela, 90 a?os) es un trallazo cuando escribe su poes¨ªa de lucha y de derrota. El momento que vive su pa¨ªs es, para ¨¦l, ¡°una situaci¨®n que sobrepasa a la palabra crisis, pero gracias a no s¨¦ qu¨¦ factor me mantengo con buen talante¡±. Dice Cadenas, en esta entrevista que se hizo por correo electr¨®nico con la intermediaci¨®n de su gran amigo el escritor Antonio L¨®pez Ortega: ¡°Adem¨¢s de lo que ocurre en el ¨¢mbito pol¨ªtico, el encierro debido al virus es lo m¨¢s parecido a estar preso, pero eso nos permite tambi¨¦n leer, dejar en lo posible la prisa, vernos interiormente¡±.
Pregunta. ?C¨®mo ha ido haciendo su pa¨ªs, Venezuela, este trayecto pol¨ªtico?
Respuesta. Lo que est¨¢ sucediendo es consecuencia de la historia de los dos ¨²ltimos siglos. El XIX fue sobre todo de enfrentamientos armados entre caudillos que hab¨ªan luchado por la independencia. El escritor Antonio Arr¨¢iz dice que hubo m¨¢s de cuarenta revoluciones, ¨¦l llama as¨ª a esas contiendas devastadoras, aunque hubo tambi¨¦n luces representadas por civiles ilustrados. Al siglo XX lo caracteriz¨® la lucha por instaurar un Gobierno democr¨¢tico, la cual fue dirigida por los que salieron de las c¨¢rceles gomecistas. El pa¨ªs tuvo un per¨ªodo de democracia, mas, por lo visto, poco s¨®lida: volvi¨® a salir del ej¨¦rcito otro dictador al que el propio ej¨¦rcito y el pueblo derrocaron. No sin antes haber perseguido sin piedad a miembros de Acci¨®n Democr¨¢tica y del Partido Comunista. Menos mal que siempre hay militares civilistas, pero tambi¨¦n ciudadanos fervorosos del militarismo. Aclaro: todos los pa¨ªses tienen ej¨¦rcitos, pero el militarismo es la exaltaci¨®n desmedida de ellos. Con el dinero que ese dictador se llev¨® al huir vivi¨® muy bien en Espa?a. El poeta y ensayista Juan Liscano, voz ino¨ªda, es autor del libro El horror por la historia. A m¨ª me parece que esta y la psiquiatr¨ªa como carreras son afines; ambas estudian la normal locura humana, o mejor, deshumana. Con raz¨®n, a los pol¨ªticos no les gusta que en su coto entre la psicolog¨ªa, cuando ser¨ªa saludable que los candidatos a la presidencia fuesen examinados por psicoterapeutas.
P. ?Con qu¨¦ no ha podido la pol¨ªtica en su pa¨ªs?
R. Tal vez con el presidencialismo que a mi ver ha sido funesto. Pienso que nos conviene m¨¢s un sistema parlamentario porque el t¨ªtulo de primer ministro es m¨¢s modesto que el de presidente, a quien ese cargo suele encumbrar, mudar su ¨ªndole, volverlo vanidoso. Entonces su ego inflado toma el mando. La autoimportancia del presidente lo fuerza a no soltar la silla. Quiere volver a ser candidato. El poder es maligno dec¨ªa Jacob Burckhardt, despu¨¦s de examinar la historia de la humanidad. ?l sab¨ªa mucho de eso.
¡°Soy un hombre desarmado, enemigo del machismo que deber¨¢ ser estudiado profundamente porque tiene que ver con la historia, y los m¨¢s no se han percatado de ello¡±
P. Unos dicen que es silencioso, otro que lo suyo es sigilo. ?Cu¨¢l ser¨ªa el autorretrato de su tono de voz?
R. Es una imagen. A veces m¨¢s bien hablo mucho, sobre todo ahora, por tel¨¦fono, que compensa el aislamiento, pues es dif¨ªcil reunirse con los amigos; y en lo tocante a la voz, ella cambia seg¨²n el temple de ¨¢nimo, que en estos a?os tiende a decaer. La gente, con excepciones explicables, est¨¢ como aletargada. En cuanto a secretos, tengo varios, pero si los digo dejan de serlo. Con respecto al silencio, espero al verdadero, que es un vac¨ªo en el cual pasa a formar parte de todo. Es la suspensi¨®n del yo.
P. ?Qu¨¦ le da a usted este poder de convertir en verso lo que va sintiendo?
R. Nunca lo he visto como tal. Soy un hombre desarmado, enemigo del machismo que deber¨¢ ser estudiado profundamente porque tiene que ver con la historia, y los m¨¢s no se han percatado de ello. Tambi¨¦n es la causa del femicidio, que en el fondo, adem¨¢s de los motivos usuales, se deben a un rechazo de lo femenino en ellos, porque todos, aun ¡°el m¨¢s hombre¡±, somos andr¨®ginos. Yo particularmente le rindo culto a la mujer. Para m¨ª, es sagrada hasta la llamada, eufem¨ªsticamente, trabajadora sexual. A los muy machos, la ciencia les dice que tienen un lado femenino; si lo reconocieran se sentir¨ªan completos. Ser¨ªan seres humanos y no criminales. Creo que las mujeres, cuando noten alguna se?al de violencia en el hombre no deber¨ªan esperar a que la situaci¨®n empeore, sino denunciarlo ante la autoridad competente.
¡°Hasta ahora lo que se ha hecho para ponerle t¨¦rmino a la barbarie ha sido en vano¡±
P. Dijo en 2008: ¡°El poeta moderno habla desde la inseguridad, se acabaron las causas y las banderas¡±. ?Qu¨¦ ha sustituido a esos dos armamentos?
R. Como dice William Carlos, el hecho de ser es lo primordial. M¨¢s importante que causas y banderas. Eso no significa que vayamos a caer en una inmovilidad frente a lo que pasa en el mundo, que es tan grave. Estamos bajo el acecho de nacionalismos, fanatismos, terrorismos, totalitarismos, no puedo enumerar todos los ismos que llevan a guerras espantosas. Incluso las religiones crean divisi¨®n cuando deb¨ªan ser promotoras de la unidad. Al primero de estos ismos, Einstein lo llam¨® sarampi¨®n infantil. Sin embargo, las naciones siguen destruy¨¦ndose cuando ya deber¨ªamos ser cosmopolitas. Derrida los llama a unirse; Savater escribe un libro contra las patrias, y otros pensadores muy avanzados coinciden con esta postura, la cual no significa que desarmen a sus pa¨ªses. Convendr¨ªa entrevistarlos sobre este aspecto.
P. ?Logr¨® el poder que el silencio (o el sigilo) fueran un modo de sobrevivir?
R. S¨ª, creo que lo ha conseguido mediante lo que ha pasado: represi¨®n de manifestaciones, encarcelamientos, intimidaciones. Hay presos desde hace a?os. El temor parece haberse ense?oreado de la poblaci¨®n. No hay ya peri¨®dicos, televisiones independientes, emisoras de radio. El terreno para expresarse es muy reducido. Existe autocensura. Contradiciendo a Rosa Luxemburgo, que defend¨ªa la libertad para el diferente, aqu¨ª este debe callar para no correr riesgo. Sin embargo, poetas y escritores de diversas edades publican libros aqu¨ª o afuera. Debo mencionar que muchos de ellos est¨¢n en otros pa¨ªses. Se han ido m¨¢s de cinco millones de venezolanos, por lo que se puede afirmar que este es un pa¨ªs incompleto. Agrego otro hecho muy grave: las universidades aut¨®nomas han desaparecido. Le aclaro que soy bastante cr¨ªtico del r¨¦gimen, pero sin odio. Con este no llegamos a ninguna parte. Adem¨¢s, la actual asamblea lo prohibi¨®. Eso indica que sus miembros tampoco lo tienen.
¡°Hoy se sigue aceptando como normal que las naciones m¨¢s civilizadas tengan entre sus industrias la fabricaci¨®n de armas cada vez ¡®mejores¡±
P. En este mundo alterado, ?le ha ayudado ¨²ltimamente la poes¨ªa?
R. Me han acompa?ado sobre todo la lectura de pensadores, como los que he mencionado; la poes¨ªa esencial que est¨¢ en la vida diaria; nuestro hijo y nuestra nieta. El asombro me visita m¨¢s que la alegr¨ªa, por lo cual me disculpo con Spinoza. No hay canto, pero estoy recogiendo lo que por dejadez no publiqu¨¦ hace como 40 a?os. Se trata de prosa, sobre todo charlas, m¨¢s que poes¨ªa.
P. Georg Johannesen, citado en Contestaciones, dijo: ¡°Los sabios callan/ en los malos tiempos. Yo: en los malos tiempos/ no soy sabio./ Canto y hablo de los malos tiempos¡±. Y usted le responde. Imagine que no le hubiera respondido en el libro. ?Qu¨¦ le dir¨ªa en estas circunstancias?
R. A ellos que sobre todo saben vivir ¨Dme imagino¨D, no es necesario decirles nada. Al contrario, son ellos los que nos podr¨ªan orientar, si fuesen o¨ªdos. En tal caso la historia hubiese sido distinta, no de tan malos tiempos. Durante miles de a?os los seres humanos se han dedicado a destruirse en guerras incontables; en realidad no se sabe cu¨¢ntas ha habido, y varias se han hecho a fin de acabar con la guerra. ?Es incre¨ªble, verdad? ?No hay aprendizaje! Hoy se sigue aceptando como normal que las naciones m¨¢s civilizadas tengan entre sus industrias la fabricaci¨®n de armas cada vez ¡°mejores¡±. Lo de ¡°si quieres la paz, prepara la guerra¡±, lema antiguo, sigue vigente y nada de eso averg¨¹enza al mundo. La vida suele llamarse hip¨®critamente sagrada por los que atentan contra ella. Prosigue en todas partes la lucha entre civilizaci¨®n y barbarie. Hasta ahora, lo que se ha hecho para ponerle t¨¦rmino a la barbarie ha sido en vano.
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