Javier Gom¨¢: ¡°La gesti¨®n de la pandemia tiene algo de chapuza creadora¡±
El director de la Fundaci¨®n Juan March acaba de publicar una trilog¨ªa teatral y se muestra optimista ante los tiempos que corren: ¡°Nuestra ¨¦poca es la mejor de la historia¡±
El suyo es el optimismo de la voluntad, y del pensamiento. ¡°Nuestra ¨¦poca es la mejor de la historia¡±, piensa, por ejemplo; y de hecho ha pasado la enfermedad de la ¨¦poca, y se ha recuperado, como si este hubiera sido un contratiempo que tiene que ver tambi¨¦n con esa manera suya de almacenar experiencias para sentir que est¨¢ vivo y con el riesgo de vivir adaptado al tama?o de su esperanza. En la vida cotidiana, este hombre, Javier Gom¨¢ (Bilbao, 56 a?os), acude cada d¨ªa a un lugar lujoso y bell...
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El suyo es el optimismo de la voluntad, y del pensamiento. ¡°Nuestra ¨¦poca es la mejor de la historia¡±, piensa, por ejemplo; y de hecho ha pasado la enfermedad de la ¨¦poca, y se ha recuperado, como si este hubiera sido un contratiempo que tiene que ver tambi¨¦n con esa manera suya de almacenar experiencias para sentir que est¨¢ vivo y con el riesgo de vivir adaptado al tama?o de su esperanza. En la vida cotidiana, este hombre, Javier Gom¨¢ (Bilbao, 56 a?os), acude cada d¨ªa a un lugar lujoso y bello, la Fundaci¨®n Juan March, en Madrid, de la que es director. Y de todos los sitios que le son dados para ejercer all¨ª su ocupaci¨®n, el que m¨¢s le gusta, porque all¨ª se siente tan c¨®modo como en su casa, es la peque?a biblioteca p¨²blica (y gratuita) que la instituci¨®n tiene abierta en los jardines en los que, por ejemplo, reina una impresionante escultura de Mart¨ªn Chirino. Acaba de publicar una trilog¨ªa teatral (Un hombre de cincuenta a?os, Galaxia Gutenberg), que incluye el mon¨®logo dram¨¢tico Inconsolable, la comedia moral Quiero cansarme contigo o el peligro de las buenas compa?¨ªas y la tragedia Las l¨¢grimas de Jerjes. Este es el pretexto de nuestra conversaci¨®n.
Pregunta. En el pr¨®logo a la obra tiene esta frase: ¡°Golpe fatal de melancol¨ªa¡±. Y se pueden subrayar estas palabras: humor, comedia, ejemplaridad, familia, llorar, triunfo. ?Definen esos t¨¦rminos este tiempo?
Respuesta. En una ocasi¨®n Montaigne dice: ¡°El tema de este libro soy yo¡±. Y otra vez dijo: ¡°Lo que me interesa de m¨ª mismo no soy yo, sino las experiencias que comparto con el g¨¦nero humano¡±. No esperamos de Montaigne una sucesi¨®n de an¨¦cdotas u ocurrencias sobre su vida privada, sino de qu¨¦ manera su vida personal es una ventana para contemplar esa condici¨®n humana. De la misma manera, me gustar¨ªa pensar que mi modo de vivir el presente es solo un pasillo secreto para acceder a lo invariable de la condici¨®n humana. Alguna vez he dicho que soy ¡°hijo gozoso de mi tiempo¡±. Defiendo por qu¨¦ nuestra ¨¦poca es la mejor de la historia. En cuanto a esos conceptos, esta trilog¨ªa habla sobre todo de un sentimiento de desconsuelo y del humor que decide con qui¨¦n te quieres cansar. Dice un personaje: ¡°Al final de la vida acabamos cansados. El verdadero arte de vivir es c¨®mo y con qui¨¦n te quieres cansar¡±. Otro sentimiento es la melancol¨ªa. No se trata ni de mi propio desconsuelo, ni de mi cansancio, ni de mi melancol¨ªa. De hecho, no tengo un temperamento melanc¨®lico. Lo que ocurre es que la condici¨®n humana tiene razones, a veces, para todo ello. As¨ª que vivo mi vida concreta y lo que m¨¢s me interesa de m¨ª mismo es aquello que resulta generalizable.
Gente poderosa con la que a veces he hablado me confirma que el poder en las m¨¢s altas instancias tiene un elemento fuertemente chapucero. Y eso es liberador
P. Lo generalizable ahora es la enfermedad, esta especie de guerra del siglo XXI.
R. Pem¨¢n le reproch¨® a Ortega que generalizara, y el fil¨®sofo le dijo que generalizamos poco¡ El problema es cuando no se generaliza. S¨¦ que queda mucho mejor decir que todo es un desastre, avivar el justo resentimiento de la gente respecto a su vida. La humanidad como especie muchas veces ha estado al borde del precipicio, pero al final ha tomado una decisi¨®n adaptativa. Como somos una especie a veces dura de aprender nos ponemos muchas veces al borde del precipicio. Pero hasta el d¨ªa de hoy creo que ha triunfado el principio adaptativo. Y en este caso soy partidario de la teor¨ªa de la chapuza. La chapuza explica cosas. La gente que no conoce por dentro el poder se puede imaginar que el poder act¨²a de una manera racional y coordinada. Puede imaginarse que todas las farmac¨¦uticas est¨¢n unidas, por ejemplo, en un plan para dominar el mundo. Y creo que no. Gente poderosa con la que a veces he hablado me confirma que el poder en las m¨¢s altas instancias tiene un elemento fuertemente chapucero. Y eso es liberador, porque la chapuza nos hace libres en el sentido de que la conspiraci¨®n de los poderosos es imposible. Hay un elemento dedicado al azar. Y por eso, parad¨®jicamente, se garantiza el progreso.
P. ?D¨®nde ve la chapuza hoy?
R. En la gesti¨®n de la pandemia de los pol¨ªticos en general, de modo que creo que muchas veces no est¨¢n justificadas las cr¨ªticas que reciben, aunque s¨¦ que criticarlos produce buena conciencia. Siempre hay alguien m¨¢s tonto que t¨², m¨¢s torpe que t¨², y eso es lo que produce buena conciencia. Pero no veo razones para que los pol¨ªticos, a los que a lo mejor has votado hace poco, estando en una situaci¨®n tan trascendente, sean todos tan torpes, tan malvados y tan mediocres en un asunto que es id¨¦ntico en pr¨¢cticamente todo el mundo. La pandemia ha sido un tsunami. Te est¨¢s tomando un c¨®ctel en la playa y de repente viene una ola de 30 metros. Hay un primer momento de s¨¢lvesequienpueda, de hacer lo que uno humanamente pueda. Hacer lo que se pueda ya es mucho y tiene que ver con el posibilismo del que hablaba Plutarco. Le preguntaban por las leyes que hab¨ªa hecho y ¨¦l dec¨ªa: ¡°He hecho las mejores leyes que los atenienses pudiesen soportar¡±. No las perfectas, sino las que pudieran ser recibidas por sus ciudadanos y cumplidas de acuerdo con sus posibilidades. La gesti¨®n de la pandemia ha tenido algo de chapuza creadora. Todo tiene un aire de chapuza porque el mal que se nos ven¨ªa encima era demasiado grande, pero todo el mundo ha intentado hacer lo que pod¨ªa para tratar de combatirla. Esa chapuza creadora se mezcla, claro, con la ley de la pol¨ªtica, que es la lucha sin cuartel. Y a veces con la lucha amigo-enemigo de la pol¨ªtica, cuya ¨²nica aspiraci¨®n es electoral. No hay nada humano que sea puro. Est¨¢ siempre contaminado.
P. En el di¨¢logo entre Esquilo y Pericles, en Las l¨¢grimas de Jerjes, se habla del hombre consumido por la gloria. Tal como es hoy el poder, ?ve a los que lo manejan consumidos por la gloria?
R. No. No lo veo. Me gusta, incluso de manera provocadora, el concepto de gloria. Pericles se refiere a la gloria literaria, que es la mejor seg¨²n ¨¦l, que era entonces un joven de 19 a?os, y considera que los hechos pol¨ªticos, al contrario que los po¨¦ticos, no se recuerdan luego. Hoy nadie se acuerda de Tem¨ªstocles, que gan¨® en Salamina, pero todo el mundo se acuerda de Esquilo, cuya obra supera las pruebas del tiempo. Esquilo basa su obra en la idea de que la libertad por s¨ª misma triunfa sobre la tiran¨ªa, aunque la tiran¨ªa tenga un ej¨¦rcito mayor. Lo que ocurre hoy es que los pol¨ªticos en la democracia no tienen tiempo para la gloria, est¨¢n demasiado ocupados en la gloria electoral, que puede ocurrir, como mucho, cada cuatro a?os.
P. Ha escrito usted que los seres humanos somos ¡°una flor delicada¡±. ?Y la democracia? ?Podr¨ªa ser una flor delicada y en peligro?
R. Creo que s¨ª. En Ejemplaridad p¨²blica defin¨ªa la democracia como un proyecto igualitario sobre bases finitas. No puedes decir: ¡°Esto es porque lo ha querido Dios, lo ha querido la Patria o lo ha querido la Historia¡±, sino porque los ciudadanos mayores de edad han decidido autogobernarse. Eso obliga al consenso. Por eso me fascina la expresi¨®n ¡°un hombre, un voto¡±, que hoy ser¨ªa ¡°un hombre, una mujer, un voto¡±, porque te est¨¢ diciendo que en democracia no se trata de que gobiernen los mejores, ni los m¨¢s ricos, ni los m¨¢s poderosos, ni los m¨¢s sabios, ni los m¨¢s t¨¦cnicos, sino que te dice que vamos a idear un sistema en el que todos y cada uno tengan voz conforme a su dignidad. Antes, para la perduraci¨®n de un pa¨ªs, pod¨ªas aspirar a que la sabidur¨ªa o la potencia o la habilidad del monarca te preservara. Hoy depende el sistema democr¨¢tico enteramente de la mayor¨ªa de edad de los ciudadanos. Estamos m¨¢s expuestos, porque si antes se trataba de que todo dependiese del rey, ahora depende solo de que todos los ciudadanos sean mayores de edad. Y la democracia es una materia fr¨¢gil, vulnerable, por eso es tan importante la educaci¨®n de la ciudadan¨ªa. Ya no nos salvan la ley, el gobernante o las instituciones. Nos tenemos que salvar a nosotros mismos. Y si no lo hacemos, la democracia se va a ir al garete.