¡°En el ¨¢mbito de la dignidad, el progreso viene a menudo a partir del esc¨¢ndalo¡±
El fil¨®sofo Javier Gom¨¢ reflexiona en su ¨²ltimo ensayo sobre la dignidad y afirma que la sociedad ha producido transformaciones extraordinarias sin el respaldo de la filosof¨ªa
Tras dedicar una tetralog¨ªa a la ejemplaridad, el fil¨®sofo Javier Gom¨¢ (Bilbao, 54 a?os) se lanza en su ¨²ltimo ensayo a reflexionar sobre otro concepto esquivo: la dignidad. Un t¨¦rmino que define en Dignidad (Galaxia Gutenberg) como "lo que estorba y resiste a todo, incluido el inter¨¦s general y el bien com¨²n" y que ha sido?"olvidado y despreciado por la filosof¨ªa", frente a su presencia cotidiana en la calle, los mitines o los medios de comunicaci¨®n. "Hemos progresado en nombre de la dignidad porque todo el mundo la sent¨ªa, aunque no fuera capaz de definirla", afirma en una entrevista con este peri¨®dico en Madrid, en la sede de la Fundaci¨®n Juan March, que dirige desde 2003, un a?o antes de obtener el Premio Nacional de Ensayo por Imitaci¨®n y experiencia.
Pregunta. ?A qu¨¦ se debe ese olvido de la filosof¨ªa por el concepto de dignidad que lamenta en el libro?
El gran hallazgo del siglo XX es que la dignidad individual prevalece sobre proyectos colectivos
Respuesta. La primera causa, que es estructural, es la que dice Petrarca en el siglo XIV: que la miseria de la vida basta con abrir los ojos para verla, tan manifiesta es, mientras que la dignidad hay que cavar hondo para encontrarla. Es un concepto hasta cierto punto esquivo.
Hay adem¨¢s una causa cultural. A partir de Kant la filosof¨ªa es cr¨ªtica. La cultura, durante siglos, era un instrumento de socializaci¨®n, que permit¨ªa que ese salvaje que nac¨ªa de la madre se convirtiera, a?os despu¨¦s, en ciudadano. A partir de un momento, [la cultura] es sobre todo un instrumento de dominaci¨®n. Y eso hace que sea liberador, pero poco creador y ciego al car¨¢cter transformador del concepto de dignidad. Hoy lo m¨¢s frecuente es una ideolog¨ªa desconfiada, esc¨¦ptica frente a cualquier ideal positivo, mientras que la dignidad es un ideal de transformaci¨®n, de innovaci¨®n.
La filosof¨ªa ha dado la espalda por completo al concepto de dignidad y ha sido la sociedad, como proyecto colectivo, la que ¡ªsobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX¡ª ha cogido la bandera de la dignidad y producido unas transformaciones extraordinarias, sin el respaldo de la filosof¨ªa. Es una inversi¨®n de lo que normalmente ocurre y ha tenido como consecuencia una filosof¨ªa que no ha meditado sobre la dignidad, pero tambi¨¦n unos movimientos sociales realizados hist¨®ricamente en nombre de un concepto que no ha definido.
La filosof¨ªa no da la soluci¨®n del crucigrama, una respuesta a todas las situaciones generadas por la riqueza e imprevisibilidad de la vida
- P. ?Por qu¨¦ esa diferencia entre el peso de la palabra en la filosof¨ªa y en ¨¢mbitos como el jur¨ªdico o el period¨ªstico?
R: Porque es un t¨¦rmino que connota, casi hechizante, sugiriendo esa cualidad del individuo que no puede ser atropellada. El gran hallazgo del siglo XX es que la dignidad individual prevalece sobre proyectos colectivos, de progreso, de mayor felicidad.
Es aquello que no puede ser sustituido por algo equivalente, que es lo que es el precio. Incluso invocando causas justas: el progreso, el bienestar, la felicidad de la mayor¨ªa... Es esa cualidad diamantina, resistente a todo, que incluso puede detener la marcha del progreso, porque convierte al resto de la humanidad en deudora. Quien la posee, y todo el mundo la posee, se convierte en acreedor, porque la humanidad le debe el derecho a la dignidad. Hemos progresado en nombre de la dignidad porque todo el mundo la sent¨ªa, aunque no fuera capaz de definirla.
- P. ?No puede generar monstruos un concepto que puede oponerse al bien com¨²n y que cada uno define de forma individual?
- R. La filosof¨ªa no da la soluci¨®n del crucigrama, una respuesta a todas las situaciones generadas por la riqueza e imprevisibilidad de la vida. Cuando se ha usado la dignidad para dar un problema taxativo a la eutanasia, al aborto, a la manipulaci¨®n gen¨¦tica o a si se puede disparar a un avi¨®n cargado de pasajeros que va a estrellarse contra el Congreso de Estados Unidos, es cuando se convierte en recetario, que es algo que la filosof¨ªa no debe dar.
S¨ª, se sigue violando a las mujeres, pero antes no se le daba ese nombre, porque no se reconoc¨ªa dignidad a esas mujeres y, por tanto, no se violaba nada
- P. En el libro habla de c¨®mo el asco a la indignidad marca el camino del progreso...
R: Asociamos la moral con lo fijo, pero hay un progreso moral que tiene que ver con una evoluci¨®n de lo que consideramos evidente. En el ¨¢mbito de la dignidad, el progreso viene a menudo a partir del esc¨¢ndalo, como ocurri¨® con la novela social en el siglo XIX. Se te hace evidente algo que durante muchos siglos no es que no fuera evidente, es que era invisible, porque formaba parte del entramado normal de dominaci¨®n. De repente ves el ni?o que, como en las novelas de Dickens, trabaja 18 horas al d¨ªa, o la mujer abandonada despu¨¦s de ser violada o a un preso por deudas, algo que se suprimi¨® en el siglo XIX.
S¨ª, se sigue violando a las mujeres, pero antes no se le daba ese nombre, porque no se reconoc¨ªa dignidad a esas mujeres y, por tanto, no se violaba nada. La gran diferencia es que ya no puedes violar sin degradarte, envilecerte, sin producir asco a tu alrededor.
- P. No s¨¦ c¨®mo ver¨¢n nuestros nietos el trato que hoy reciben los refugiados...
- R. Lo mismo que decimos sobre las mujeres podemos decir hoy de los inmigrantes. Hay una sociedad cr¨ªtica con sus gobernantes, al menos en Occidente, escandalizada de c¨®mo tratan a inmigrantes que huyen de la guerra y el hambre. Y es justo que se escandalicen, siempre y cuando se ponga tambi¨¦n el ¨¦nfasis en que ese esc¨¢ndalo es absolutamente nuevo en la historia de la humanidad, porque presupone algo que nunca hab¨ªa hecho nadie antes, que es conceder al extranjero una dignidad infinita de origen, abstrayendo de todas las consideraciones. El principio de que el ciudadano tiene todos los derechos y el extranjero es un paria, que casi se asimila al esclavo, ha sido universal. Que hoy d¨ªa nos estemos escandalizando es una extraordinaria noticia porque implica un progreso moral sin precedentes.
- P. ?Existen dignidades colectivas?
R: Ser¨ªa un uso coloquial, no t¨¦cnico. Sobre la que yo reflexiono es individual y pone el acento en lo distintivo de lo humano frente a los colectivismos, pero tambi¨¦n frente a conceptos como la dignidad de la tierra, en el que se trata de relativizar la dignidad de lo humano para decir que el lagarto y el humano tienen la misma dignidad por pertenecer a la naturaleza. Yo trato de exasperar a¨²n m¨¢s la diferencia entre el hombre y el lagarto.
La creciente demanda de dignidad a los pol¨ªticos
Pregunta. En el libro menciona la renuncia al "perfeccionismo pol¨ªtico" y la b¨²squeda del acuerdo en la Transici¨®n, lo que conecta con la actualidad pol¨ªtica espa?ola estos d¨ªas
Respuesta. En pol¨ªtica, la finalidad es la obtenci¨®n del poder. Y una vez obtenido, su mantenimiento. Si no pones frenos, ser¨¢ una obtenci¨®n desvergonzada, no sujeta a reglas. No es ser c¨ªnico, sino realista, decir que la pol¨ªtica es sobre todo el arte de obtener y mantener el poder, por todos los medios que la sociedad le permita. ?Cu¨¢l es el mayor contrapoder que existe en el mundo? Una ciudadan¨ªa ilustrada, consciente de su dignidad y de lo que se le debe.
Yo entiendo que los pol¨ªticos hacen siempre lo que m¨¢s les conviene para obtener sus objetivos pol¨ªticos, pero no pueden ignorar del todo la demanda de una ciudadan¨ªa que, siendo cada vez m¨¢s lustrada, es progresivamente m¨¢s consciente de su dignidad y castiga aquellos comportamientos que, entiende, son ofensivos para la dignidad que considera que los pol¨ªticos le deben respetar. Pablo Iglesias, Pedro S¨¢nchez, pero tambi¨¦n [Albert] Rivera y [Pablo] Casado, tienen que combinar la obtenci¨®n cruda del poder, con la imagen de la dignidad. Y una sociedad ilustrada hace que esa demanda de dignidad sea creciente.
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