Si Borges levantara la cabeza
El 92% de los hispanohablantes del mundo no ha nacido en Espa?a
Esta es la realidad: Espa?a apenas aporta el 8% de los hispanohablantes de todo el mundo, ya que la inmensa mayor¨ªa de ellos habita en el M¨¦xico de Octavio Paz y Elena Garro, en la Argentina de Borges, el Per¨² de Vargas Llosa, la Colombia de Garc¨ªa M¨¢rquez, la Nicaragua de Claribel Alegr¨ªa e incluso en el EE UU convertido hoy en hogar de latinoamericanos pujantes como Cristina Rivera Garza o...
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Esta es la realidad: Espa?a apenas aporta el 8% de los hispanohablantes de todo el mundo, ya que la inmensa mayor¨ªa de ellos habita en el M¨¦xico de Octavio Paz y Elena Garro, en la Argentina de Borges, el Per¨² de Vargas Llosa, la Colombia de Garc¨ªa M¨¢rquez, la Nicaragua de Claribel Alegr¨ªa e incluso en el EE UU convertido hoy en hogar de latinoamericanos pujantes como Cristina Rivera Garza o Valeria Luiselli.
Cualquier taxista de Colombia sorprende al visitante por una riqueza de expresiones y vocabulario que puede superar con nota el de los diputados en el Congreso. Asombra en ese contexto la creaci¨®n de una Oficina del Espa?ol que autoproclama a Madrid capital europea de esta lengua en un ombliguismo y una supuesta ambici¨®n internacional que acaba siendo terriblemente ¨Dterriblemente¨D provinciana.
El espa?ol tiene quien lo defienda. Lo hacen enormes autores de la otra orilla que hoy debemos seguir si queremos aprender algo frente a una literatura en general mucho m¨¢s plana ¨Dreconozc¨¢moslo¨D que emerge de la producci¨®n nacional. Tienen buenas razones para ello: sus ciudadanos se matan tratando de cruzar fronteras, conviven con fantasmas, charlan con muertos y pasan la vida sin tener d¨®nde caerse muertos hasta que lo hacen ¨Dcaerse muertos¨D donde sea y con una frecuencia y dosis de azar mucho m¨¢s intranquilizadora que nosotros en nuestra comodidad europea. Claudia Pi?eiro suele decir que sus h¨¦roes nunca podr¨ªan ser polic¨ªas, como en las novelas criminales de aqu¨ª, porque en Argentina nadie podr¨ªa fiarse de las fuerzas de seguridad. Esa es su realidad cercana: la ESMA, los desaparecidos, la brutalidad. Qu¨¦ decir de M¨¦xico o Colombia, donde la violencia es tan rutinaria como el buen espa?ol de ese taxista conversador.
Nosotros, sin embargo, andamos m¨¢s entretenidos en la b¨²squeda de sentido vital, las malas experiencias paternas, maternas, las miserias de pueblo, la autoficci¨®n, los recuerdos y un mont¨®n de tem¨¢ticas respetables que no suelen hacer sombra a las que llegan de Am¨¦rica. Y, adem¨¢s, es num¨¦ricamente l¨®gico: nos toca un 8% de ¨¦xito. Viva lo que llega de ese 92%. Entre todos, celebr¨¦moslo.
Y adem¨¢s est¨¢n las academias. La RAE y sus hermanas latinoamericanas y filipina, que coordinan los diccionarios, las evoluciones distintas y hermosas del lenguaje que, siendo igual, adquiere en cada lugar matices y expresiones diferentes. M¨¢s el Instituto Cervantes.
Ojal¨¢ Toni Cant¨® coseche grandes ¨¦xitos en su, por otra parte, leg¨ªtima defensa del espa?ol. Un territorio al que es mejor llegar sin dar lecciones, sin banderas, sin cruzadas, sin superioridades de otros siglos, porque si algo debemos saber a estas alturas los gachupines y gallegos es que, si les leemos y escuchamos, aprenderemos nosotros. Es la suerte que tenemos.