Muere el colombiano Germ¨¢n Castro Caycedo, el cronista que sac¨® las c¨¢maras de los estudios
El programa ¡®Enviado Especial¡¯, adem¨¢s de libros como ¡®El Karina¡¯ o ¡®Mi alma se la dejo al diablo¡¯, marcaron la trayectoria del periodista de Zipaquir¨¢, fallecido a los 81 a?os
Germ¨¢n Castro Caycedo, reportero infatigable y escritor de referencia para varias generaciones de periodistas colombianos, maestro del oficio y autor de una veintena de libros de investigaci¨®n traducidos a varios idiomas, ha fallecido este jueves seg¨²n ha confirmado su familia. En los a?os 70 revolucion¨® la televisi¨®n nacional con su programa Enviado Especial. Su dilatada carrera lo convirti¨® en uno de los cronistas m¨¢s le¨ªdos de su pa¨ªs, con t¨ªtulos emblem¨¢ticos como ...
Germ¨¢n Castro Caycedo, reportero infatigable y escritor de referencia para varias generaciones de periodistas colombianos, maestro del oficio y autor de una veintena de libros de investigaci¨®n traducidos a varios idiomas, ha fallecido este jueves seg¨²n ha confirmado su familia. En los a?os 70 revolucion¨® la televisi¨®n nacional con su programa Enviado Especial. Su dilatada carrera lo convirti¨® en uno de los cronistas m¨¢s le¨ªdos de su pa¨ªs, con t¨ªtulos emblem¨¢ticos como Mi alma se la dejo al diablo, una historia que transcurre en su anhelada selva amaz¨®nica; El Karina, sobre un buque que transportaba armas para la guerrilla del M-19; o El Hueco, que aborda el ¨¦xodo de los colombianos que migran a Nueva York.
Fue ¡°el cronista de trayectoria m¨¢s extensa, profunda y coherente que tal vez ha tenido el pa¨ªs¡±, le desped¨ªa el peri¨®dico El Tiempo, donde trabaj¨® durante una d¨¦cada en la que recorri¨® distintas regiones. En esas p¨¢ginas su firma comenz¨® a ser reconocida a finales de los sesenta, un privilegio que lo puso a salvo del traj¨ªn cotidiano de las noticias. ¡°Sus historias investigadas, con testimonios de primera mano recogidos en el lugar de los hechos ¨Ccon frecuencia municipios olvidados o rec¨®nditos¨C, marcaron la diferencia con un periodismo que sol¨ªa hacerse desde los escritorios¡±, de acuerdo con el perfil de Castro Caycedo en el libro Hechos para contar, que re¨²ne conversaciones a profundidad con diez reconocidos periodistas colombianos.
La televisi¨®n, donde aplic¨® esa misma f¨®rmula, acrecent¨® su reconocimiento. A partir de 1976 dirigi¨® durante cerca de 20 a?os el programa semanal Enviado Especial, una suerte de especial period¨ªstico del que se produjeron m¨¢s de mil cap¨ªtulos que le representaron diversos reconocimientos nacionales e internacionales.
Castro Caycedo naci¨® en 1940 en la peque?a ciudad de Zipaquir¨¢, a una hora de carretera de Bogot¨¢, en el centro del pa¨ªs, y estudi¨® Antropolog¨ªa en la Universidad Nacional de Colombia, pero no lleg¨® a graduarse. ¡°Me llamaban mucho la atenci¨®n las historias de selva y los relatos policiales¡±, le dijo a la revista Bocas en una extensa entrevista en 2012. A esas obsesiones recurrentes en sus libros se sumaban los barcos. All¨ª contaba que sobrevivi¨® a dos accidentes de avi¨®n durante sus correr¨ªas por la Colombia profunda y que hace m¨¢s de 20 a?os se golpe¨® la cabeza en Rusia, mientras investigaba para uno de sus extensos reportajes, lo que lo dej¨® sin el gusto y sin el olfato.
¡°Ese fue el primer programa que sac¨® la c¨¢mara de los estudios¡±, apunt¨® en esa entrevista sobre Enviado Especial, muy recordado por llegar hasta los parajes m¨¢s remotos de la geograf¨ªa colombiana. ¡°Empec¨¦ haciendo cr¨®nica televisiva, viajando por todo el pa¨ªs. Las barreras de esa ¨¦poca eran las comunicaciones. Ten¨ªamos menos medios, menos v¨ªas. Los primeros programas fueron en la selva, en el Vaup¨¦s y norte del Amazonas. Muchas horas de viaje. Llev¨¢bamos las c¨¢maras en mula, en avi¨®n, en bote, ¨¦ramos cinco personas¡±, rememor¨®. Hasta entonces, muchos colombianos nunca hab¨ªan visto la selva en la televisi¨®n nacional.
Detr¨¢s de cada una de sus historias, siempre hab¨ªa al menos un viaje. ¡°La falta de tiempo es la desgracia del periodismo de hoy. Si el periodista se va a la selva, pues no puede volver en media hora. Y si se va a la selva entonces tiene que vivir la selva. Ir y ver amanecer y anochecer all¨¢. Es que ese es y ha sido el periodismo en el mundo¡±, dec¨ªa a manera de declaraci¨®n de principios en Hechos para contar. ¡°No se puede hacer un reportaje o una cr¨®nica si no se va al sitio donde ocurrieron las cosas¡±.
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