De c¨®mo un azulejo en Las Ventas puede hacer feliz a un gran pintor taurino (C¨¦sar Palacios)
Notario gr¨¢fico de la plaza de Madrid, artista reconocido y autor de miles de dibujos de toros
¡°He salido por la puerta grande. Me siento muy feliz. Es una maravilla y el honor m¨¢s grande que he podido recibir en vida. Vamos, que me ofrecen a cambio un ¡®mercedes¡¯ y no lo quiero¡±.
As¨ª de euf¨®rico se muestra C¨¦sar Palacios (Madrid, 1937) al recordar el azulejo que el Centro de Asuntos Taurinos (CAT) descubri¨® en su honor y memoria el pasado 2 de mayo.
¡°La Comunidad de Madrid, a C¨¦sar Palacios Romera, por una vida dedicada a tu plaza monumental de Las Ventas de Madrid¡±.
Esa es la leyenda que figura en una de las paredes del patio de caballos, y que tan contento mantien...
¡°He salido por la puerta grande. Me siento muy feliz. Es una maravilla y el honor m¨¢s grande que he podido recibir en vida. Vamos, que me ofrecen a cambio un ¡®mercedes¡¯ y no lo quiero¡±.
As¨ª de euf¨®rico se muestra C¨¦sar Palacios (Madrid, 1937) al recordar el azulejo que el Centro de Asuntos Taurinos (CAT) descubri¨® en su honor y memoria el pasado 2 de mayo.
¡°La Comunidad de Madrid, a C¨¦sar Palacios Romera, por una vida dedicada a tu plaza monumental de Las Ventas de Madrid¡±.
Esa es la leyenda que figura en una de las paredes del patio de caballos, y que tan contento mantiene a este hombre, que naci¨® a escasos metros de la plaza, que vive en la misma calle, y que no entiende su vida sin Las Ventas, su casa, donde ha trabajado y ha podido expresar su condici¨®n de artista.
C¨¦sar Palacios es uno de los grandes pintores y dibujantes taurinos vivos. ?l ha sido el notario gr¨¢fico de la plaza de toros de Madrid, su escuela, su estudio, donde ha plasmado miles de dibujos de toros que han surgido del trazo de un rotulador negro.
Acomodador, portero, arenero, y una ¨²nica pasi¨®n: el toro
Es un artista unido existencialmente a Las Ventas, y que, hoy, a sus 83 a?os, con la salud algo quebrada, pero embargado por la emoci¨®n del homenaje recibido, no puede ocultar un rictus de melanc¨®lica tristeza en su semblante.
¡°Y no es para menos¡±, comenta, ¡°porque mis limitaciones f¨ªsicas me impiden acudir a la plaza, como he hecho toda mi vida. Es una situaci¨®n horrible¡±.
Asisti¨® al descubrimiento del azulejo el pasado 2 de mayo, pero no pudo ver en su burladero de siempre el festival que aquella tarde organiz¨® la Comunidad de Madrid; y las dos corridas que se han celebrado despu¨¦s las ha visto por televisi¨®n.
Es la primera vez que eso le sucede desde que cumpli¨® los 26 a?os, una penitencia excesivamente dura para ¨¦l.
C¨¦sar Palacios vio la luz en el n¨²mero 5 de una calle a dos pasos de la plaza. Ha cambiado tres veces de domicilio, pero se ha limitado a cambiar el n¨²mero del portal, -el 1, el 31 y el 16, donde vive ahora- porque se ha resistido a alejarse de su entorno.
Su padre, aficionado, conoc¨ªa a los empleados de la plaza y era amigo de Paco Parejo, el mayoral de Las Ventas, que fue cu?ado de Anto?ete. Esta circunstancia motiv¨® que el ni?o C¨¦sar correteara por los pasillos vente?os antes de que, siendo un mozalbete, entrara a trabajar en el madrile?o matadero de Legazpi.
Para entonces, ya hab¨ªa descubierto que su vocaci¨®n era el dibujo. Curs¨® estudios en la Real Academia de las Artes de San Fernando y en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid. All¨ª aprendi¨® a dibujar el cuerpo humano, hasta que se dio de bruces con el toro.
Con 25 a?os entr¨® como empleado en Las Ventas, y esa ha sido su casa hasta la edad de jubilaci¨®n.
¡°Ah¨ª he trabajado de todo¡±, cuenta C¨¦sar Palacios. ¡°Acomodador, primero; despu¨¦s, portero, y, desde 1980 hasta 1999, arenero. Calculo que habr¨¦ hecho m¨¢s de 1.300 pase¨ªllos¡±.
Y el toro.
¡°S¨ª, el toro ha sido mi pasi¨®n. Acud¨ªa a la plaza con un cuaderno y un rotulador negro, y dibujaba todas las tardes cuando las circunstancias me lo permit¨ªan. La verdad es que yo he sido autodidacta, en ese ruedo he aprendido a dibujar y he disfrutado cada tarde¡±.
Poco a poco, Palacios se hizo un nombre rotulador en mano, comenz¨® a colaborar en peri¨®dicos y revistas, y su condici¨®n art¨ªstica super¨® con creces sus habilidades como arenero.
Un dibujo a plumilla sobre la Virgen de la Macarena es su obra favorita
En 2018, el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid le encomend¨® ilustrar el cartel anunciador de la tradicional corrida de toros Goyesca del 2 de mayo, obra que actualmente se encuentra expuesta en el Museo Taurino de la plaza. Su producci¨®n art¨ªstica, centrada en el mundo del toro, el dominio del color y el dibujo directo, y recogida en varios libros, la ha mostrado en m¨¢s de 60 exposiciones en Espa?a, Alemania, Francia y Estados Unidos.
¡°El toro me ha vuelto loco¡±, dice; ¡°en el ruedo y en el campo, pero siempre me ha interesado m¨¢s que el torero. Y lo que m¨¢s me ha gustado ha sido el dibujo con rotulador y plumilla¡±.
A pesar de ello, ha probado con el ¨®leo, la acuarela y la pintura acr¨ªlica, y con escenarios y modelos fuera del ¨¢mbito taurino; incluso con la corriente abstracta.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su obra favorita?
Respuesta. ¡°Un dibujo a plumilla sobre la Virgen de la Macarena de Sevilla, a ra¨ªz de un viaje que hice con mi esposa en 1964. Estaba la imagen en besamanos, tom¨¦ unos apuntes, y el cuadro final cuelga en el cabecero de nuestra cama de matrimonio¡±.
P. Toda la vida dibujando al toro, y su obra m¨¢s querida es un motivo religioso¡
R. ¡°S¨ª, porque forma parte de mis sentimientos y creencias. Ese cuadro no tiene precio. Una se?ora me lleg¨® a ofrecer un cheque en blanco y lo rechac¨¦¡±.
Y a pocos metros del dibujo de la Macarena, una cabeza de toro cuelga en el sal¨®n de su vivienda. Es la de ¡®Rendao¡¯, un ejemplar de la ganader¨ªa de Jaral de la Mira, que el picador Alfonso Rodr¨ªguez Maz¨®n ¡®El Moro¡¯ le brind¨® en Las Ventas en el a?o 1973. Aclara Palacios que fue un caso ¨²nico en la historia, aunque en 1993 volvi¨® a recibir el brindis de otro picador, el franc¨¦s Buig Michel, en la plaza de Arles.
Dos brindis de picadores y otros de una larga lista de matadores que el homenajeado guarda con esmero en su casa, un atiborrado museo donde se apilan cuadros, fotograf¨ªas, placas, premios y galardones de todo tipo, recuerdos de toda una vida.
P. ?Se considera usted un buen pintor?
R. ¡°Eso tendr¨¢n que decirlo los dem¨¢s¡±, tercia su esposa, Lolita.
¡°He sido uno m¨¢s¡±, aclara Palacios; ¡°un apasionado, eso s¨ª, al que, unas veces, el toro ha metido la cabeza y ha dibujado un buen muletazo, y otras no ha habido forma. Eso es al arte, porque depende del momento y de c¨®mo te sientas para que la inspiraci¨®n te acompa?e¡±.
C¨¦sar Palacios ya no dibuja. Ha cerrado su estudio y se ha visto obligado a cambiar sus paseos por la plaza por las citas m¨¦dicas para mantener a raya esa tos persistente que le impide moverse sin andador.
¡°Es terrible no poder ir a los toros¡±, se lamenta el artista, ¡°pero diga que estoy muy agradecido al Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad. Ese azulejo estar¨¢ ah¨ª toda la vida; no duermo pensando en ¨¦l¡±.
¡°?Hemos terminado?¡±, pregunta C¨¦sar Palacios.
¡°?Le importa que encienda un cigarrito¡?¡±
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