¡®Siempre contigo¡¯, bonito entronque con el universo de Chaplin

El padre que, armado de cari?o y paciencia, cuida del hijo indefenso frente a cualquier inclemencia tiene su mejor exponente en El chico, obra maestra de la ternura y la comicidad de Charles Chaplin. Un mito al que se dirige con explicitud, y una mezcla de convicci¨®n y cierta osad¨ªa, el israel¨ª Nir Bergman en Siempre contigo: drama con muy espor¨¢dicos toques de comedia que, desde el inicio, incluso con la utilizaci¨®n de su m¨ªtica banda sonora, entronca con aquel inmenso t¨ªtulo imperecedero del a?o 1921. Es...

El padre que, armado de cari?o y paciencia, cuida del hijo indefenso frente a cualquier inclemencia tiene su mejor exponente en El chico, obra maestra de la ternura y la comicidad de Charles Chaplin. Un mito al que se dirige con explicitud, y una mezcla de convicci¨®n y cierta osad¨ªa, el israel¨ª Nir Bergman en Siempre contigo: drama con muy espor¨¢dicos toques de comedia que, desde el inicio, incluso con la utilizaci¨®n de su m¨ªtica banda sonora, entronca con aquel inmenso t¨ªtulo imperecedero del a?o 1921. Eso s¨ª, aqu¨ª el cr¨ªo es un joven casi adulto, con un grave trastorno del espectro autista, que ha provocado que el padre abandone por un tiempo (largo) su trabajo y se ocupe casi exclusivamente de su cuidado.

Bergman, uno de los creadores de In therapy (2005), la serie que dio lugar al mucho m¨¢s conocido remake americano dirigido por Rodrigo Garc¨ªa y protagonizado por Gabriel Byrne (y a su posterior renacimiento de este 2021), demuestra un talento descomunal para la creaci¨®n de situaciones con infinita delicadeza. Sin ahogar al espectador en el drama, y con buena mano para la fusi¨®n entre cari?o y temple. Ahora bien, sin ahorrarse ni un ¨¢pice el lado oscuro de la situaci¨®n. As¨ª, en una de las secuencias filma con rotundidad un berrinche casi insoportable del hijo, alargad¨ªsimo en el tiempo, pero imprescindible para que el espectador vea lo complicado, y hasta terrible, que puede ser en alg¨²n momento el cuidado del chaval y el dolor ocasionado. La relaci¨®n es preciosa, pero en modo alguno es jauja.

Y aunque al principio choque un tanto el atrevimiento del director, sobre todo porque sus im¨¢genes y sus acciones no acaban de tener en su puesta en escena y en su comicidad ese admirable toque chaplinesco (salvo la ocurrente caminata de andares extra?os para no pisar los caracoles del suelo), la pel¨ªcula se va elevando con fuerza, pasi¨®n y mimo.

Con magn¨ªficas interpretaciones de Shai Avivi y Noam Imber, y siempre en esa l¨ªnea ascendente, Siempre contigo culmina de un modo bell¨ªsimo, y engarzando bien la l¨ªnea de la m¨ªtica obra de Chaplin: en el interior del relato, a partir de la rotura del cristal, rememorando al padre cristalero y al ni?o rompecristales de la pel¨ªcula muda; y en el simbolismo, en un plano final con el padre de espaldas y de camino hacia no se sabe d¨®nde, al que solo le falta el circulito final en forma de cortinilla; aquel que sol¨ªa cerrar las historias del maestro.