¡®The Show¡¯: la ch¨¢chara de Alan Moore

Desde la superficie todo parece muy atractivo: una pel¨ªcula escrita por Alan Moore que a¨²na el cine negro estadounidense, la experiencia sobrenatural, el surrealismo, el ocultismo, el onirismo y una cohorte de personajes extravagantes en su Northampton natal. Pero en la pr¨¢ctica The Show, nuevo trabajo art¨ªstico de la pareja que forman Moore y Mitch Jenkins, su habitual creador de im¨¢genes en pantalla grande (Act of Faith, Jimmy¡¯s End), es un batiburrillo sin solidez narrativa que ¨²nicamente lega un pu?ado de im¨¢genes perturbadoras.

Presentada en el festival de Sitges con muy buen recibimiento entre los fans del autor de las fundamentales novelas gr¨¢ficas Watchmen, V de Vendetta y La liga de los hombres extraordinarios, The Show acaba pesando como una losa por culpa de una historia redundante y monocorde, llena de farragosas explicaciones, de la que se acaba desconectando por falta de inter¨¦s dram¨¢tico, que no visual. Pese a la superpoblaci¨®n de planos inclinados por parte de Jenkins, m¨¢s antiguos que expresivos, bastantes im¨¢genes tienen la suficiente belleza para el impacto. Tambi¨¦n ciertas situaciones y algunos de los personajes (con el propio Moore en uno de los roles), as¨ª como sus toques de metalenguaje cultural. Pero la b¨²squeda de la cruz dorada por parte del asesino a sueldo disfrazado de detective privado acaba resultado de un fatigoso extenuante. La ch¨¢chara incesante que acompa?a la trama principal golpea como una paliza de datos que a pocos importan.

Quiz¨¢ en todo ello influya que la idea de Moore es que The Show ejerza de episodio piloto de una futura serie de televisi¨®n. O tambi¨¦n que el montaje con el que se estrena en la plataforma Filmin sea de media hora m¨¢s de duraci¨®n que en la versi¨®n de 82 minutos exhibida en los festivales internacionales, y que tan buena acogida obtuvo.