Fernando Le¨®n: ¡°Sin el sentido de pertenencia a una clase social, triunfa el todos contra todos¡±
El cineasta presenta una nueva visi¨®n de las relaciones laborales en ¡®El buen patr¨®n¡¯, casi dos d¨¦cadas despu¨¦s de la Concha de Oro a ¡®Los lunes al sol¡¯
Hay algo de juego preparado en el hecho de que El buen patr¨®n concurse en un festival de San Sebasti¨¢n 19 a?os despu¨¦s de que Los lunes al sol ganara la Concha de Oro en el certamen. Desoyendo otros cantos de sirena, los productores han decidido seguir lanzamientos similares para pel¨ªculas que se han convertido en cara y cruz de la misma moneda, las relaciones laborales en Espa?a. El estreno donostiarra...
Hay algo de juego preparado en el hecho de que El buen patr¨®n concurse en un festival de San Sebasti¨¢n 19 a?os despu¨¦s de que Los lunes al sol ganara la Concha de Oro en el certamen. Desoyendo otros cantos de sirena, los productores han decidido seguir lanzamientos similares para pel¨ªculas que se han convertido en cara y cruz de la misma moneda, las relaciones laborales en Espa?a. El estreno donostiarra antecede a su llegada a las salas comerciales el 15 de octubre. Implicado, obviamente, en este mundanal ruido, aunque luchando por reflexionar estrictamente sobre la pel¨ªcula y su tema central, Fernando Le¨®n (Madrid, 53 a?os), se sienta a hablar de un filme que como casi todo su cine ahonda en un motor vital del ser humano: el poder, su ejercicio y su ausencia.
Y ese poder sobre la vida y la muerte ejerci¨® su m¨¢xima violencia en los campos de concentraci¨®n nazis, donde el letrero ¡°El trabajo os har¨¢ libres¡± recib¨ªa a los presos. El de Auschwitz se le¨ªa en un arco met¨¢lico sobre la puerta principal de acceso casi id¨¦ntico al que se puede ver en la entrada a la f¨¢brica de B¨¢sculas Blanco, el epicentro de la narraci¨®n de El buen patr¨®n. ¡°De hecho, me fij¨¦ mucho despu¨¦s en la coincidencia. Nosotros busc¨¢bamos un look de los a?os cuarenta, cincuenta, entre elegante y tradicional¡±, los inicios del desarrollismo industrial en Espa?a. ¡°Desde luego, no fue consciente, pero entiendo que si hablamos de ese arco y de la referencia al trabajo, acabemos casi ah¨ª¡±, reflexiona Le¨®n. ¡°Y adem¨¢s en El buen patr¨®n aparecen muchas consignas: ¡®Esfuerzo¡¯, ¡®Equilibrio¡¯, ¡®Fidelidad¡¯... Que podr¨ªan acercarnos a llamamientos fascistas¡±.
Desde arriba, como se hac¨ªa en las viejas factor¨ªas retratadas por las novelas de finales del siglo XIX, el jefe escruta a sus empleados, casi como Amon Goeth disparaba al azar en La lista de Schindler. ¡°La relaci¨®n de altura la ten¨ªa muy consciente en la cabeza, porque es una empresa muy personalista, al viejo estilo, que reafirma su supuesta superioridad. Por eso, el empleado despedido que acampa en protesta fuera de la f¨¢brica lo hace en una loma: me gustaba el desequilibrio que siente Juli¨¢n Blanco ¡ªal que encarna Javier Bardem¡ª cuando por primera vez alguien que ¨¦l considera inferior le mira y le grita desde arriba¡±.
La historia de Julio Blanco, abocado a que en una semana se le derrumbe su castillo de naipes, ese mundo de apariencias y jerarqu¨ªas que con tanto mimo ha levantado durante lustros, acompa?a a Le¨®n desde hace unos a?os. ¡°Como suelo hacer, escribo un tratamiento y lo guardo a la espera de su momento¡±, explica su creador. ¡°All¨ª ya estaba toda la historia. Me parece un buen m¨¦todo, porque cuando vuelves a ella la miras con distancia y a la vez con expectativas: ?estar¨¢ tan bien como la recuerdo? ?Ahora es su momento, me motiva? A esta historia le ten¨ªa mucha fe, porque me interesaban las relaciones intrincadas con el patr¨®n, quien las condiciona todas¡±.
¡°Mi pel¨ªcula es una s¨¢tira, busca la capacidad cat¨¢rtica que ofrece el humor. La risa te permite decir cosas muy jodidas sin que se note tanto¡±
El buen patr¨®n comenz¨® su andadura antes de la pandemia, pero se film¨® despu¨¦s. No es un tema que aparezca en pantalla, aunque Le¨®n se detiene a reflexionar: ¡°Mi patr¨®n estar¨ªa completamente en contra del teletrabajo, porque por principio ¨¦l desconf¨ªa de sus empleados. Tras lo vivido en 2020, todos esper¨¢bamos grandes cambios y al final todos somos muy de rutinas y costumbres. Hay din¨¢micas muy dif¨ªciles de cortar, y sospecho que se mantendr¨¢n¡±. ?Eso no es triste? ¡°Cierto¡±. ?Y su retrato de unas nuevas generaciones tan crueles como las precedentes? ¡°Bueno, mi pel¨ªcula es una s¨¢tira, busca la capacidad cat¨¢rtica que ofrece el humor. La risa te permite decir cosas muy jodidas sin que se note tanto. Y aun as¨ª, lo contado, al menos para m¨ª, est¨¢ apegado a la realidad actual, sobre todo en un entorno laboral reducido, como el de esta f¨¢brica, con 150 trabajadores, en una ciudad de provincias an¨®nima, donde un empresario puede ejercer mayor presi¨®n sobre los pol¨ªticos. Y no nos olvidemos de que esas relaciones salvajes no solo se hacen verticalmente, sino tambi¨¦n horizontalmente. Sin el sentido de pertenencia a una clase social, con la desaparici¨®n de ese tejido, triunfa el todos contra todos. He rehuido el manique¨ªsmo para mostrar que todos tienen intereses y reacciones poco ¨¦ticas. Es un paisaje deshumanizado¡±.
El poder, en el fondo, y los microcosmos, en la forma, en los grupos humanos retratados, conforman los cimientos del cine de Fernando Le¨®n. ¡°Es que el poder juega un rol fundamental en la sociedad actual. Hay todo tipo de relaciones de poder, y por tanto de relaciones de vasallaje¡±. Como en Princesas, Familia... ¡°Desde luego, no se salva nadie. Y en El buen patr¨®n ni siquiera hay diferenciaci¨®n por etnias o sexo. Todos se mueven por sentimientos oscuros. Incluso la becaria, que jugar¨¢ al cazador cazado. Ya sabes que doy muchas vueltas a los guiones, los amaso mucho, y finalmente los personajes reflejan esa reflexi¨®n¡±. A cada uno le ha dedicado su tiempo, aunque es obvio que el director de orquesta es Julio Blanco. ¡°Con Javier hablamos mucho de un concepto que adem¨¢s le une a la f¨¢brica: es un hombre que est¨¢ siempre maquinando. M¨¢s all¨¢ de sus notas c¨¢lidas, que las tiene, prepara sus salidas ante posibles problemas. Su cercan¨ªa, por ejemplo, es una m¨¢s de sus herramientas de trabajo¡±.
Hace 19 a?os, cuando estren¨® Los lunes al sol, ?pens¨® que a estas alturas las cosas estar¨ªan peor? Le¨®n lo tiene claro: ¡°Bueno, un pesimista es un optimista bien informado. No he querido edulcorar nada, aunque s¨ª usar el humor. Ahora bien, en la realidad vemos c¨®mo el empleo es cada vez m¨¢s precario. Cada reforma laboral endurece la situaci¨®n. En Los lunes al sol, la sensaci¨®n de pertenencia de los trabajadores a un grupo social les daba un salvavidas no solo en lo econ¨®mico, sino tambi¨¦n en lo personal, en la estima. Hoy no queda ni eso¡±.