Jes¨²s Arbu¨¦s: ¡®A la Espa?a vaciada yo la llamar¨ªa la Espa?a imaginada¡¯
El director de teatro ha adaptado ¡®La lluvia amarilla¡¯ de Llamazares, que sigue de gira por el pa¨ªs
Jes¨²s Arbu¨¦s (Santa Eulalia de G¨¢llego, Huesca, 52 a?os) naci¨® en el fr¨ªo y llega a Madrid, donde ma?ana terminan las representaciones de La lluvia amarilla, a partir de la novela de Julio Llamazares, (Seix Barral, 1988), como si lo recibiera una lluvia de hielo ante el Teatro Espa?ol, donde Ricardo Joven y Alicia Montesquiu interpretan su adaptaci¨®n. Estudi¨® el oficio en el ...
Jes¨²s Arbu¨¦s (Santa Eulalia de G¨¢llego, Huesca, 52 a?os) naci¨® en el fr¨ªo y llega a Madrid, donde ma?ana terminan las representaciones de La lluvia amarilla, a partir de la novela de Julio Llamazares, (Seix Barral, 1988), como si lo recibiera una lluvia de hielo ante el Teatro Espa?ol, donde Ricardo Joven y Alicia Montesquiu interpretan su adaptaci¨®n. Estudi¨® el oficio en el Institut del Teatre de Barcelona y durante veinticinco a?os ha creado m¨¢s de 30 espect¨¢culos que superan en conjunto las 2.500 funciones. Esta Lluvia amarilla suya y de Llamazares seguir¨¢ ahora una gira que comienza en Soria, capital tambi¨¦n de la llamada ¡°Espa?a vaciada¡±.
Pregunta. Esa Espa?a suya ya est¨¢ m¨¢s cerca de Madrid¡
Respuesta. La primera vez que me mont¨¦ en el AVE dije: ¡°?No nos van a dar otra vueltita m¨¢s?¡± ?Por la carretera general eran m¨¢s de cuatro horas! Ha cambiado la distancia f¨ªsica, pero tambi¨¦n la distancia virtual. En mi pueblo peque?ito, de cincuenta habitantes, vive una maquilladora que trabaja en Par¨ªs, por ejemplo. Hace 15 a?os no pasaba.
P. ?Cambiar¨ªa el t¨®pico de la ¡°Espa?a vaciada¡±?
R. Yo la llamar¨ªa la Espa?a imaginada. Est¨¢ ah¨ª, pero no se conoce; se manejan t¨®picos y fantas¨ªas. Esa Espa?a de m¨¢s all¨¢ de las ciudades a veces se mira con conmiseraci¨®n o como parque tem¨¢tico. Espa?a cre¨® unos virreinatos auton¨®micos, pero no se vertebr¨®. Se export¨® el modelo de Madrid a otros ¡°Estaditos¡±. El nombre m¨¢s acertado es el de Ortega y Gasset: ¡°La Espa?a invertebrada¡±. Nunca ha dejado de ser la Espa?a invertebrada, pero yo la llamar¨ªa la Espa?a imaginada.
P. Se atrevi¨® a crear hace dos a?os una empresa de teatro en su pueblo de 50 habitantes¡
R. Una locura. Una sala que tiene 56 butacas, seis m¨¢s que los censados. Hicimos un espect¨¢culo con los ¨²ltimos sonetos de Lorca o hemos adaptado esta novela, que parec¨ªa inadaptable¡ ?Esas locuras son las que mejor han salido! Necesitaba crear este espacio y necesitaba hacer La lluvia amarilla. El teatro est¨¢ lleno de gente urbana que cuenta cosas de gente urbana, a veces historias peque?oburguesas y, a veces, historias con un halo de modernidad. Y de repente hay que contar La lluvia amarilla.
P. ?Le apela personalmente?
R. Hab¨ªa hecho Ligeros de equipaje, que habla de los 500.000 espa?oles que en 1939 cruzaron la frontera por Catalu?a. ?Era el doble de gente de la que viv¨ªa en el sur de Francia! Nadie la contaba, y merec¨ªa la pena. Y La lluvia¡ explica la incapacidad emocional que tenemos: el protagonista es incapaz de dar un abrazo, de hablarle a su mujer; en ese ambiente un padre no abraza a un hijo. La casa no es un mont¨®n de piedras; es lo que te comunica con los antepasados, la herencia de una estirpe¡ Esa atm¨®sfera est¨¢ en La lluvia amarilla, el esp¨ªritu de que hay que ser digno del sitio del que vienen las generaciones que te preceden.
P. ?Tiene usted ese esp¨ªritu?
R. Lo tiene todo el mundo en el pueblo. Sal¨ª de all¨ª a los 14 a?os, mis padres se quedaron. Eres de all¨ª y siempre eres de all¨ª, de una familia cuyo apellido te sigue m¨¢s que tu nombre propio.
P. Trae al centro de Madrid el fr¨ªo que transmite Llamazares... en su novela¡
R. No quer¨ªa hacer un espect¨¢culo en el que un pobre se?or est¨¦ en su cocina representando algo realista-costumbrista. Hubiera sido un flaco favor a la novela, que admiro. Hab¨ªa que coger ese punto po¨¦tico, on¨ªrico, de Julio. El espect¨¢culo es palabra y teatro, una escenograf¨ªa que es todo el rato la misma, pero la vamos pintando. Amancio Prado la vio y me dijo que era como crear cuadros.
P. Hay llanto, hay venganza, factores que tienen que ver con ese mundo solitario.
R. Planteo un personaje extremo, a partir del personaje m¨ªtico que dibuja Julio. Es como el japon¨¦s que se queda en la isla en la Segunda Guerra Mundial. Del Pirineo se fue mucha gente, estudi¨® fuera, ha vuelto y ha montado su historia. Es la historia de los abuelos y de los padres. Estamos en la provincia con m¨¢s pueblos abandonados de Espa?a, y con m¨¢s pantanos. Ahora la gente cambia y, si cambia la gente, cambian los sitios.
P. Cambia hasta el fr¨ªo.
R. El fr¨ªo es la infancia. Cuando eres ni?o en la Espa?a rural todo se hace con fr¨ªo. Hay una estufa en la cocina y el resto de la casa est¨¢ helado. Tengo m¨¢s fr¨ªo en Madrid que en Huesca porque all¨ª ya me relaciono de siempre con el fr¨ªo.
En la capital hace m¨¢s fr¨ªo.