Joan Didion, chica de California
La periodista y escritora fue autora de una cantidad excepcional de frases perfectas con una escritura que era econom¨ªa, claridad y sencillez
En 2006, Joan Didion ¡ªescritora y periodista estadounidense nacida en Sacramento en 1934, y fallecida este jueves 23 de diciembre en Nueva York¡ª dijo que su ideal de estilo en la escritura era ¡°econom¨ªa, claridad, sencillez¡±. Era econ¨®mica, era clara, pero lo que hac¨ªa estaba lejos de ser sencillo. Excepto que se considere sencillo escribir una cantidad excepcional de frases perfectas en el ar...
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En 2006, Joan Didion ¡ªescritora y periodista estadounidense nacida en Sacramento en 1934, y fallecida este jueves 23 de diciembre en Nueva York¡ª dijo que su ideal de estilo en la escritura era ¡°econom¨ªa, claridad, sencillez¡±. Era econ¨®mica, era clara, pero lo que hac¨ªa estaba lejos de ser sencillo. Excepto que se considere sencillo escribir una cantidad excepcional de frases perfectas en el arranque de cr¨®nicas perfectas (¡°Nos contamos historias a nosotros mismos para poder vivir¡±, El ¨¢lbum blanco, 1968-1978; ¡°Es dif¨ªcil ver los principios de las cosas y no tan f¨¢cil ver los finales. Por ejemplo, ahora me acuerdo, con una claridad que hace que se me encojan los nervios del cuello, de cu¨¢ndo empez¨® Nueva York para m¨ª, pero no puedo discernir con precisi¨®n el momento en que termin¨®¡±, Adi¨®s a todo aquello, 1967).
Excepto que se considere sencillo describir en pocas l¨ªneas el romanticismo irrenunciable y molesto que la recorr¨ªa, como lo hizo en John Wayne: Canci¨®n de amor (1965), al recordar que Wayne le dice en uno de sus filmes a una muchacha que le har¨¢ una casa en el recodo del r¨ªo donde crecen los ¨¢lamos: ¡°La verdad es que al crecer yo no me convert¨ª en la clase de mujer que protagoniza una pel¨ªcula del Oeste, y aunque los hombres a los que he conocido han tenido muchas virtudes y me han llevado a vivir a muchos sitios, nunca han sido John Wayne, y nunca me han llevado tampoco a ese recodo del r¨ªo donde crecen los ¨¢lamos. Pero en las profundidades de mi coraz¨®n, donde cae eternamente la lluvia artificial, esa sigue siendo la frase que yo quiero o¨ªr¡±.
Vivi¨® un tiempo en Nueva York, donde tuvo su primer trabajo period¨ªstico en la revista Vogue, y luego regres¨® a California, una regi¨®n que le resultaba a la vez vivificante y odiosa, y que retrat¨® en cr¨®nicas excepcionales que pueden leerse en Los que sue?an el sue?o dorado (Mondadori, 2012). Ten¨ªa elegancia y refinamiento, una belleza notable que portaba con autoconciencia y desaprensi¨®n, era endemoniadamente esnob, pero tambi¨¦n ruda, fuerte, salvaje, due?a de una prosa punzante, una mirada p¨¦rfida y un instinto ambicioso que le permiti¨® transformarse en la ¨²nica mujer que, durante mucho tiempo, rein¨® en el grupo de varones que formaban el grupo del Nuevo Periodismo norteamericano, gente como Tom Wolfe, Hunter Thompson o Gay Talese.
Escribi¨® novelas, guiones cinematogr¨¢ficos y algunas de las obras de no ficci¨®n m¨¢s notables de Estados Unidos, Slouching Towards Bethlehem (1968); El ¨¢lbum blanco (1979); Salvador (1983); de las cuales El a?o del pensamiento m¨¢gico (2005) es la m¨¢s conocida y una de las piezas magnas de eso que se conoce como ¡°literatura de duelo¡±, un g¨¦nero que se interna en recuerdos tristes para hacer, de lo que fue pesadilla, literatura. Pocos autores lo hacen con la astringencia de Didion, que maneja las cargas de la nitroglicerina emocional con coraje y astucia narrativa. Sin cursiler¨ªa ni autocomplacencia, el libro cuenta el tiempo oscuro que le sigui¨® a la muerte de su marido, el fabuloso escritor John Gregory Dunne, ocurrida el 30 de diciembre de 2003 en el exacto momento en que ambos, que llevaban d¨¦cadas juntos y se jactaban de poder terminar el uno las frases de la otra y viceversa, se dispon¨ªan a comer despu¨¦s de haber visitado a la hija de ambos, Quintana, que estaba en coma en un hospital.
Ese encastre de desgracias ¡ªmarido muerto, hija en coma¡ª no solo no aniquil¨® a Didion, sino que pocos meses despu¨¦s, el 4 de octubre de 2004, se sent¨® a escribir este libro, que empieza con un p¨¢rrafo que ya es un cl¨¢sico, otra demostraci¨®n de esa capacidad sobrenatural que ten¨ªa para lograr frases parcas que impactaban como un chorro de fuego: ¡°La vida cambia r¨¢pido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar, y la vida que conoces se acaba. El tema de la autocompasi¨®n¡±. Lo que en otro hubiera sido aforismo barato, en ella era una r¨¢faga qu¨ªmica. Buena parte de su obra se consigue en espa?ol ¡ªLiteratura Random House public¨® en 2021 Lo que quiero decir, que re¨²ne 10 art¨ªculos in¨¦ditos en nuestra lengua¡ª gracias al editor Claudio L¨®pez Lamadrid, que la public¨® en esa casa. Fallecido el 11 de enero de 2019, L¨®pez Lamadrid citaba a menudo esta frase de Didion: ¡°Escribir es una empresa complicada, que requiere que el editor no solo mantenga una fe que el escritor ¨²nicamente comparte a rachas intermitentes, sino tambi¨¦n que le caiga bien el escritor, algo que no es f¨¢cil. Los escritores casi nunca son gente agradable. No aportan nada a la fiesta, se dejan la diversi¨®n en la m¨¢quina de escribir¡±. Que es donde debe estar y donde, con sarcasmo, inteligencia y un desd¨¦n encantador, la puso esta chica de California.