¡®No mires arriba¡¯ y el poder de la s¨¢tira
El mundo pospand¨¦mico no es racional. Lo ha sabido captar la pel¨ªcula de Adam McKay, donde se ridiculiza el di¨¢logo de sordos entre la ciencia y la pol¨ªtica. Re¨ªrse de todo es pasi¨®n, catarsis y libertad
La risa es un arma pol¨ªtica, sirve para desobedecer a la autoridad. Una de las manifestaciones art¨ªsticas de la risa es la s¨¢tira, y s¨¢tira despiadada es la que encontramos en la ya famosa pel¨ªcula No mires arriba, del director Adam McKay. La s¨¢tira necesita ser despiadada, carnavalesca, bufa, disonante.
El mundo pospand¨¦mico ya no es racional. Las ideolog¨ªas deliran, los presidentes de Gobierno deliran, el capitalismo delira. La verdad se ha vuelto ininteligible. Ese ambient...
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La risa es un arma pol¨ªtica, sirve para desobedecer a la autoridad. Una de las manifestaciones art¨ªsticas de la risa es la s¨¢tira, y s¨¢tira despiadada es la que encontramos en la ya famosa pel¨ªcula No mires arriba, del director Adam McKay. La s¨¢tira necesita ser despiadada, carnavalesca, bufa, disonante.
El mundo pospand¨¦mico ya no es racional. Las ideolog¨ªas deliran, los presidentes de Gobierno deliran, el capitalismo delira. La verdad se ha vuelto ininteligible. Ese ambiente de ingravidez moral es el que ha sabido captar No mires arriba, donde se ridiculiza el di¨¢logo de sordos entre la ciencia y la pol¨ªtica, algo que hemos visto y seguimos viendo en la pandemia. La ciencia tambi¨¦n se vuelve grotesca cuando se convierte en un espect¨¢culo medi¨¢tico m¨¢s. La realidad y los hechos resultan insoportables si no se metamorfosean en un reality show. Pero No mires arriba solo es eso, una pel¨ªcula, una fantas¨ªa que obvia algo fundamental del coraz¨®n humano como es la capacidad de supervivencia.
Si vencimos al nazismo y si desenmascaramos al estalinismo, es muy posible que seamos capaces de desviar la ¨®rbita de un cometa, asesino de planetas, que viene a por nosotros, tal como plantea la ficci¨®n de la pel¨ªcula. No somos dinosaurios. Sabremos desviar esa bala. All¨ª la pel¨ªcula se equivoca desde un punto de vista antropol¨®gico, pero eso da igual, lo importante es que acierta en lo fundamental: somos una civilizaci¨®n a la deriva y ya no somos tr¨¢gicos sino grotescos. Luis Bu?uel ha vencido a Ingmar Bergman. Hay un momento decisivo en No mires arriba y es cuando el personaje que interpreta Jennifer Lawrence afirma que quienes nos gobiernan no son m¨¢s inteligentes que nosotros. No solo no son m¨¢s inteligentes que nosotros, sino que casi seguro que lo son menos, ese el punto m¨¢s disolvente de esta historia. Cre¨ªamos que el ejercicio del poder requiere actitudes previas, como la inteligencia, la capacidad anal¨ªtica y la responsabilidad.
El mundo que pinta No mires arriba es el de un planeta que ha expulsado las humanidades de su seno (sobre todo la ense?anza de la filosof¨ªa) y las ha cambiado por un uso fr¨ªvolo de las redes sociales. Muy divertido al principio, al final una ruina s¨®rdida y banal. La pel¨ªcula ha hecho que me acuerde de una estupenda novela reciente. Estoy pensando en Queridos ni?os de David Trueba, que retrataba una sociedad incapaz de aceptar la verdad y, por tanto, necesitada de ser tratada como un ni?o a quien hay que mentir para que no se asuste ni se aterrorice. Pel¨ªcula y novela recurren a la s¨¢tira como forma de representaci¨®n de eso tan l¨ªquido e ingr¨¢vido que nos pasa como sociedad y que no sabemos precisar. Tanto en No mires arriba como en Queridos ni?os las vidas de los personajes est¨¢n devastadoramente vac¨ªas. Una vida vac¨ªa es como una c¨¦lula cancerosa, acaba narrando su vac¨ªo a la c¨¦lula de al lado, hasta formar un continente inmenso de oscuridad que nos lleva hacia la enfermedad moral.
En el filme la presidenta de los Estados Unidos, una incre¨ªble Meryl Streep, que al final de la cinta nos ense?a el culo, va m¨¢s all¨¢ de ser una representaci¨®n de Trump, como se ha querido ver. Yo creo que en esa presidenta caben todos los presidentes de la Tierra. Incluido el actual Biden. Incluido incluso el nuestro, el que tenemos ahora y el que vendr¨¢ despu¨¦s. Si no entendemos eso, si no entendemos que nuestra vida mueve a risa y a esperpento, no estamos preparados para la s¨¢tira, porque a¨²n somos creyentes, a¨²n somos obedientes. El carnaval ha vuelto. Re¨ªrse de todo es pasi¨®n, es catarsis, es fiesta, es libertad inoxidable.