¡®La hija oscura¡¯: el gran debut como directora de la actriz Maggie Gyllenhaal

En La madre cruel, poema an¨®nimo del siglo XVII que Shirley Collins convirti¨® en los a?os sesenta en una de las m¨¢s bellas canciones del folk ingl¨¦s, la hija de un predicador, enamorada del hombre equivocado, mata a sus beb¨¦s reci¨¦n nacidos. Despu¨¦s del crimen, de regreso a casa por el bosque, la joven mujer establece un doloroso di¨¢logo con los ni?os. Son peque?os fantasmas que ya nunca abandonar¨¢n la sombra de la cruel infanticida.

La hija oscura no narra un crimen dom¨¦stic...

En La madre cruel, poema an¨®nimo del siglo XVII que Shirley Collins convirti¨® en los a?os sesenta en una de las m¨¢s bellas canciones del folk ingl¨¦s, la hija de un predicador, enamorada del hombre equivocado, mata a sus beb¨¦s reci¨¦n nacidos. Despu¨¦s del crimen, de regreso a casa por el bosque, la joven mujer establece un doloroso di¨¢logo con los ni?os. Son peque?os fantasmas que ya nunca abandonar¨¢n la sombra de la cruel infanticida.

La hija oscura no narra un crimen dom¨¦stico, pero su protagonista, una fil¨®loga de 48 a?os devota de Auden y Yeats que pasa sola unas vacaciones en una isla griega, revivir¨¢ en su propio bosque de recuerdos los fantasmas de su compleja y, en sus propias palabras, ¡°desnaturalizada¡± maternidad. Adaptaci¨®n de la novela corta hom¨®nima de Elena Ferrante, La hija oscura est¨¢ escrita y dirigida por la actriz estadounidense Maggie Gyllenhaal: un gran debut protagonizado por la actriz brit¨¢nica Olivia Colman, candidata al Oscar y a lo que le echen.

Gyllenhaal logra tocar las teclas correctas de un relato dur¨ªsimo en el que el pasado se precipita sobre el presente. En una playa, en esa placentera enso?aci¨®n del sol y la sal, la protagonista, sola y hura?a, se fija en una madre torpe, distra¨ªda y guap¨ªsima interpretada por Dakota Johnson. Un espejo en el que a la protagonista le gusta mirarse hasta que aflora la culpa (incluso cuando no hay culpa) y otros oscuros monstruos.

Con una mirada cargada de sutil sabidur¨ªa, Gyllenhaal envuelve su filme de sensaciones y de no demasiadas palabras, una atm¨®sfera cerrada y tensa, llena de sombras y preguntas, en la que consigue integrar los flashbacks protagonizados por la actriz Jessie Buckley, candidata tambi¨¦n a un Oscar por dar vida a la protagonista de joven, una madre de dos ni?as que cr¨ªa a sus hijos junto a su pareja mientras ambos preparan sus tesis. Sabemos que las hijas tienen ahora 23 y 25 a?os, que nacieron cuando la pareja era muy joven y el deseo de la madre qued¨® bruscamente truncado por la crianza. Mientras trabaja con su ordenador, la madre intenta masturbarse, pero sus hijas boicotean su intimidad hasta la desesperaci¨®n.

El tono de todos los actores de La hija oscura roza la perfecci¨®n y, con el permiso del veterano Ed Harris y la siempre virtuosa Colman ¡ªuna actriz cuya t¨¦cnica le permite hacer pr¨¢cticamente lo que sea¡ª, Jessie Buckley y, sobre todo, Dakota Johnson ¡ªdue?a de un aut¨¦ntico im¨¢n para la c¨¢mara¡ª destacan en sendos papeles de madres j¨®venes y sobrepasadas.

En una de esas secuencias que explican muchas cosas, el personaje que interpreta Buckley rega?a a su hija mayor, la m¨¢s absorbente de las dos. La ni?a reclama atenci¨®n pegando a la madre, un gesto bastante habitual en ese pulso que es siempre la crianza y que cualquier madre con sentido com¨²n zanja de un plumazo. La ni?a no da pena al espectador, pero tampoco es f¨¢cil empatizar del todo con una madre como la que esta pel¨ªcula retrata. La tiran¨ªa de los hijos, la maternidad como una losa, el ego¨ªsmo de la madre o el precio de su libertad sobrevuelan La hija oscura, una pel¨ªcula cuya encrucijada se resuelve de la forma m¨¢s dulce y cruel posible.