El rastreador de los apellidos jud¨ªos de Egipto
Un apasionado de la genealog¨ªa ha reunido en los ¨²ltimos a?os cientos de nombres de familias jud¨ªas que vivieron en El Cairo y Alejandr¨ªa en el siglo XX para evitar que se pierda el recuerdo de quienes formaron unas comunidades hoy pr¨¢cticamente extinguidas
Una mirada r¨¢pida al cementerio jud¨ªo de Basatine, en El Cairo, basta para notar un cierto vac¨ªo, para reparar en la ausencia de algo. Considerado el segundo cementerio jud¨ªo m¨¢s antiguo del mundo, solo superado por el del Monte de los Olivos, en Jerusal¨¦n, el ¨¢rido y extenso lugar cuenta con miles de sepulcros. Pero casi ninguno de ellos tiene nombre.
No siempre ha sido as¨ª: alg¨²n d¨ªa los tuvieron. Pero con el tiempo han ido desapareciendo. El forzoso abandono que sufri¨® el camposanto con el abrupto declive de la comunidad jud¨ªa de Egipto y el desinter¨¦s de las autoridades locales para...
Una mirada r¨¢pida al cementerio jud¨ªo de Basatine, en El Cairo, basta para notar un cierto vac¨ªo, para reparar en la ausencia de algo. Considerado el segundo cementerio jud¨ªo m¨¢s antiguo del mundo, solo superado por el del Monte de los Olivos, en Jerusal¨¦n, el ¨¢rido y extenso lugar cuenta con miles de sepulcros. Pero casi ninguno de ellos tiene nombre.
No siempre ha sido as¨ª: alg¨²n d¨ªa los tuvieron. Pero con el tiempo han ido desapareciendo. El forzoso abandono que sufri¨® el camposanto con el abrupto declive de la comunidad jud¨ªa de Egipto y el desinter¨¦s de las autoridades locales para cuidarlo dejaron el lugar expuesto, sobre todo a partir de los a?os ochenta, a ladrones que pusieron los ojos en las losas de m¨¢rmol de las tumbas. Cuando las robaron, se llevaron consigo los nombres.
En los ¨²ltimos a?os, el esfuerzo de los ¨²ltimos jud¨ªos que quedan en el pa¨ªs y un Gobierno m¨¢s receptivo han logrado frenar la ruina de Basatine y comenzar a revertir su ocaso. Pero la p¨¦rdida de los nombres es irreparable. Hoy, todo lo que queda es una lista de 2.500 apellidos que se han podido localizar. El resto, historias que yacen sin poder identificarse.
¡°Algunas familias nos contactan para saber d¨®nde est¨¢n enterrados [sus allegados]¡±, explica Sami Ibrahim, miembro de la comunidad jud¨ªa de El Cairo, mientras busca, entre piedras, escombros y sepulcros, las tumbas de una familia a petici¨®n de su bisnieta francesa. ¡°A veces tenemos suerte si el nombre aparece en la lista; pero si no est¨¢, entonces no hay nada que hacer¡±, desliza.
En un intento de contribuir a llenar esta laguna de nombres, el veterano diplom¨¢tico israel¨ª y apasionado de la genealog¨ªa Jacob Rosen-Koenigsbuch ha pasado los ¨²ltimos tres a?os sumergido entre revistas, gu¨ªas comerciales, gu¨ªas telef¨®nicas, la lista de Basatine y grupos de jud¨ªos egipcios en redes sociales para elaborar valiosos ¨ªndices de apellidos de familias jud¨ªas que en alg¨²n momento del siglo XX vivieron en El Cairo o Alejandr¨ªa. Hasta ahora ha podido reunir 2.130 apellidos de la primera ciudad y 1.618 de la segunda.
El diplom¨¢tico, que fue embajador en Jordania entre 2006 y 2009, se adentr¨® inicialmente en el mundo de la genealog¨ªa para desentra?ar la historia de su propia familia. Sus padres eran ambos supervivientes del Holocausto, pero siempre rodearon su pasado de un silencio sepulcral. Cuando fallecieron, hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, Rosen-Koenigsbuch solo contaba con el nombre de su abuelo porque le llamaron como a ¨¦l: Jacob. Y fue a partir de aquel hilo como empez¨® a investigar, hasta convertirse, con el tiempo, en una suerte de experto en buscar por archivos de Alemania y de Polonia.
A partir de lo que muchos consideran la construcci¨®n del Egipto moderno, a principios del siglo XIX, el pa¨ªs experiment¨® una gran afluencia de extranjeros atra¨ªdos, sobre todo, por la expansi¨®n de su econom¨ªa y la inestabilidad de otras partes de la regi¨®n. Las comunidades jud¨ªas, como tantas otras, vivieron sus d¨ªas dorados entre la apertura del canal de Suez, en 1869, y mediados del siglo XX, y llegaron a sumar decenas de miles de almas, la mayor¨ªa en El Cairo y Alejandr¨ªa. Pero el establecimiento del Estado de Israel y de un r¨¦gimen ultranacionalista en Egipto en un lapso de cuatro a?os, entre 1948 y 1952, marc¨® el principio de su fin. Hoy, quedan en el pa¨ªs menos de una decena.
Dos jud¨ªos de Ucrania
En un renovado inter¨¦s por aquella idealizada ¨¦poca, las dos ¨²ltimas d¨¦cadas han sido testigos de un aumento importante de publicaciones literarias y acad¨¦micas acerca de las comunidades jud¨ªas de Egipto. Pero debido a su corta vida, de apenas unas cuantas d¨¦cadas, y a la inaccesibilidad de muchos archivos estatales, custodiados por unas autoridades siempre recelosas ante posibles relecturas de la historia, los relatos m¨¢s personales ¨Dsaber qui¨¦n era qui¨¦n¨D contin¨²an siendo escasos. ¡°Una herramienta [para poder hacerlo] es el an¨¢lisis de nombres¡±, se?ala Rosen-Koenigsbuch en una conversaci¨®n con EL PA?S, ¡°pero para ello se necesitan listas de nombres¡±.
Uno de ellos es el de Paul y Victoria Lifschitz, dos jud¨ªos procedentes de Ucrania que llegaron a Egipto por caminos separados a principios del siglo XX y que acabar¨ªan contrayendo matrimonio despu¨¦s de que la suerte los hubiera llevado a conocerse en la sinagoga de Alejandr¨ªa, cuenta su bisnieta Shahdan Erfan.
Poco despu¨¦s de empezar su vida juntos en la ciudad mediterr¨¢nea egipcia, los Lifschitz se mudaron al acomodado barrio de Zamalek, en El Cairo, donde construyeron la mansi¨®n en la que hoy se encuentra la Embajada de Espa?a en el pa¨ªs. M¨¢s tarde, la pareja se traslad¨® al sur de la capital, donde levantaron uno de los primeros edificios del distrito de Maadi, aunque ambos fallecieron y yacen enterrados en Alejandr¨ªa.
¡°Mucha gente desconoce c¨®mo de rica era aquella sociedad: era muy heterog¨¦nea y muy cosmopolita, y la gente ven¨ªa de todas las partes del mundo para instalarse aqu¨ª¡±, se?ala Erfan reflexionando sobre la importancia del proyecto de Rosen-Koenigsbuch. ¡°Es importante que la gente lo conozca¡±.
El veterano diplom¨¢tico cuenta que, poco a poco, se va disponiendo de m¨¢s ingredientes b¨¢sicos para hacer an¨¢lisis de la procedencia de aquellas personas, que en el caso de los jud¨ªos era particularmente variada: Grecia, Corf¨², Esmirna, Estambul, Damasco, Alepo, Bagdad, Yemen, el norte de ?frica o Livorno. ¡°Parec¨ªa una terminal de ferrocarril¡±, explica. ¡°Hab¨ªa una broma en El Cairo que dec¨ªa que si un jud¨ªo mor¨ªa en El Cairo, probablemente no hab¨ªa nacido all¨ª, y si hab¨ªa nacido en El Cairo, probablemente no morir¨ªa all¨ª¡±.
En el futuro, Rosen-Koenigsbuch, que tambi¨¦n ha publicado ¨ªndices de apellidos de Damasco y Bagdad, planea seguir actualizando las listas a medida que le comuniquen o encuentre nuevos nombres. Y paralelamente est¨¢ trabajando en listas similares de Puerto Said, una de las ciudades del canal de Suez, y Mosul y Basora, en Irak. ¡°[Simplemente] quer¨ªa empezar [este trabajo], y que en el futuro ,yo tengo 74 a?os, as¨ª que no tengo demasiado tiempo, otros investigadores se remonten todo lo que puedan¡±, concluye el diplom¨¢tico.