Hans Neuman, el jud¨ªo checo que sobrevivi¨® al Holocausto escondido entre nazis
Su hija Ariana, que descubri¨® el doloroso pasado de su padre cuando falleci¨®, relata en el libro ¡®Cuando el tiempo se detuvo¡¯ c¨®mo este vivi¨® durante dos a?os en Berl¨ªn con una identidad falsa
Escuchar a su padre gritar en otro idioma mientras dorm¨ªa o encontrar una c¨¦dula de identidad de ¨¦l con otro nombre, junto a una estampilla de Adolf Hitler, fueron las primeras pistas que indicaron a la ni?a Ariana que su padre hab¨ªa tenido un pasado turbulento. Hans Neumann, el exitoso empresario, fil¨¢ntropo y coleccionista de arte que tiene dos calles a su nombre en Venezuela, siempre evit¨® hablar de su antigua vida en Checoslovaquia. ¡°A veces tienes que dejar el pasado donde est¨¢, en el pasado¡±, dec¨ªa. Cuando Ariana entr¨® en la universidad escuch¨® por primera vez que alguien se refer¨ªa a ella como ¡°jud¨ªa¡±, lo que la dej¨® desconcertada, ya que nunca hab¨ªa escuchado esta palabra dentro de su casa. M¨¢s tarde, encontr¨® el nombre de su padre inscrito en la pared de la sinagoga Pinkas en Praga entre las 77.297 v¨ªctimas asesinadas por los nazis, con un signo de interrogaci¨®n en lugar de la fecha de su muerte. Preguntado por la hija, ¨¦l contest¨® ri¨¦ndose en voz baja: ¡°Significa que los enga?¨¦. Eso es exactamente lo que significa. Los enga?¨¦. Viv¨ª.¡±
Cuando el padre falleci¨® en 2001 debido a una enfermedad, le dej¨® una caja llena de documentos de sus a?os de guerra, como quien entregara no solo su testimonio, sino finalmente su consentimiento para que descubriera qui¨¦n era de verdad. As¨ª fue como Ariana Neumann empez¨® una investigaci¨®n que le llev¨® casi dos d¨¦cadas y acab¨® volcando en el libro Cuando el tiempo se detuvo (Nagrela). Recopil¨® documentos, fotos, cartas; recorri¨® las mismas calles, llam¨® a las mismas puertas y gir¨® las mismas manillas que su padre 50 a?os antes, para desvelar un pasado de ¡°horror¡±, pero tambi¨¦n de ¡°valent¨ªa, de amistad y de amor¡±.
El 15 de marzo de 1939 estall¨® la tormenta en Checoslovaquia. El Tercer Reich entr¨® en el pa¨ªs sin apenas resistencia y empez¨® a imponer diversas leyes antisemitas. Primero prohibieron a los ni?os ir a la escuela y, para esquivar la situaci¨®n, los Neumann organizaron e impartieron clases en un conservatorio clandestino en Praga, donde viv¨ªan entonces. Despu¨¦s prohibieron las mascotas, as¨ª que la familia dej¨® su perro al cuidado del vecino. Prohibieron a los jud¨ªos ir al teatro, a los restaurantes, a los parques. Expropiaron sus bienes y les obligaron a identificarse con una insignia amarilla en forma de estrella. A finales de 1939 hab¨ªa tantas imposiciones en vigor que cada semana se editaba una publicaci¨®n para divulgarlas. Su primo Ota, que supuestamente hab¨ªa nadado en un sitio prohibido, fue enviado a Auschwitz y asesinado 17 d¨ªas despu¨¦s de llegar al campo.
Mientras el antisemitismo crec¨ªa, una valiente y apasionada mujer no jud¨ªa llamada Zdenka se enfrent¨® a su familia cuando decidi¨® casarse con un t¨ªo de Ariana, Lotar Neumann. La misma Zdenka, tiempo m¨¢s tarde, protagoniz¨® la haza?a de infiltrarse en el campo de concentraci¨®n de Terez¨ªn haci¨¦ndose pasar por una prisionera para llevar comida a su suegra, Ella, abuela de Ariana. Ella hab¨ªa sido enviada junto con su marido, Otto, a ese campo de concentraci¨®n en 1942, un espacio modelo que serv¨ªa de campa?a propagand¨ªstica nazi. Terez¨ªn permit¨ªa a los presos realizar actividades culturales, pero los obligaba a hacer trabajos f¨ªsicos forzados y ocultaba todo un sinf¨ªn de torturas. El sitio lleg¨® a albergar cerca de 160.000 jud¨ªos; de ellos, m¨¢s de 34.000 murieron por enfermedad o inanici¨®n.
Para comunicarse con Ella y Otto cuando estaban en el campo de concentraci¨®n, sus familiares crearon un sistema de contrabando por el cual enviaban a Terez¨ªn alimentos, ropas y misivas. Por el mismo sistema, los prisioneros les respond¨ªan con ¡°cartas muy abiertas, en las que escrib¨ªan a sus hijos sus pensamientos y miedos m¨¢s ¨ªntimos, porque no sab¨ªan si ser¨ªa la ¨²ltima vez que les escribir¨ªan¡±, cuenta Ariana. En una de sus primeras misivas, Otto relata el choque que sufri¨® cuando lleg¨® a Terez¨ªn: ¡°Esto es una locura, apenas hay comida para medioalimentarse, y si alguien no dispone de medios para comprarla, morir¨¢ de hambre sin que nadie lo note¡±.
Esp¨ªa en Berl¨ªn
Cuando a Hans, el padre de Ariana, le comunicaron su reclusi¨®n en Terez¨ªn, en 1943, decidi¨® huir a Berl¨ªn. ¡°La sombra m¨¢s oscura es la que se encuentra bajo la vela¡±, escribi¨® en unas memorias personales que emprendi¨® en sus ¨²ltimos a?os, haciendo referencia a un viejo dicho checo. Cre¨® una identidad falsa, cogi¨® prestado el pasaporte de un amigo y tom¨® un tren hacia la capital del Tercer Reich, con un vial de cianuro entre los dientes que pod¨ªa matarle en segundos. Vivi¨® casi dos a?os en el coraz¨®n del nazismo y se salv¨® varias veces de la muerte ¡°por la falta de imaginaci¨®n de los dem¨¢s¡±, seg¨²n su relato. Trabaj¨® para un importante fabricante de maquinaria b¨¦lica alemana, aplacando su sentimiento de culpa con actos de sabotaje y espionaje. Rob¨® informes t¨¦cnicos de la f¨¢brica, tom¨® nota de las conversaciones importantes y hasta se infiltr¨® en el despacho del jefe de laboratorio para robar documentos y entreg¨¢rselos al bando aliado.
Cuando los aliados empezaron a bombardear Berl¨ªn, Hans fue reclutado como bombero: ¡°Las explosiones nos arrojaron por los aires. La presi¨®n nos da?¨® los o¨ªdos. El estallido fue tan ensordecedor que no repar¨¦ en el caos que me rodeaba. Grit¨¦ el nombre de mi amigo porque quer¨ªa saber que ¨¦l estaba vivo, que yo estaba vivo¡±. Despu¨¦s de 14 meses como miembro del cuerpo de bomberos, Hans fue alejado del puesto tras sufrir una grave conmoci¨®n cerebral mientras estaba de servicio.
El t¨ªo Lotar se libr¨® de ser deportado gracias a su esposa Zdenka, que convenci¨® a un miembro de las SS para que les ayudara. Decidieron simular que se lo llevaban. El hombre, vestido con el uniforme de la SS, irrumpi¨® en el edificio donde viv¨ªan ambos y, a gritos y portazos, derrumbando cuadros y muebles, llev¨® a Lotar a la calle a punta de pistola para que todos lo viesen y, cuando entraron en un callej¨®n vac¨ªo, le dijo: ¡°Creo que con esto bastar¨¢, adi¨®s¡±. Y lo dej¨® marchar. Para completar la farsa, su esposa fue enseguida a las oficinas del cuartel para protestar entre gritos hist¨¦ricos por el secuestro de su marido.
En 1944, Otto y Ella fueron deportados de Terez¨ªn al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Mientras Otto esperaba en la fila para la selecci¨®n, para saber si iba o no a la c¨¢mara de gas, empez¨® a llover. El bet¨²n de zapato que llevaba en su pelo, que escond¨ªa el color gris que denunciaba su edad, empez¨® a correr por la cara y la espalda. Un guardi¨¢n lo vio, lo sac¨® de la fila, le golpe¨® la cabeza y lo envi¨® a la c¨¢mara de gas. Ella tambi¨¦n tuvo el mismo destino.
La guerra termin¨® en 1945. Hans, que segu¨ªa viviendo en Berl¨ªn con su falsa identidad, volvi¨® a Praga y se reagrup¨® con los pocos familiares que quedaban vivos. De los 31 miembros de la familia Neumann considerados jud¨ªos, solo Hans y Lotar lograron escapar de los campos de concentraci¨®n. De los otros, volvieron cuatro. Durante un tiempo intentaron reconstruir sus vidas en Checoslovaquia, pero tres a?os despu¨¦s Hans decidi¨® emigrar a Venezuela, donde conoci¨® a la madre de Ariana.
La escritora cuenta a EL PA?S, durante una entrevista en el Centro Sefarad-Israel el mes pasado, que el padre que conoci¨® era muy distinto al que descubri¨® en su investigaci¨®n: ¡°En su infancia era absolutamente un desastre. Llegaba tarde a todo y estudiaba qu¨ªmica solo para poder hacer bombas de sulfuro para tirar a la polic¨ªa. Es ins¨®lito ver c¨®mo este ni?o bromista y ca¨®tico se convierte en un hombre exitoso, que trabajaba de manera obsesiva. ?l dec¨ªa a menudo que era porque le encantaba el reto de crear cosas. Pero esto solo era una parte de la verdad. Hac¨ªa todo lo posible para enterrar el dolor constante bajo capas y capas de trabajo. El caso es que ahora lo veo de una manera mucho m¨¢s completa y eso hace que lo quiera a¨²n m¨¢s¡±.
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