Juan Diego: talento y talante de actor
Quiero recordar el rigor y la sutileza con que ese int¨¦rprete excepcional escrutaba cada d¨ªa los entresijos del texto de ¡®El lector por horas¡¯
No sin esfuerzo, intento atenuar los v¨ªnculos afectivos y familiares que me un¨ªan a Juan ¡ªfallecido hoy a los 79 a?os¡ª para trazar, siquiera brevemente, la huella que su envergadura art¨ªstica confiri¨® a una de mis obras teatrales m¨¢s dif¨ªciles y ambiciosas: El lector por horas.
Escrita en 1996, Juan y Clara conocieron el texto desde sus or¨ªgenes y, sin la menor duda ¡ªyo ten¨ªa muchas¡ª, me indujeron a continuarlo y acabarlo, contribuyendo tambi¨¦n a fraguar su ...
No sin esfuerzo, intento atenuar los v¨ªnculos afectivos y familiares que me un¨ªan a Juan ¡ªfallecido hoy a los 79 a?os¡ª para trazar, siquiera brevemente, la huella que su envergadura art¨ªstica confiri¨® a una de mis obras teatrales m¨¢s dif¨ªciles y ambiciosas: El lector por horas.
Escrita en 1996, Juan y Clara conocieron el texto desde sus or¨ªgenes y, sin la menor duda ¡ªyo ten¨ªa muchas¡ª, me indujeron a continuarlo y acabarlo, contribuyendo tambi¨¦n a fraguar su puesta en escena en condiciones excepcionales: nada menos que una coproducci¨®n entre el Teatre Nacional de Catalunya y el Centro Dram¨¢tico Nacional (1999). No dudo que el prestigio de Juan ¡ªsin menoscabo de Jordi Dauder y de mi hija Clara, que completaban el reparto¡ª contribuy¨® sobremanera a tan favorables condiciones de salida.
Pero lo que hoy quiero recordar es el rigor y la sutileza con que ese actor excepcional escrutaba cada d¨ªa ¡ªno solo durante los ensayos, sino en cada representaci¨®n y a lo largo de la amplia gira que el montaje conoci¨®¡ª los entresijos del texto, lo dicho y lo no dicho por los personajes, ejerciendo con su rigor y magnetismo una especie de direcci¨®n actoral discreta y respetuosa, que parec¨ªa transmitirse misteriosamente a todo el equipo realizador, incluido el propio director del montaje, Jos¨¦ Lu¨ªs Garc¨ªa S¨¢nchez. Y, podr¨ªa a?adir, no era solo una cuesti¨®n de talento, sin duda imprescindible para transmitir a su oyente ciega los fragmentos le¨ªdos de Conrad, Lampedusa, Flaubert, Rulfo, Schnitzler, etc., sino tambi¨¦n un talante actoral vivo, fresco y vers¨¢til para que el p¨²blico percibiera la teatralidad oculta del mero acto de leer¡ ?Deber¨ªa a?adir que yo tambi¨¦n quedaba sorprendido y fascinado por ello? Quiz¨¢s no hace falta. Pero s¨ª que ese mismo rigor, ese peculiar magnetismo de su quehacer art¨ªstico se proyectaba, con una gama variad¨ªsima de perfiles humanos, en todos los trabajos teatrales y cinematogr¨¢ficos que tuve ocasi¨®n de conocer.