Muere a los 97 a?os Peter Brook, el gigante del teatro de nuestro tiempo
Las monumentales creaciones del londinense en torno al ¡®Mahabharata¡¯ o ¡®Carmen¡¯ y su genial relectura de Shakespeare han marcado la escena de los siglos XX y XXI
La fiesta ha terminado, y Peter Brook, como los esp¨ªritus en La tempestad, se ha disuelto en el aire, el leve aire. Valgan, parafraseadas, las palabras del gran mago Pr¨®spero en la obra crepuscular de William Shakespeare para despedir a otro gran mago, este de la escena, que nos deja este domingo a los 97 a?os, ha informado el diario Le Monde, creando un desolador vac¨ªo a su alrededor. Tras la muerte de Peter Brook, como al morir el pr¨ªncipe Hamlet, el resto no puede...
La fiesta ha terminado, y Peter Brook, como los esp¨ªritus en La tempestad, se ha disuelto en el aire, el leve aire. Valgan, parafraseadas, las palabras del gran mago Pr¨®spero en la obra crepuscular de William Shakespeare para despedir a otro gran mago, este de la escena, que nos deja este domingo a los 97 a?os, ha informado el diario Le Monde, creando un desolador vac¨ªo a su alrededor. Tras la muerte de Peter Brook, como al morir el pr¨ªncipe Hamlet, el resto no puede ser sino silencio.
Renovador de la escena, irrepetible gigante del teatro de nuestro tiempo, que en su caso se extiende desde mediados del siglo XX hasta ahora mismo, pues segu¨ªa realizando puestas en escena, Brook es ya tan sin¨®nimo del arte dram¨¢tico como el propio Shakespeare, cuya obra fue uno de los faros de su vida y de la que ofreci¨® relecturas inolvidables.
Todo era abrumadoramente maravilloso y excepcional en Brook, desde las maratonianas funciones de su inolvidable Mahabharata (1987), la versi¨®n de 9 horas del poema ¨¦pico hind¨² que escenific¨® con tanta ¨¦pica como el original en lo que constituye uno de los hitos del teatro mundial de todos los tiempos, y que pudimos disfrutar en Espa?a, hasta la peque?a charla introductoria que ofreci¨® hace justo un a?o en el Teatre Lliure de Barcelona durante el festival Grec al salir a escena, ya en silla de ruedas, para presentar su espect¨¢culo Tempest proyect, su versi¨®n del cl¨¢sico de Shakespeare.
Entre sus creaciones m¨¢s recordadas, los montajes de Shakespeare, por supuesto, Hamlet, Lear, La tempestad, Tim¨®n de Atenas, El sue?o de una noche de verano, o su escenificaci¨®n del Marat / Sade de Peter Weiss en 1964.
Escritor de varios ensayos que son de referencia en el arte esc¨¦nico, como el se?ero El espacio vac¨ªo, director de cine con filmaciones de sus obras teatrales y producciones puramente para pantalla como Moderato cantabile (1960), sobre la novela de Marguerite Duras, con Jeanne Moreau y Jean Paul Belmondo, y su versi¨®n de 1963 de El Se?or de las moscas, de William Golding; hombre humanista y renacentista, de car¨¢cter fuerte, interesado por el sufismo y por el escritor ruso George Gurdjieff, del que adapt¨® tambi¨¦n al cine sus Encuentros con hombres notables (1979), con Terence Stamp, fue un cosmopolita que viaj¨® por todo el mundo recopilando y revalorizando material de otras culturas para sus creaciones. Entre sus colaboradores principales, el escritor Jean-Claude Carri¨¨re, sencial en muchos de sus proyectos.
Nacido en Londres en 1925, Brook, que fue director de producciones de la Royal Opera House y se uni¨® a la Royal Shakespeare Company (RSC), en la que dirigi¨® gran cantidad de montajes (con actores como John Gielgud, Laurence Olivier y Glenda Jackson), viv¨ªa desde los a?os setenta en Francia (hab¨ªa trabajado con Jean-Louis Barrault), donde fund¨® en Par¨ªs su famos¨ªsimo teatro de Bouffes du Nord, meca de la experimentaci¨®n y la excelencia teatral, donde desarroll¨® su arte durante medio siglo.
Entre sus trabajos figuran obras de pr¨¢cticamente todos los grandes dramaturgos, entre ellos Ch¨¦jov, Genet y Beckett, ¨®peras, creaciones a partir de textos no teatrales, como las obras del neur¨®logo Oliver Sacks, o tomadas del mundo africano, incluidas peque?as y sencillas historias del mundo popular elevadas por su varita a la categor¨ªa de joyas de orfebrer¨ªa teatral. Otro de sus espect¨¢culos m¨¢s recordados es La conferencia de los p¨¢jaros, sobre el texto literario persa. En 1971 tuvo una c¨¦lebre participaci¨®n en el Festival de Pers¨¦polis, en el Ir¨¢n del Sha, con Orghast, una obra experimental sobre el mito de Prometeo escrita a medias con el poeta Ted Hughes.
Influenciado en distintas etapas de su carrera por Artaud, Brecht, Grotowski, Meyerhold o Craig, Brook avanz¨® hacia un teatro destilado y esencial en el que el gesto adquir¨ªa una potencialidad m¨¢gica. En sus ¨²ltimas etapas, consideraba virtud la reducci¨®n del espacio de una manera que parec¨ªa comprimir tambi¨¦n el tiempo de la representaci¨®n, provocando un efecto de grandiosidad conceptual que ten¨ªa algo de f¨ªsica cu¨¢ntica. Poseedor de numerosos premios internacionales, entre ellos la Leg¨ªon de Honor y la Orden del imperio brit¨¢nico,Peter Brook recibi¨® el Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes en 2019. Casado con Natasha Parry, fallecida en 2015, era padre de dos hijos.
Muy conocido y apreciado en Espa?a, Peter Brook present¨® espect¨¢culos en los m¨¢s renombrados festivales del pa¨ªs, incluidos el festival de oto?o de Madrid, el Grec de Barcelona y el Temporada Alta de Girona y Salt, donde sus montajes recalaron regularmente. En Barcelona fue trascendental en la conversi¨®n del edificio del Mercat de les Flors en espacio esc¨¦nico cuando aprovech¨® la antigua nave para presentar en 1983 La tragedia de Carmen, su adaptaci¨®n de la ¨®pera de Bizet. Tras la reforma, luego fue el propio Brook el encargado de inaugurar el Mercat oficialmente como teatro con su Mahabharata.
Fue justo enfrente de ese teatro, en un edificio especular en el que reside ahora el Teatre Lliure donde Peter Brook tuvo el a?o pasado una de sus ¨²ltimas apariciones p¨²blicas, con motivo de la mencionada representaci¨®n de Tempest project. Fue un gesto inesperado. Brook sali¨® al escenario para presentar el espect¨¢culo, pero lo que hizo fue impartir una verdadera lecci¨®n sobre Shakespeare y el teatro, un regalo extraordinario que muchos consideraron un testamento del genio. Cuando habl¨® de las cinco repeticiones de ¡°never¡±, nunca, en el doloroso parlamento final de Lear ante el cuerpo de su hija Cordelia, fue dif¨ªcil contener las l¨¢grimas, que hoy ya han de verterse.