¡®El agente invisible¡¯: ahora Marvel va de Bond y Bourne

Me acerco con anticipada y prejuiciosa fatiga a un cine al lado de mi casa para ver una pel¨ªcula espa?ola que est¨¢ otorgando mucha vida a la desfallecida taquilla. Hablando de cine espa?ol, disfrut¨¦ con imperdonable retraso y tambi¨¦n sent¨ª algo conmovedor en varios momentos con Cinco lobitos, dirigida por ...

Me acerco con anticipada y prejuiciosa fatiga a un cine al lado de mi casa para ver una pel¨ªcula espa?ola que est¨¢ otorgando mucha vida a la desfallecida taquilla. Hablando de cine espa?ol, disfrut¨¦ con imperdonable retraso y tambi¨¦n sent¨ª algo conmovedor en varios momentos con Cinco lobitos, dirigida por Alauda Ruiz de Az¨²a, cine veraz y complejo, hablando de lo que puede significar la maternidad, de su anverso y su reverso. No pude escribir de ella cuando se estren¨®. Pero todav¨ªa est¨¢ en la cartelera. Intenten recuperarla. El consejo es gratis. Pero me estoy perdiendo: compruebo at¨®nito que las salas Conde Duque Santa Engracia est¨¢n cerradas. Alguien en la calle me aclara que esa clausura es definitiva desde el lunes. Tambi¨¦n otras de la misma empresa, como las Conde Duque Alberto Aguilera. Y al pasmo inicial le sucede la tristeza. Cierran los cines. Lo hicieron la mayor¨ªa de las peque?as librer¨ªas. Y las tiendas de discos ya pertenecen al recuerdo. Y son lugares a los que debo gran parte de las mejores cosas que me han ocurrido en la vida, refugios s¨®lidos contra todo tipo de tormentas, lugares que otorgaban continuo placer. Y, vale, aseguran los que viven en permanente luna de miel con la tecnolog¨ªa que es muy c¨®modo y pr¨¢ctico devorar libros en e-book, que tienes acceso a toda la m¨²sica (menos la de Neil Young y la de Joni Mitchell, benditos sean) en Spotify, que el cine se puede consumir a cualquier hora y en cualquier lugar en la pantalla de un m¨®vil. No lo dudo. Y es probable que la nostalgia sea un error. Pero tambi¨¦n que ella puede servir de evocaci¨®n y consuelo, nada que ver con el masoquismo. Tal vez sean obsoletas jeremiadas sobre algunas cosas del mundo de ayer, pero en mi caso tambi¨¦n un sentimiento real.

Han estrenado durante unos d¨ªas en los cines, pero a partir de esta semana se puede ver en Netflix El agente invisible. Y sospecho que con considerables audiencias. Esta plataforma produce y exhibe desde hace tiempo lo que para mis gustos es la pel¨ªcula del a?o, en ¨¦pocas de feroz sequ¨ªa. Lo constato cada vez que reviso cine extraordinario como el que contiene Roma, de Alfonso Cuar¨®n, y Mank, de David Fincher. Y existe estilo y algo desasosegante en la muy turbia El poder del perro, aunque no me apasione. Pero eso solo ocurre a largo plazo. En el resto, la norma casi siempre es la mediocridad, cine tan previsible como olvidable, o simplemente cargante.

En El agente invisible se supone que sus directores, los hermanos Anthony y Joe Russo, autores de las dos ¨²ltimas entregas de Los Vengadores y de Capit¨¢n Am¨¦rica, han cambiado de tem¨¢tica en esta trama deudora de las intrigas de James Bond, pero su estilo visual y la forma de narrar son id¨¦nticas a los anteriores trabajos que han realizado los ni?os mimados de la factor¨ªa Marvel, reina todopoderosa de un Hollywood tan rutinario como penoso. Aqu¨ª, el protagonismo lo ejerce un antiguo agente de la CIA con licencia para matar utilizando el camuflaje permanente y despojado de identidad p¨²blica, que se debe enfrentar en interminable persecuci¨®n y duelo a muerte con un antiguo compa?ero que sigue ejerciendo como m¨¢quina asesina. Nada resulta original o sorprendente en esta intriga abarrotada de ruido. Los fans de Marvel destacan la audaz y divertida paradoja de que Chris Evans, la encarnaci¨®n del patri¨®tico y heroico Capit¨¢n Am¨¦rica se convierta aqu¨ª en el villano absoluto. A m¨ª me da igual que interprete a uno y a otro. Y Ryan Gosling, que debe de estar encantado consigo mismo y sus seductoras ca¨ªdas de ojos, tampoco me motiva demasiado. Habr¨¢ un p¨²blico para el que El agente invisible supondr¨¢ el colmo del entretenimiento. No es mi caso.