Miguel ?ngel Revilla: ¡°El rey em¨¦rito quiso hablar conmigo y no le cog¨ª el tel¨¦fono¡±
El presidente de Cantabria pesca en r¨ªo y mar cuando puede y le dejan sus obligaciones pol¨ªticas y medi¨¢ticas
Miguel ?ngel Revilla, presidente de Cantabria y gur¨² de verdades contantes y sonantes. Un genio espont¨¢neo de la comunicaci¨®n. Pol¨ªtico y estrella medi¨¢tica. El ¨²nico pol¨ªtico al que le dan palco en el prime time televisivo las horas que hagan falta y sube la audiencia. Nacido en Salceda, comarca de Polaciones. 79 a?os, tres hijas, casado con Aurora D¨ªaz Abella en segundas nupcias. Escritor por casualidad ¨Dsus libros han alcanzado casi el mill¨®n de ejemplares¨D ...
Miguel ?ngel Revilla, presidente de Cantabria y gur¨² de verdades contantes y sonantes. Un genio espont¨¢neo de la comunicaci¨®n. Pol¨ªtico y estrella medi¨¢tica. El ¨²nico pol¨ªtico al que le dan palco en el prime time televisivo las horas que hagan falta y sube la audiencia. Nacido en Salceda, comarca de Polaciones. 79 a?os, tres hijas, casado con Aurora D¨ªaz Abella en segundas nupcias. Escritor por casualidad ¨Dsus libros han alcanzado casi el mill¨®n de ejemplares¨D y asiduo a las romer¨ªas con albarcas. Fue el impulsor de que una regi¨®n sin nombre en plena Transici¨®n se llamara Cantabria mediante el asociacionismo regional. Cre¨® el Partido Regionalista de su tierra y lleg¨® a presidir la comunidad mediante pactos y coaliciones. ?Su afici¨®n fuera de sitio? Pescar. Habla por los codos, pero le retamos a que cultive el aforismo en esta entrevista. Casi lo logra.
Pregunta. R¨ªo.
Respuesta. Truchas.
P. Mar.
R. Jargos.
P. Polaciones.
R. Donde tengo la necesidad de volver, al menos, una vez al mes.
P. Un primer recuerdo.
R. Salceda, donde nac¨ª y donde me van a enterrar. Est¨¢ escrito. Mi primer recuerdo fue la visita del obispo. Les dijo a mis padres que quer¨ªa que yo fuese al seminario. Y me escap¨¦ de casa. ?No! ?Yo cura no!
P. Padres.
R. La suerte de ser el hijo de la maestra.
P. Un privilegio.
R. Total. Ser el hijo de la maestra supon¨ªa tener clases particulares a todas horas del d¨ªa.
P. Cantabria.
R. Muy f¨¢cil: la raz¨®n de mi vida. Yo lo he sacrificado todo por ella. Mi obsesi¨®n. No entend¨ªa por qu¨¦ hab¨ªa perdido el nombre. Yo, de joven, iba al Pa¨ªs Vasco, dec¨ªa que era de Cantabria y me contestaban: ?d¨®nde est¨¢ eso? Si no llego a empezar esa lucha por bautizarla as¨ª¡
P. Coalici¨®n.
R. Tal como est¨¢ Espa?a, imprescindible. Habr¨ªa que empezar a ense?ar la asignatura en los colegios. Yo llevo gobernando en coalici¨®n dos d¨¦cadas. En el Gobierno de la naci¨®n han empezado ahora con esta, que parte de un pecado original de libro. Yo no me habr¨ªa atrevido a firmar pactos con grupos tan antag¨®nicos. Es como comerte un sapo de primero y una v¨ªbora de segundo. Pero a Pedro S¨¢nchez le ha salido bien, incluso ha desinflado el tema catal¨¢n.
P. Hasta hemos descubierto a Bildu como partido de Estado.
R. Es que todav¨ªa existe la a?oranza en la derecha pura y dura de que ETA daba r¨¦ditos electorales. Yo s¨¦ lo que era hace 30 a?os ir all¨ª y andar mirando debajo del coche. Ir a funerales en el Pa¨ªs Vasco y que nos pusieran bombas en Cantabria. No tolero que de cosas tan serias se intente escarbar. ?Aquello ya no existe!
P. Rey Juan Carlos.
R. La decepci¨®n de mi vida es ese hombre. La gente no sabe lo que yo he hecho por ¨¦l. Jim¨¦nez Losantos me llamaba el mamporrero del rey. A m¨ª, que tuviera l¨ªos con mujeres, que sufra esa debilidad borb¨®nica, me da igual. Ahora, lo de la pasta que todos sabemos que tiene fuera¡
P. ?Sabemos o sab¨ªamos?
R. Yo no sab¨ªa nada. Pero si ahora nos enteramos que le das a una se?ora 66 millones es que mucho debes guardar¡ Una fortuna inmensa.
P. Si lo tuviera enfrente, ?qu¨¦ le dir¨ªa?
R. Una persona, hace un a?o o as¨ª, intent¨® pon¨¦rmelo por tel¨¦fono y cuando me lo quiso pasar dije, y espero que me oyera: ¡°?No quiero volver a verle en mi vida!¡±. No le cog¨ª el tel¨¦fono. Ha intentado, mediante gente, que no sigan d¨¢ndole hostias en televisi¨®n. Pero yo no perdono eso. Al corrupto, no lo perdono.
P. ?Todav¨ªa tiene el em¨¦rito capacidad de mover los hilos para callar a la gente?
R. Ya no, pero un a?o atr¨¢s o as¨ª, lo intent¨®. Yo no me he cortado, al contrario. Me he animado todav¨ªa m¨¢s.
P. Lluvia.
R. Verde.
P. Vaca.
R. Un t¨®tem para los c¨¢ntabros. Adoramos la vaca, sobre todo los pasiegos. Para nosotros es Dios. Yo he conocido a gente que llora si tiene que sacrificar alguna de las suyas, porque les ha quitado el hambre a sus hijos. Ni aunque est¨¦n hechas una mierda. El amor a una vaca, como aqu¨ª, no se ve en ning¨²n sitio. A algunos les gustan los desfiles de moda de Cibeles; aqu¨ª, lo que provoca el delirio es una feria de ganado. Es una cosa especial, no hemos tenido m¨¢s que vacas. Comen poco, pero con poca hierba te hacen leche, mantequilla, sobaos.
P. Anchoa.
R. El caviar de Cantabria. Adem¨¢s, sabe a eso, si cierras los ojos y te metes una buena anchoa o un poco de caviar, no lo distingues apenas. Setenta y cuatro empresas viven de eso aqu¨ª. Muy importante. Nuestra industria m¨¢s floreciente.
P. Europa.
R. Nuestra salvaci¨®n. Sin Europa estar¨ªamos perdidos tras la pandemia y tambi¨¦n ahora, con la situaci¨®n actual. La mayor conquista.
P. Aurora D¨ªaz Abella, su esposa.
R. La responsable de que yo sea presidente de Cantabria. No lo hubiese sido sin ella. Cuando me ofrecieron el pacto, no me atrev¨ªa, se lo cont¨¦ y me dijo: ¡°?Sabes qu¨¦ te digo? Que eres un cag¨®n¡±. Menudo ambiente en casa¡
P. Transici¨®n.
R. Un ejemplo y una lecci¨®n para ense?ar y presumir permanentemente.
P. Taxi.
R. El medio m¨¢s r¨¢pido y eficaz para llegar en Madrid a cualquier sitio.
P. Albarcas.
R. El calzado de mi infancia. No puedo estar sin ellas. Me las pongo para correr por los prados. Mire, aqu¨ª tengo unos pares. ?No me diga que no son una joya? Calientes, ha sido el calzado de mi vida hasta los 11 a?os. Cuando algunos se sorprendieron de verme en la romer¨ªa de San Cipriano con ellas, lo que les tendr¨ªa que haber llamado la atenci¨®n es que no me las pusiera. A m¨ª me pintan con albarcas porque las llevo.
P. Dios.
R. La naturaleza. El orden natural, eso para m¨ª es Dios.
P. Muerte.
R. Algo natural.
P. Jubilarse.
R. Para m¨ª, imposible.
P. Escribir.
R. Un vicio reciente gracias a mi editora, Ana Rosa Sempr¨²n.
P. Y beneficioso.
R. Me ha permitido tener unos ahorrillos, me dar¨ªa para vivir.
P. ?Por qu¨¦ no nos queremos?
R. Hay que leer el libro, que se titula as¨ª, para enterarse. Entre la Espa?a en que nac¨ª y la de ahora¡ Somos los que m¨¢s vivimos, el pa¨ªs que m¨¢s gente visita, exportamos de todo. Pero la gente, ?qu¨¦ ve? Una jungla de intereses y pol¨ªticos que se matan, robo, corrupci¨®n. No nos queremos porque somos un poco cainitas. No conozco ning¨²n pa¨ªs en que no se pueda cantar un himno con letra o lo piten. Somos muy poco ejemplares, hay que aprender de Manuel Llano, el escritor c¨¢ntabro: recibir ejemplo y dar ejemplo. Yo tengo una cita suya en mi despacho para que no se me olvide. Si has dicho algo, s¨¦ coherente. La propensi¨®n a cagarla cuando hay tanto alpiste por medio¡ A m¨ª me han ofrecido el oro y el moro. Me han puesto delante la panoja y siempre he dicho: no. A m¨ª no me compensa eso. ?De qu¨¦ te vale? Mira el rey Juan Carlos, ah¨ª, exiliado, con un calor de la hostia, tiene que estar harto. Vaya castigo.
P. La tele.
R. El instrumento que yo he utilizado para vender una tierra que hasta 1982 no ten¨ªa nombre y que hoy es conocida y reconocida por todo Dios.
P. Fumarse un puro.
R. Algo nocivo pero para m¨ª, ya, un vicio imprescindible.