Carlos del Amor: ¡°Intento que la gente mire la tele aunque sea para decir: ¡®Buf, no aguanto a este t¨ªo¡±
El periodista de Radiotelevisi¨®n Espa?ola publica ¡®Retratarte¡¯, un libro donde fabula en torno algunos de los retratos m¨¢s ic¨®nicos de la historia del arte
El periodista Carlos del Amor (Murcia, 48 a?os) pasa buena parte de su vida laboral pululando por los museos, de modo que para ¨¦l fue algo natural ponerse a escribir sobre obras de arte. Pero de una manera muy particular: fabulando literariamente sobre la intrahistoria de cada lienzo. Imaginando qu¨¦ pasa m¨¢s all¨¢ del tiempo y los pigmentos. En 2020 gan¨® el Premio Espasa con Emocionarte. La doble vida de los cuadros. Ahora presenta la segunda entrega, ...
El periodista Carlos del Amor (Murcia, 48 a?os) pasa buena parte de su vida laboral pululando por los museos, de modo que para ¨¦l fue algo natural ponerse a escribir sobre obras de arte. Pero de una manera muy particular: fabulando literariamente sobre la intrahistoria de cada lienzo. Imaginando qu¨¦ pasa m¨¢s all¨¢ del tiempo y los pigmentos. En 2020 gan¨® el Premio Espasa con Emocionarte. La doble vida de los cuadros. Ahora presenta la segunda entrega, Retratarte: cuando cada mirada es una historia (Espasa), centrada en algunos de los retratos m¨¢s ic¨®nicos de la historia, de Lucian Freud, Otto Dix, Gustav Klimt, Sandro Botticelli o Miriam Escofet.
Pregunta. Hay gente que toma drogas alucin¨®genas y va a los museos para que los cuadros le hablen. ?Es su m¨¦todo?
Respuesta. No he tomado sustancias, aunque lo pueda parecer. Yo es que creo que los cuadros me hablan. Que nos hablan a todos. Pero es que muchos no los escuchan.
P. ?C¨®mo?
R. Cuando te pones delante de Las meninas, la princesa Margarita te est¨¢ diciendo algo. Vel¨¢zquez desde esa esquina del fondo tambi¨¦n. Si todos aprendi¨¦ramos a escuchar, la visita a los museos ser¨ªa m¨¢s grata. Yo lo que hago es montarme mi propia pel¨ªcula basada en hechos reales. No hace falta mucha droga.
P. En sus libros se centra m¨¢s en la intrahistoria del cuadro que en cuestiones estil¨ªsticas.
R. Esa informaci¨®n se encuentra en la cartela o en Wikipedia. ?leo sobre lienzo. 180 por 180 cent¨ªmetros. Estilo tal o cual. Pero no siempre se cuenta que el cuadro tiene granitos de arena incrustados porque se pint¨® al aire libre. Me gusta partir de los detalles.
P. Vivimos en un mundo de selfis, de gente enmarcada en pantallas que nos hablan, en videoconferencias, programas de tele o v¨ªdeos de youtubers¡
R. ...es que somos retratos...
P. ¡ ?pero, qu¨¦ funci¨®n cumpl¨ªa el retrato en otras ¨¦pocas con menos rostros?
R. Es curioso, uno de los primeros cometidos de la fotograf¨ªa era retratar a los muertos para tener un recuerdo. En cuanto al retrato pict¨®rico, fue un s¨ªmbolo de poder para ciertas clases sociales. Pero en mi libro he preferido el retrato psicol¨®gico, ese en el que el autor trata de ahondar en el ser humano, ya sea retratando a un vagabundo o a la propia madre. Y retratar as¨ª tambi¨¦n a la sociedad.
P. El rostro humano es inagotable.
R. Tenemos una fascinaci¨®n por el rostro. Y hay rostros de otras ¨¦pocas que nos resultan muy actuales. Ahora parece que cualquier foto que cuelgues en redes no tiene sentido si no sales t¨². Son autorretratos na¨ªf, para decir ¡°yo estuve all¨ª¡±. Al final se amontonan en el m¨®vil sin sentido.
P. Ahora los retratos de los museos compiten con las selfis de los visitantes. ?Qu¨¦ le parece?
R. Si sirve para que la gente vaya m¨¢s al museo, bienvenido sea. Hay museos que prefieren que no se hagan fotos porque entorpecen la visita. Pero tampoco creo que la gente se est¨¦ haciendo selfis todo el rato, excepto en el caso de cuadros muy ic¨®nicos como La Gioconda. Pero igual tenemos la culpa los medios de hacer tan famosos a ciertos cuadros.
P. ?C¨®mo visitamos los museos?
R. Regular. Muchas veces queremos verlo todo y poner un check en la lista de visitas. Nos pegamos atracones y no sacamos nada en claro. Pero me da la sensaci¨®n de que despu¨¦s de la pandemia ya no se persigue eso tanto, sino una visita m¨¢s pautada y pausada.
P. Usted hace entrevistas pausadas y pautadas en el programa televisivo La matem¨¢tica del espejo, en La 2, y en la secci¨®n radiof¨®nica Retratos, en Radio Nacional ?Es la entrevista un tipo de retrato?
R. Es retratar con la palabra, sin la libertad de los pinceles. La ventaja de la tele es que es un cuadro en movimiento, donde se ven las reacciones.
P. Dice en el libro que nadie se reconoce en su retrato.
R. A m¨ª me cuesta reconocerme en las fotos, siempre me veo como un extra?o. Supongo que en pintura es a¨²n m¨¢s raro. Imag¨ªnate que te retrate Lucian Freud. Esos son los retratos que m¨¢s me interesan, los que van m¨¢s all¨¢ del retrato complaciente.
P. Es que en un retrato hay mucho del modelo, pero tambi¨¦n mucho del artista.
R. Todo retrato es subjetivo. T¨² llegas con tu mochila de preocupaciones y paranoias. Si se las has contado al artista saldr¨¢n. Si no, probablemente intentar¨¢ adivinarlas. Y probablemente salga un retrato m¨¢s fiel a la realidad que lo que t¨² pensabas, que vea cosas que no ve¨ªas.
A m¨ª me cuesta reconocerme en las fotos, siempre me veo como un extra?o. Supongo que en pintura es a¨²n m¨¢s raro
P. Usted ha destacado por el particular estilo de sus piezas en el Telediario. Muy po¨¦ticas, muy personales.
R. Nunca me he planteado ser el m¨¢s original del barrio. Nunca he pensado: ¡°Hoy le voy a dar la vuelta a la c¨¢mara y hacer el pino¡±. Simplemente, llego a un sitio, me pongo en el lugar del espectador y trato de contar las cosas. A veces me interesa m¨¢s la historia del personaje de un cuadro que contar toda la exposici¨®n. Adem¨¢s, en la tele el tiempo es muy escaso. Tengo un minuto, no una p¨¢gina, y en ese minuto tengo que contar una peque?a historia.
P. Hay gente a la que sus maneras le rechinan.
R. A veces eso del ¡°particular estilo¡± se me vuelve en contra. Dicen que por qu¨¦ hago eso, que qu¨¦ pinta en un Telediario. Bueno, yo intento que al menos la gente levante la cabeza hacia la tele. Vemos la tele anestesiados, la tenemos puesta, pero estamos con la cena, con el ni?o, con el m¨®vil¡ Intento que la gente mire, aunque sea para decir: ¡°Buf, no aguanto a este t¨ªo¡±.
P. ?Su inter¨¦s por el arte es pre o pos period¨ªstico?
R. Cuando empec¨¦, all¨ª en Murcia, hac¨ªa de todo: campa?as electorales, sucesos, deportes, cosas que no tienen mucho de arte, aunque yo siempre met¨ªa referencias culturales en las cr¨®nicas. Cosa que tampoco gustaba mucho a los puristas, por cierto. Luego hab¨ªa un programa de cultura que nadie quer¨ªa. As¨ª que lo cog¨ª yo. Cuando llego a Madrid la parte de cultura tambi¨¦n est¨¢ un poco hu¨¦rfana. Un d¨ªa me dejan apagar las luces del Museo del Prado¡ Me digo: esto va a ser lo m¨ªo. Me gusta mucho.
P. ?Para qu¨¦ sirve el periodismo cultural?
R. Debe acercar al espectador todo tipo de manifestaciones culturales, ya sea el Museo del Prado o el museo de un pueblo peque?o que tiene algo que contar, sin renunciar a un esp¨ªritu cr¨ªtico, porque en la cultura tambi¨¦n hay cosas que denunciar. No son los mejores tiempos: si el periodismo est¨¢ en crisis, imag¨ªnate el periodismo cultural.
P. ?Qu¨¦ es la cultura?
R. Muchas veces corremos el peligro de colocarnos en una atalaya elitista, de decir nosotros lo que es cultura y lo que no. Hay manifestaciones, como los videojuegos o el manga, que han sido puestas en cuesti¨®n recientemente. Los tiempos cambian, no podemos rechazar lo moderno por el hecho de ser moderno o novedoso¡ Seguro que mis hijos dentro de veinte a?os entender¨¢n la cultura como algo diferente. O las visitas a los museos se articulan de otra forma. No podemos estar en un p¨²lpito.
P. ?Para qu¨¦ sirve la televisi¨®n p¨²blica?
R. En el caso de la cultura para ofertar un tipo de informaci¨®n que tiene m¨¢s dif¨ªcil cabida en otros lugares, tanto en los informativos como en un canal espec¨ªfico como es La 2. Y, en general, para dar voz a aquellos que no encuentran otro lugar donde tenerla. Tambi¨¦n para hacer marca del pa¨ªs.
P. Siempre hay controversia en estos aspectos.
R. Como el pa¨ªs vive atrincherado, siempre se dice desde el otro lado que la tele p¨²blica es manipuladora. Para m¨ª, deber¨ªa ser intocable y respetada por todos, como sucede en otros pa¨ªses. Es la tele en la que todos nos deber¨ªamos ver identificados, y si no es as¨ª, al menos en la que se generen espacios de debate donde la discusi¨®n pac¨ªfica sea la norma.