Pseudociencia con drogas alucin¨®genas en chal¨¦s de Madrid
Los expertos advierten del riesgo de cursos de ¡°revoluci¨®n¡± interior con ayuda de la ayahuasca o venenos de sapo
La tarde arranca con una asistencia heterog¨¦nea. Est¨¢ Fernando, un monitor de pisos de acogida de Ciudad Real, que, cumplidos los 55 a?os, se ha querido regalar un fin de semana para ¡°ordenar su vida¡± y no sentirse ¡°descontento¡± por el ser humano. Tambi¨¦n Franka, que a sus 52 a?os arrastra una ruptura sin cauterizar y solloza en cuanto reconoce una adicci¨®n al tabaco y la marihuana que no consigue domesticar. O Taylor, un estadounidense de 22 a?os que viaja por Europa sin planes y quiere encontrar un rumbo vital.
Cuentan estas impresiones en un chalet de Fuente el Saz de Jarama, al noreste de la Comunidad. Han venido a un "retiro de evoluci¨®n interior" que ofrece Inner Mastery International. Pseudoterapias que venden como "revoluci¨®n personal" y que pasa por el consumo de ayahuasca (una liana amaz¨®nica) y kamb¨® o bufo alvarius (dos tipos de veneno de sapo), sustancias que promocionan como ¨²tiles para la introspecci¨®n y que uno puede encontrar f¨¢cilmente con un simple rastreo por internet. Se promueven como catalizadores de un ¡°autoconocimiento¡± que ayuda superar traumas o incluso enfermedades graves, algo sin sost¨¦n cient¨ªfico. Los expertos consultados, de hecho, advierten del peligro de estas sustancias, desde dolencias f¨ªsicas hasta posibilidad de trastornos psicol¨®gicos.
Inner Mastery International es la empresa l¨ªder en este tipo de actividades y cobra entre 168 y 190 euros por cada jornada, seg¨²n la duraci¨®n de la estancia. Est¨¢ comandada por Alberto Varela, bonaerense de 59 a?os que se hace cargo de un entramado de empresas en Espa?a y otros 39 pa¨ªses de cinco continentes desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Aunque, en realidad, ¨¦l solo aparece como titular de Evoluci¨®n Interior S.L. en el registro mercantil, mientras que en Inner Mastery International figura su mujer, Paula Carmona, colombiana de 45 a?os. Y en Gracias Ayahuasca S.L., otra de esas compa?¨ªas, la designaci¨®n corresponde a Mar¨ªa Jos¨¦ Torrabadella Gonz¨¢lez, que hace funciones de abogada.
Todas las firmas tienen su sede en Fuente el Saz de Jarama, en el chalet donde han acudido los congregados a pasar el fin de semana. ¡°No es relevante cu¨¢nto facturamos¡±, ataja Varela, que solo indica un gasto de 500.000 euros al a?o en publicidad y que, hace a?os, en un art¨ªculo en el El Confidencial, asegur¨® que alcanzaban una facturaci¨®n de dos millones anuales. ¡°Tenemos todo en orden y un equipo de abogados para quien nos quiera meter pleitos. Adem¨¢s, contamos con 150 trabajadores dados de alta en la seguridad social¡±, dice, refiri¨¦ndose a los aut¨®nomos que pululan por la casa gestionando la clientela, promocionando los cursos o ejerciendo de gu¨ªas o facilitadores en la ingesta de las sustancias.
Situaci¨®n legal
Varela incide en que ¨¦l no es ni psic¨®logo ni m¨¦dico, alaba la funci¨®n de la ayahuasca y alega que no est¨¢ prohibida. Este hombre pas¨® 14 meses en la c¨¢rcel ¡ªentre 2008 y 2011¡ª por introducirla en Espa?a, pero luego qued¨® absuelto. Insiste en que todo lo que manejan es legal, pero que extreman las precauciones porque ¡°est¨¢n deseando echarles la mano encima¡±.
En Espa?a, la situaci¨®n de esta sustancia no est¨¢ contemplada como ilegal: no hay sentencias por atentado contra la salud p¨²blica, aunque aparece en 26 casos en juzgados de toda Espa?a desde 2007, seg¨²n el Consejo Superior del Poder Judicial.
En todos se nombra esta planta como elemento ¡°estimulante¡± y ¡°psicotr¨®pico¡±, aunque tanto la Federaci¨®n de Ayuda a la Drogadicci¨®n (Fad) como Reguera Abogados, un bufete especializado en tr¨¢fico de drogas, se?alan que apenas conocen casos de dependencia o de negocio por venta de ayahuasca, kamb¨® o bufo alvarius.
La Consejer¨ªa de Sanidad de Madrid no responde a la situaci¨®n de estas drogas o a las consecuencias de su ingesta. Sin embargo, Gonzalo Haro Cort¨¦s. director de la Sociedad Espa?ola de Patolog¨ªa Dual y profesor de la Universidad Cardenal Herrera-CEU de Castell¨®n, apunta que no est¨¢n consideradas drogas por el Convenio de Viena de 1971 de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Por eso, y porque a¨²n no son de uso extensivo, no est¨¢n ilegalizadas.
En el caso de la ayahuasca o el bufo alvarius, el elemento controvertido es el dimetiltriptamina (o DMT), que provoca alucinaciones igual que otros ente¨®genos como el LSD, el peyote o algunos hongos.
Dolor f¨ªsico, n¨¢useas o trastornos psicol¨®gicos pueden ser algunas posibles consecuencias de la ingesta de estas sustancias
En el chalet, a los participantes se les presenta antes de las sesiones al ¡°equipo m¨¦dico y psicol¨®gico¡±. Sergio Sanz es uno de ellos, es quien gu¨ªa las ¡°integraciones¡± durante las ma?anas, las sesiones en que expresan desasosiegos y trances con las citadas sustancias. ¡°Proponemos llegar a un punto de entrega m¨¢s profundo. La ayahuasca es s¨®lo un preludio. Mucha gente viene con la cultura del castigo y la idea es ser inocente. Aqu¨ª te das cuenta de que lo mejor que puedes hacer por la humanidad es no da?arte a ti mismo¡±, explica mientras da acordes a una guitarra y abraza con ojos cerrados a quien se asoma. Este joven de 27 a?os termin¨® de estudiar en Barcelona y se ha convertido durante un lustro en uno de los empleados de la empresa, residiendo de forma fija en las instalaciones por unos 200 euros la litera.
Va a tener lugar la toma de ayahuasca en breve y hay que trasladarse al sal¨®n, un amplio espacio decorado con velas, figuras de Buda, altavoces en varios puntos estrat¨¦gicos y 12 colchones en el suelo.
Cuando aparece la jarra de cristal llena del parduzco brebaje, el veterano Pancho V¨¢zquez aprovecha para preguntar qui¨¦n va a probar el kamb¨® al d¨ªa siguiente. Supone 125 euros m¨¢s y quieren asegurarse de que todo el mundo responde sereno.
A este extra se apuntan cuatro y se inicia la ronda de presentaciones en la que Fernando, Franka o Taylor narran sus vicisitudes individuales. Vuelve el silencio tras los 12 testimonios de esta velada, traducidos al ingl¨¦s para un grupo procedente de Bulgaria y Moldavia.
La toma
Mientras uno de los trabajadores toca el yemb¨¦, otro de los llamados facilitadores, Fernando ?lvarez, de 25 a?os, entra en escena. Da las instrucciones para digerir mejor la ayahuasca. Aconseja tumbarse y, en el caso de que les provoque n¨¢useas, usar el cubo que cada uno tiene delante del catre. ¡°Todo lo que os salga (sudor, v¨®mito, caca) es lo que ten¨ªamos que liberar. El v¨®mito es un v¨®mito energ¨¦tico. Simboliza algo muy especial. Por eso les invito a que, antes de limpiar el balde, lo observen. A m¨ª me suele apetecer agradecerlo. Limpiar el balde es limpiarte a ti mismo¡±, espeta antes de terminar la ronda de ¡°medicina¡±.
Ambientan la sala con incienso y m¨²sica suave. Es poco antes de medianoche y la sesi¨®n durar¨¢ unas cinco horas. En ese tiempo predomina el sue?o: salvo quienes se debaten entre las arcadas o las visitas al ba?o, todos permanecen en horizontal, tapados en aparente narcosis. Los facilitadores se van turnando para intercalar v¨ªdeos de Youtube con m¨¢s dosis de ayahuasca o con una porci¨®n de rap¨¦, un tabaco que se inhala por la nariz gracias a una peque?a pipa.
Se oyen bostezos mientras ?lvarez intercala oraciones a modo de mantras: ¡°Me abro al loco plan que tiene este misterioso amor¡±, ¡°apurando cada abrazo, apurando cada beso, apurando cada instante¡±, corea. La m¨²sica var¨ªa desde temas instrumentales a ¨¦xitos de Pablo Albor¨¢n o Ludovico Einaudi. La sesi¨®n se levanta y existe la posibilidad de quedarse en el colch¨®n o ir a la cama. Casi todos se marchan. Antes, Karim Pascua, de 48 a?os, pregunta: ¡°?A qu¨¦ hora es el desayuno?¡±. ¡°He tenido un momento muy sensitivo. Pero, aparte de la diarrea, nada¡±, esgrime este participante fumando un pitillo antes de dormirse.
¡°Puede causar brotes psic¨®ticos¡±
Guillermo Fouce, doctor en Psicolog¨ªa y presidente de Psicolog¨ªa Sin Fronteras, considera que productos como la ayahuasca o el kamb¨® son directamente ¡°perjudiciales¡±. ¡°Se suelen usar en sectas y se vende como algo que genera una b¨²squeda, pero en realidad lo que hace, como cualquier droga, es generar una alteraci¨®n en el cuerpo y crear enganche. Adem¨¢s, puede desarrollar brotes psic¨®ticos¡±, declara.
¡°Ahora hay un tipo de consumidor que es el psiconauta, un viajero o investigador a trav¨¦s de las drogas¡±, relata Haro Cort¨¦s, que a?ade que estas sustancias tocan una de las tres hormonas de la felicidad (la dopamina, la noradrenalina o la serotonina) y provocan una supuesta introspecci¨®n o visiones externas. ¡°Es falso que no sea alucinatorio. Es como un salto en paraca¨ªdas: puede no pasar nada o que te choques con una piedra¡±.
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