Gabriela Adame?teanu, escritora rumana: ¡°La idea de que nos escuchaban y delataban no era una paranoia¡±
La novelista y periodista, que acaba de publicar en espa?ol ¡®Vidas provisionales¡¯ (Acantilado), se define como una narradora de la vida cotidiana que disecciona el tenebroso pasado de su pa¨ªs
La letra c de la Enciclopedia de Rumania presentaba un verdadero quebradero de cabeza en tiempos del comunismo. Los editores de la ¨¦poca se esmeraban en reflectar la megaloman¨ªa in crescendo del dictador Nicolae Ceau?escu. Pero su descripci¨®n no saciaba lo bastante el exacerbado ego del Genio de los C¨¢rpatos, como le gustaba denominarse al Conduc?tor. El texto deb¨ªa ser m¨¢s largo cada d¨ªa que pasaba o pod¨ªa ser rechazado por la Nomenclatura, como as¨ª sucedi¨® en varias ocasiones. Lo revela Gabriela...
La letra c de la Enciclopedia de Rumania presentaba un verdadero quebradero de cabeza en tiempos del comunismo. Los editores de la ¨¦poca se esmeraban en reflectar la megaloman¨ªa in crescendo del dictador Nicolae Ceau?escu. Pero su descripci¨®n no saciaba lo bastante el exacerbado ego del Genio de los C¨¢rpatos, como le gustaba denominarse al Conduc?tor. El texto deb¨ªa ser m¨¢s largo cada d¨ªa que pasaba o pod¨ªa ser rechazado por la Nomenclatura, como as¨ª sucedi¨® en varias ocasiones. Lo revela Gabriela Adame?teanu (T?rgu Ocna, 80 a?os), editora por entonces de la secci¨®n de escritores cl¨¢sicos del diccionario: ¡°Los jefes editoriales recib¨ªan una fuerte reprimenda, acusados de falta de visi¨®n pol¨ªtica¡±, lo que pod¨ªa acarrear incluso que los apartaran de sus funciones.
¡°Era desesperante; no sal¨ªa el primer volumen de la Enciclopedia y uno sent¨ªa que trabajaba en vano al ver c¨®mo se quedaban bloqueados los dem¨¢s tomos¡±, recuerda la escritora, quien plasma este episodio en su novela Vidas provisionales (Acantilado), recientemente publicada en Espa?a en traducci¨®n de Marian Ochoa de Eribe. En concreto, en el libro cuenta una historia sobre un Tratado exhaustivo de Rumania elaborado por unos funcionarios de una instituci¨®n cultural denominada el Edificio y cuyo texto acaba siendo destruido.
En realidad, Vidas provisionales deb¨ªa haber sido su primera obra sobre la doble vida de dos amantes bajo el omnisciente aparato comunista, pero la aparc¨® hasta convertirse casi 40 a?os despu¨¦s tambi¨¦n en una novela en torno a s¨¢trapas ca¨ªdos que socavaron las libertades en Rumania a lo largo del siglo pasado. ¡°No tuve la intenci¨®n de mostrar c¨®mo se viv¨ªa durante el comunismo, sino m¨¢s bien de describir mi vida cotidiana¡±, confiesa la escritora en una entrevista en Corbeanca, una peque?a localidad a las puertas de Bucarest.
Con una mirada profunda, la novelista incide en definirse como una simple narradora que novela el presente sin perder de vista la correlaci¨®n hist¨®rica. Precisamente, con saltos hist¨®ricos desde la Guardia de Hierro legionaria de Corneliu Zelea Codreanu y el antisemitismo de Horia Sima, pasando por el dictador militar Ion Antonescu ¨Del m¨¢s fiel aliado de Hitler¨D, hasta la ejecuci¨®n de Ceau?escu tras un juicio sumar¨ªsimo en la Navidad del 89, Adame?teanu relata una historia de amor secreta entre dos j¨®venes a principios de los 70 en un ambiente cargado que la autora padeci¨® en sus propias carnes: una instituci¨®n cultural de propaganda comunista, bajo un sistema de censura y promoci¨®n pol¨ªtica interna. Recrea con frescos la vida de este pa¨ªs de la Europa del Este durante el siglo XX, como en Una ma?ana perdida, una obra que se public¨® cinco a?os antes de la ca¨ªda del r¨¦gimen. Gracias a la riqueza estil¨ªstica en sus di¨¢logos y sus alusiones a los tenebrosos momentos hist¨®ricos, la cr¨ªtica lleg¨® a calificar a la autora como ¡°el mejor o¨ªdo de Rumania¡±.
El hilo conductor de Vidas provisionales pertenece a Leti?ia, una aspirante a escritora que mantiene una relaci¨®n amorosa clandestina con Sorin en un peque?o apartamento prestado en la periferia de Bucarest, una urbe ¡°verde antes, gris y desconchada ahora¡±, para evitar el espionaje chismoso que alentaba el estado policial. Pero ambos no solo ocultan sus encuentros amorosos, sino el verdadero origen de sus familias, en un universo delirante al que ambos est¨¢n condenados a sucumbir. La protagonista esconde unos lazos familiares que pueden provocar una terrible implosi¨®n: un t¨ªo que fue secretario de Estado durante el Gobierno de Antonescu, condenado a una pena de muerte que se conmut¨® por una cadena perpetua; otro, esp¨ªa de los ingleses; la persona que la crio, simpatizante de los legionarios; y su padre, opositor al r¨¦gimen.
Aunque lo niega, la autora presenta similitudes con el personaje principal que atisban cierta autobiograf¨ªa. Adame?teanu creci¨® durante la Rumania comunista en el seno de una familia de intelectuales que simpatizaba con el movimiento legionario. Su padre, profesor de Historia, y su madre, educadora, no hablaban en casa del pasado, como si hubiera existido una laguna hist¨®rica, seguramente conscientes de los tiempos en que viv¨ªan bajo el r¨¦gimen estalinista impuesto por Ceau?escu. ¡°En general, Rumania ha falsificado la historia¡±, asevera.
Una lucidez escalofriante
Hasta el derrocamiento sanguinario del Danubio del Pensamiento, otro de los apodos preferidos del dictador comunista, no ahond¨® en el periodo de entreguerras en su pa¨ªs. ¡°No se hablaba de la dictadura de derechas por verg¨¹enza, pero tambi¨¦n porque fue un movimiento de masas respaldado incluso por intelectuales como Emil Cioran y Mircea Eliade¡±, subraya Adame?teanu, quien ejerci¨® como periodista al frente de la Revista 22 tras el derrocamiento del comunismo. Como redactora jefa de este suplemento cultural, se dio cuenta de que Rumania es un Estado provisional, con tradici¨®n dictatorial, que pas¨® de extrema derecha a extrema izquierda.
Con una lucidez escalofriante, casi terror¨ªfica e inquietante, la narradora envuelve a sus personajes en un aura misteriosa, incluso hasta desquiciante, para sumergirnos en una sociedad dividida en clases. La protagonista recurre a un diario como v¨ªa de escape para expresar sus sentimientos sobre su amante, una persona con pasado burgu¨¦s obsesionada por hacer carrera dentro del sistema y que solo es capaz de hablar de temas parasitarios en vez de desnudar su coraz¨®n. Por este motivo, la joven comprende que ¡°no es el futuro el que trae grandes sorpresas, sino el pasado, ese que no dejamos de releer durante toda la vida¡±.
¡°No sabemos todo de la otra persona, solo tenemos nuestra percepci¨®n subjetiva sobre alguien y lo que est¨¢ ocurriendo; siempre aparece informaci¨®n nueva que ignoramos y que cambia nuestra opini¨®n del otro¡±, explica la novelista. Y a?ade: ¡°La sociedad comunista estaba constituida por clases: los que eran activistas ¨Dpertenecientes al Partido Comunista¨D, los que proven¨ªan de familias normales ¨Dtrabajadores y campesinos¨D y los que ten¨ªan un origen inadecuado ¨Dburgueses y grandes capitalistas¨D. Estos ¨²ltimos no ten¨ªan acceso a diversas funciones, unos eran parias, otros se recuperaron por colaborar con las autoridades, pero tambi¨¦n estaban aquellos que no entend¨ªan por qu¨¦ estaban clasificados en una clase u otra, porque desconoc¨ªan su pasado familiar; llevaban la carga de unas familias que ignoraban¡±.
La obra tampoco est¨¢ exenta de iron¨ªa, esencial en la ¨¦poca porque funcionaba como b¨¢lsamo a la nula resistencia contra la represi¨®n que infund¨ªa la Securitate, la temible polic¨ªa secreta. ¡°Un rat¨®n, agobiado por los securistas que est¨¢n instalando la grabaci¨®n con los aplausos en el s¨®tano de la Sala Palatului ¨Ddel Congreso¨D, se escabulle entre sus piernas y corre hacia el escenario donde el Camarada est¨¢ leyendo su discurso. Murmullos, los delegados gritan: ¡°?Matadlo! ?Matadlo!¡±. Y uno que estaba dormido como un tronco, se despierta con el alboroto, se pone en pie aturdido y a¨²lla: ¡°?Y a Ella! ?Y a Ella!¡±, en referencia a Elena, la mujer de Nicolae Ceau?escu, reza el texto. ¡°Seguramente la secci¨®n de desinformaci¨®n generaba chistes sobre los dictadores como una manera de conceder a la poblaci¨®n una m¨ªnima satisfacci¨®n¡±, se?ala.
Adame?teanu detalla despiadadamente las consecuencias de la delaci¨®n que propuls¨® la Securitate contra personas, ya fuera por culpas reales o imaginarias, con ¡°interrogatorios en los que se les arrancaban los dientes, el pelo y las u?as, en los que eran golpeados hasta que se meaban encima y les destrozaban los gl¨²teos¡±. ¡°La idea de que nos escuchaban y delataban, que se colocaba la almohada sobre el tel¨¦fono, no era una paranoia, sino una realidad¡±, cuenta la autora, que hall¨® bien entrada la d¨¦cada de los 80 que hab¨ªa instalado un aparato de escuchas en la ¨²ltima planta de su lugar de trabajo.
Vidas provisionales, que es el segundo libro de la trilog¨ªa iniciada en 1975 con El mismo camino de todos los d¨ªas y cierra Fontana di Trevi, tambi¨¦n toca uno de los grandes cr¨ªmenes de Ceau?escu: la prohibici¨®n del aborto, que provoc¨® que cientos de miles de mujeres perdieran la vida, por no hablar del ¨²tero y ovario. ¡°Siempre descubro personas a mi alrededor que han sido mutiladas o ni?os hu¨¦rfanos con una historia estremecedora; los que vivieron aquella ¨¦poca se quedaron con la idea horrorizada de tener hijos, tuvo que venir una nueva generaci¨®n para descubrir la felicidad de ser padre¡±, concluye. El libro acaba el d¨ªa en que se produce el devastador terremoto de 1977 y que caus¨® m¨¢s de 1.500 muertos.