Las esculturas de pan que Ibarrola amas¨® en la c¨¢rcel (y otras pinturas hist¨®ricas en Arco)
La generaci¨®n de artistas de la posguerra se adue?a de la feria, donde los coleccionistas no solo van a comprar arte contempor¨¢neo
Durante el tiempo que Agust¨ªn Ibarrola pas¨® encarcelado en el penal de Burgos, entre 1962 y 1965, pint¨® numerosos papeles y telas fin¨ªsimas alusivos a la represi¨®n, la tortura, la c¨¢rcel y la lucha antifranquista. Por su fragilidad, ha sobrevivido escasa obra pict¨®rica. En cambio, se encuentran en perfecto estado de conservaci¨®n algunos de los prototipos originales que el artista realiz¨® con miga de pan, tal como se puede comprobar en el expositor en la feria Arco de la gal...
Durante el tiempo que Agust¨ªn Ibarrola pas¨® encarcelado en el penal de Burgos, entre 1962 y 1965, pint¨® numerosos papeles y telas fin¨ªsimas alusivos a la represi¨®n, la tortura, la c¨¢rcel y la lucha antifranquista. Por su fragilidad, ha sobrevivido escasa obra pict¨®rica. En cambio, se encuentran en perfecto estado de conservaci¨®n algunos de los prototipos originales que el artista realiz¨® con miga de pan, tal como se puede comprobar en el expositor en la feria Arco de la galer¨ªa madrile?a Jos¨¦ de la Mano, un espacio dedicado en esta ocasi¨®n a los artistas que, en 1957, en plena dictadura, crearon el Equipo 57 y El Paso. Los primeros se centraron en el arte abstracto geom¨¦trico. Los segundos, en el informalismo.
Los prototipos de Ibarrola se exhiben dentro de una vitrina. Protegidas por el metacrilato se muestran cuatro figuras de desigual tama?o que han resistido el paso del tiempo sin corromperse. La galer¨ªa aclara que la pieza es propiedad de la familia Ibarrola y no est¨¢ a la venta. ¡°Los hemos podido exponer por cortes¨ªa de los familiares¡±, explican en el estand, precisando que la familia del pintor accedi¨® a ceder las piezas pocos d¨ªas antes de la inauguraci¨®n de Arco. Su misi¨®n es que se conozca c¨®mo, aun estando encarcelado, Ibarrola segu¨ªa creando en solidaridad con los compa?eros presos, que eran quienes le suministraban la miga de pan suficiente para que ¨¦l ensayara nuevas formas escult¨®ricas. La galer¨ªa no puede precisar cu¨¢ntos prototipos de pan lleg¨® a amasar. Lo que s¨ª cree es que el pan era el sustento del cuerpo, pero tambi¨¦n la mejor manera de jugar con los bosques de formas geom¨¦tricas que brotaban en su imaginaci¨®n.
La directora de la feria, Maribel L¨®pez, opina que con Circa 1957, nombre bajo el que se agrupa la obra expuesta en Jos¨¦ de la Mano, se cumple con ¡°el deseo de Arco de que las galer¨ªas opten por los proyectos comisariados¡± en lugar de la mezcla de firmas habituales de cada estand. L¨®pez hac¨ªa estas valoraciones desde el que puede ser el rinc¨®n m¨¢s rompedor de la feria, el dedicado a los emergentes en ART Situacions III, donde se puede contemplar la obra de cinco j¨®venes espa?oles (Elena Aitzkoa, Nora Aurrekoetxea, Luc¨ªa Bay¨®n, Aleix Plademunt y Pablo Capit¨¢n del R¨ªo) junto a cinco franceses (Salom¨¦ Chatriot, Marie-Luce Nadal, Beno?t Pi¨¦ron, Elsa Br¨¨s y Yoan Sori). Queda claro que esta es una feria volcada en el ¨²ltimo arte contempor¨¢neo, pero no todo lo que se ve en ella est¨¢ firmado por artistas vivos. Desde hace varias ediciones, el mercado secundario y las obras de las vanguardias hist¨®ricas se han abierto un hueco muy considerable.
Este a?o han hecho notar su presencia como nunca. Por ejemplo, en el espacio de la galer¨ªa Leandro Navarro. Su director, I?igo Navarro, se?ala una selecci¨®n insuperable de algunas de sus firmas cl¨¢sicas: La napperon blanc (1926) de Juan Gris, a la venta por 1.300.000 euros, o un mir¨® de 1976, T¨ºte aux trois cheveux devant la lune, con un precio de 1.600.000. Famoso por las joyas que atesora en su galer¨ªa, Navarro cuenta que, pese a la incertidumbre de la guerra, las obras de los per¨ªodos art¨ªsticos que maneja est¨¢n cada vez m¨¢s demandadas. ¡°No s¨¦ si el arte es un refugio para quienes buscan seguridad para su dinero, pero lo cierto es que llevamos unos pocos a?os en los que la demanda est¨¢ en aumento¡±. En otras ediciones, en este mismo espacio se han mostrado deslumbrantes cuadros de Picasso. Esta vez no, pero no porque el galerista haya liquidado todos sus fondos, sino porque las exposiciones dedicadas al 50? aniversario de la muerte de Picasso en todo el mundo han acaparado obra en forma de pr¨¦stamos. Cuando vuelvan al mercado, la revalorizaci¨®n del artista espa?ol seguir¨¢ en aumento. Para la exposici¨®n que el Reina Sof¨ªa dedicar¨¢ al per¨ªodo de Picasso en G¨®sol (Lleida), Navarro ha prestado nada menos que cinco obras.
La atm¨®sfera muse¨ªstica se respira tambi¨¦n en la galer¨ªa de Guillermo de Osma, una firma que juega con valores tan consagrados en el mercado como Carmen Laff¨®n ¡ªprecioso su especiero de 1975¡ª, Carlos Alcolea o el propio Picasso. Aqu¨ª se expone una de las pocas obras del artista malague?o a la venta en la feria: Dos mujeres desnudas (1966). En medio de su peque?o museo, De Osma cuenta que a lo largo del tiempo ha visto c¨®mo el gusto de los coleccionistas iba cambiando. ¡°Va y viene. La incertidumbre que acompa?a a las guerras o a las epidemias no es la mejor compa?¨ªa para el riesgo y la experimentaci¨®n. Puede que por eso una feria de arte contempor¨¢neo como Arco haya visto ahora c¨®mo el p¨¦ndulo se inclina hacia la pintura surgida de las vanguardias del siglo XX¡±, se?ala. Otros galeristas, como Mayoral o Marc Dom¨¨nech, tambi¨¦n llevan a?os acudiendo a la feria con obras hist¨®ricas, desde Mir¨® y T¨¤pies, en plena tendencia al alza en el mercado, hasta otros de artistas menos conocidos. ¡°Los grandes nombres del arte espa?ol del siglo XX no dejaron ni una fisura para quienes ven¨ªan detr¨¢s, los de la segunda fila. Es misi¨®n de galeristas, coleccionistas e instituciones volver a prestarles atenci¨®n¡±, afirma Dom¨¨nech, cuya galer¨ªa en Barcelona ha redescubierto artistas de la posguerra catalana como Mois¨¨s Vill¨¨lia o Magda Bolumar.
Entre los pabellones 7 y 9 la mirada que busque pintura tiene motivos para detenerse en numerosas estaciones. El g¨¦nero ha sobrevivido en medio de otros soportes y tendencias narrativas. Por ejemplo, en la generaci¨®n de artistas nacidos en la primera posguerra. La galerista Helga de Alvear conserva intacta su curiosidad por rescatar del olvido y descubrir toda aquella obra capaz de conmoverla. Es el caso de Gerardo Delgado (Olivares, Sevilla, 1942) y de Manolo Quejido (Sevilla, 1946). De ambos exhibe cuadros de gran formato tanto en el interior como en el exterior del estand. Quejido es el ¨²ltimo fichaje de Alvear. No conoc¨ªa su obra. ¡°Lo descubr¨ª en la exposici¨®n del Palacio de Vel¨¢zquez, en el Retiro de Madrid. Manuel Borja-Villel se empe?¨® en que lo viera y me pareci¨® extraordinario. Quise comprar obra suya y me cont¨® que no ten¨ªa galer¨ªa. Aprovech¨¦ para ficharle y para comprarle cuatro cuadros¡±, relata De Alvear.
La prestigiosa galerista no sabe a qu¨¦ puede deberse el evidente inter¨¦s por la pintura, pues a ella siempre le ha interesado, al igual que otros soportes, porque lo principal son ¡°las emociones¡±. Lo que le preocupa a De Alvear es que haya tan poco coleccionismo y a?ade que para que los m¨¢s j¨®venes y menos pudientes se animen ha puesto a la venta obra gr¨¢fica de sus fondos propios y de los de Juana Mord¨®. Una l¨¢mina cuesta 100 euros, o 200 si se quiere enmarcada.
Entre los j¨®venes pintores espa?oles, tambi¨¦n lleva a?os destacando Secundino Hern¨¢ndez (Madrid, 1975). En la galer¨ªa Ehrhardt Fl¨®rez exhibe dos grandes pinturas a las que ha reducido las capas de pintura y la intensidad del color de sus anteriores trabajos. Hern¨¢ndez, cotizado y valorado en el mercado internacional, no se siente capaz de opinar sobre el retorno de la pintura, porque nunca ha hecho diferencias con los soportes. ¡°Yo siempre he sido pintor. Siempre he estado ah¨ª. Es con lo que siempre he trabajado y en lo que sigo¡±, dice. Tambi¨¦n es lo que m¨¢s le interesa como coleccionista. Sus ¨²ltimas compras han sido cuadros de Jan Z?ller y de Luis Claramunt.