¡®Sin malos rollos¡¯: Jennifer Lawrence vuelve con una comedia con tono juvenil ochentero aplicado a la angustia contempor¨¢nea
Una pel¨ªcula que no deja de mirar con lupa (desternillante) al universo adolescente del presente, con sus virtudes y sus defectos, y a la crisis econ¨®mica de cualquier edad
El cine juvenil, como las sociedades, los institutos y las habitaciones de los chavales, se ha llenado de angustia en los ¨²ltimos a?os. Seguramente justificada por m¨²ltiples factores econ¨®micos, sociales, familiares, laborales y psicol¨®gicos, aunque a veces d¨¦ la impresi¨®n de un cierto regodeo y de una forzada identificaci¨®n en la adversidad, la desgraciada aflicci¨®n ha dirigido el rumbo del audiovisual actual hasta casi desterrar un g¨¦nero siempre tan infalible como la comedia chorra adolescente.
Con sobresalientes excepciones como la formidable ...
El cine juvenil, como las sociedades, los institutos y las habitaciones de los chavales, se ha llenado de angustia en los ¨²ltimos a?os. Seguramente justificada por m¨²ltiples factores econ¨®micos, sociales, familiares, laborales y psicol¨®gicos, aunque a veces d¨¦ la impresi¨®n de un cierto regodeo y de una forzada identificaci¨®n en la adversidad, la desgraciada aflicci¨®n ha dirigido el rumbo del audiovisual actual hasta casi desterrar un g¨¦nero siempre tan infalible como la comedia chorra adolescente.
Con sobresalientes excepciones como la formidable S¨²per empollonas, el cine se ha hecho eco de esa ansiedad e intensidad, pero no tanto de la, de todos modos, consustancial energ¨ªa juvenil. Y justo a ese lugar, a esa dualidad que a veces se convierte en frontera, es adonde ha llegado el interesante director y guionista estadounidense Gene Stupnitsky con la estupenda Sin malos rollos. Recuperando una ¨¦poca tan desprejuiciada en las sociedades y en el cine como fue la de los ochenta, cuyos estertores vivi¨® ¨¦l siendo ese fascinante ser humano de unos 12 a?os que est¨¢ pasando de ser un cr¨ªo a convertirse en adolescente, para narrar con estilo fresco y desinhibido lo que le est¨¢ ocurriendo a los chicos y chicas de hoy en d¨ªa.
El argumento, de hecho, est¨¢ inspirado en un hecho real: un anuncio en internet de unos adinerados padres excesivamente protectores ¡ªotro de los sellos de nuestro tiempo¡ª que buscaban a una chica veintea?era que quisiera tener una cita con su hijo, uno de esos chavales que apenas salen de su habitaci¨®n, de las pantallas y de las relaciones sociales por redes, para que espabilara en todos los sentidos, sobre todo en el sexual y afectivo, antes de marcharse a una universidad en la que tem¨ªan que se lo comieran con sopas. Previo pago por sus servicios, por supuesto, pues se supone que es un contrato de trabajo. Y hasta all¨ª llega, en la pel¨ªcula, el personaje interpretado con gracia y atrevimiento exultantes por Jennifer Lawrence, que rebasa ya la treintena de edad.
Los componentes de la premisa ¡ªsexo, gran diferencia de edad y contraprestaci¨®n, en este caso, un coche como pago¡ª nos llevan inevitablemente a uno de los hitos juveniles de los ochenta: aquella Risky Business que convirti¨® a Tom Cruise en una estrella con su baile en calcetines, que adem¨¢s estaba comandada por una de las mejores filosof¨ªas de vida de cualquier tiempo: ¡°Pero ?qu¨¦ co?o¡?¡±. Y, sin embargo, pese a la efervescencia ochentera en su estilo, Sin malos rollos es una pel¨ªcula que no deja de mirar con lupa (desternillante) al universo adolescente del presente, con sus virtudes y sus defectos, y a la crisis econ¨®mica de cualquier edad. Ahora bien, siempre desde el prisma de alguien de una generaci¨®n anterior: esa treinta?era que necesita un coche nuevo para poder sacar como conductora de Uber lo que no gana como camarera de un primer trabajo.
La carcajada ostentosa, sincera y limpia de Lawrence, su carisma, su belleza y su tonter¨ªa (que a veces pueden recordar a la Marilyn Monroe m¨¢s payasa y sensual) dominan una pel¨ªcula en la que el zangolotino (palabra que no entender¨¢n las nuevas generaciones, pero que es perfecta para definirlo) que interpreta Andrew Bath Feldman ejerce de perfecto contraste. Stupnitsky, guionista de The Office, que ya hab¨ªa demostrado en Chicos buenos su estilazo c¨®mico con un sano gamberrismo juvenil para chicos de 11 a?os, ha compuesto una moderna screwball comedy. Una estrafalaria pel¨ªcula de humor f¨ªsico, a la vez generacional y global, que hace suya la consigna del productor cinematogr¨¢fico de la obra maestra Los viajes de Sullivan, de Preston Sturges: ¡°Haz lo que quieras¡ pero con una pizca de sexo¡±.
SIN MALOS ROLLOS
Dirección: Gene Stupnitsky.
Intérpretes: Jennifer Lawrence, Andrew Bath Feldman, Matthew Broderick, Natalie Morales.
Género: comedia. EE UU, 2023.
Duración: 103 minutos.
Estreno: 23 de junio.