Miren Iza (Tulsa): ¡°Las mujeres a¨²n dependemos demasiado de la mirada de los otros¡±
El ¨²ltimo proyecto de la cantante es ¡®Amadora¡¯, un disco y obra de teatro que reivindican a las se?oras mayores que dedican su vida a cuidar a los dem¨¢s mientras sus sue?os quedan atr¨¢s
Miren Iza (Hondarribia, 44 a?os) es cantante, compositora, y tambi¨¦n psiquiatra. Tiene siete discos con su grupo, Tulsa. Uno de ellos, la banda sonora de la pel¨ªcula Los exiliados rom¨¢nticos, de Jon¨¢s Trueba. El 24 de noviembre public¨® su ¨²ltimo proyecto, ...
Miren Iza (Hondarribia, 44 a?os) es cantante, compositora, y tambi¨¦n psiquiatra. Tiene siete discos con su grupo, Tulsa. Uno de ellos, la banda sonora de la pel¨ªcula Los exiliados rom¨¢nticos, de Jon¨¢s Trueba. El 24 de noviembre public¨® su ¨²ltimo proyecto, Amadora, que tambi¨¦n ha llevado al teatro de la mano de la dramaturga Mar¨ªa Velasco y que se estren¨® en el Festival de Oto?o de Madrid. Amadora habla de mujeres, de mujeres mayores entregadas a los dem¨¢s que ven c¨®mo pasa la vida mientras sus sue?os quedan atr¨¢s y que, entre dolores f¨ªsicos y ansiedad, buscan el respeto que no siempre han recibido. Sin victimismo. Desde el humor y la m¨²sica.
Pregunta. ?Qu¨¦ aporta la psiquiatr¨ªa a su m¨²sica? ?Y la m¨²sica a su ejercicio de la psiquiatr¨ªa?
Respuesta. La m¨²sica ha sido un santuario, mi terreno sagrado. Me ha ayudado a curar el esp¨ªritu, porque la escucha constante de testimonios duros a veces te deja extenuada. La psiquiatr¨ªa me ha convertido en alguien m¨¢s compasivo y capaz de mantener la mente abierta, sin juicios. Hablar con la gente est¨¢ muy cerca de la literatura. Cada persona tiene una historia fascinante y me interesa mucho escucharlas. Por otro lado, gracias a tener un trabajo estable he podido seguir con la m¨²sica y hacerla como a m¨ª me ha dado la gana.
P. Amadora habla de los cuidados, del sacrificio, de la abnegaci¨®n, de la renuncia, del dolor. ?Cu¨¢l es el origen de este proyecto?
R. Surge de las ganas, o de la necesidad, de comprender un dolor que ve¨ªa muy sistem¨¢tico en muchas mujeres en mi trabajo como psiquiatra y que relacionaba con una sobrecarga en los cuidados de los dem¨¢s. El cuerpo muchas veces se acaba rompiendo cuando es sometido a una tarea repetida y no hay una expresi¨®n de malestar en el lenguaje. Me pareci¨® interesante abrir esa conversaci¨®n con nuestras madres y tambi¨¦n con las generaciones m¨¢s j¨®venes.
P. ?Las mujeres a¨²n tenemos problemas para expresar verbalmente el hartazgo o el agotamiento?
R. Creo que gracias al feminismo se puede identificar m¨¢s d¨®nde est¨¢ el deseo de los otros respecto al deseo propio y, una vez que te haces preguntas, puedes cambiar las cosas. El dolor a veces hace que esas preguntas aparezcan, act¨²a como disparador. Para ellas y para los que est¨¢n alrededor. Porque a veces t¨² crees que tu madre hace algo de mil amores cuando a ella sin embargo le est¨¢ generando sufrimiento.
P. ?Qu¨¦ pesa m¨¢s en esos dolores? ?Haber abandonado los sue?os propios o la falta de reconocimiento social?
R. Una mezcla de ambas cosas. En la obra hablamos de c¨®mo muchas veces se trata a las se?oras como algo de broma; no se reconoce la labor que han desempa?ado y se las expulsa del espacio p¨²blico cuando han pasado la vida cuidando a los dem¨¢s.
P. ?Qu¨¦ impacto tiene en la sociedad que las mujeres ya no sean m¨¢rtires ni santas?
R. Creo que es muy sano, pero deja un vac¨ªo del que se tiene que encargar la pol¨ªtica. ?C¨®mo se cuida a los dependientes, qui¨¦n se encarga? Deber¨ªa ser considerado un trabajo y, como tal, remunerado.
P. Habla en el disco de la importancia de las relaciones con otras mujeres para superar estos dolores, muchas veces compartidos.
R. Son fundamentales. Hay una canci¨®n, Laguna, completamente inspirada en mis amigas. Siento que me han salvado la vida m¨¢s de una vez. Los espacios en los que se promueven encuentros entre mujeres que se han dedicado toda su vida a cuidar son muy importantes. Algunas mujeres, cuando llegan a esa edad se preguntan: ¡°Y yo, por qu¨¦ he dado tanto? ?por qu¨¦ he vivido a expensas de los deseos de los dem¨¢s?, ?qu¨¦ hago con mis pr¨®ximos 40 a?os?, ?y a m¨ª ahora qui¨¦n me da lo que necesito?¡±. Hacen falta redes que les permitan derrumbarse y reconstruirse. Los f¨¢rmacos para mitigar el dolor no son suficientes.
P. Los sue?os abandonados durante d¨¦cadas, ?se pueden recuperar?
R. S¨ª. Esa es la tesis de la obra. He visto muchas mujeres, en la consulta y fuera de ella, que se han separado a los 70 a?os, que han empezado a tocar el piano¡ Esto son solo peque?os s¨ªmbolos, pero el cambio siempre es posible.
P. En el caso de mujeres m¨¢s j¨®venes, muchas veces viven con culpa el no dedicar tanto tiempo a los cuidados.
R. Sobre esto, hay que preguntarse muchas cosas. Esta culpa, ?de d¨®nde viene? Tiene mucho que ver con el catolicismo y con nuestra herencia cristiana. ?Cu¨¢l es el sacrificio necesario para acallarla? ?Es infinito? Es una culpa irracional, que no se acaba por muchas renuncias que hagas. Para ser una buena madre no hay que sacrificarse a una misma ni abandonar los proyectos propios.
P. Muchas mujeres directivas, o pol¨ªticas con grandes responsabilidades, renuncian a sus cargos porque consideran que el equilibrio entre lo que exigen ciertas profesiones y la vida personal es imposible.
R. La gran lucha deber¨ªa ser poner l¨ªmites al trabajo y no perderlo. Porque esto pasa tambi¨¦n en trabajos m¨¢s b¨¢sicos, que a pesar de todo exigen una dedicaci¨®n completa que los hombres muchas veces est¨¢n m¨¢s dispuestos a asumir. Es algo que como sociedad tenemos que decidir, qu¨¦ relaci¨®n queremos tener con el tiempo libre y con el mundo laboral, y que sea igual para todos.
P. ?Sigue habiendo en las mujeres una dependencia excesiva de sentirnos queridas y aceptadas?
R. S¨ª. Todav¨ªa dependemos demasiado de la mirada de los otros, de si somos j¨®venes, si somos guapas, si nos queda bien lo que sea, en lugar de ser sujetos que miramos y que deciden qu¨¦ desean. Pero creo que al menos somos capaces de identificarlo. Yo, por ejemplo, tengo ya conciencia de haberme convertido en una se?ora y me he preguntado hasta qu¨¦ punto est¨¢ justificado seguir haciendo canciones, o conciertos. Pero tambi¨¦n hay algo pol¨ªtico en decir: ¡°Pues s¨ª, me gusta a¨²n subirme a un escenario¡±. Y me gusta que haya en ellos se?oras como Patti Smith o Christina Rosenvinge.
P. Siempre ha habido se?ores.
R. Por supuesto. El problema es que a ti te dicen: ¡°Se?ora, ya no tienes edad¡±. Hay que liberarse del juicio del otro. A m¨ª, leer a mujeres mayores, sabias y maravillosas como Chantal Maillard o El manifiesto de las mujeres viejas de Mari Luz Esteban me da la vida. Hay que dignificar la palabra se?ora y quitarle la connotaci¨®n negativa que la palabra se?or no tiene en absoluto. Dar un paso al frente y comprometernos con hacer caso a nuestra propia mirada.. Soy una se?ora, claro que s¨ª, y tengo una experiencia de vida que es valios¨ªsima y mucho que aportar.
P. ?Cree que a¨²n hoy hay una mayor inseguridad en las mujeres?
R. No me gusta generalizar, pero a los hombres muchas veces les cuesta menos reivindicar lo que hacen con seguridad en s¨ª mismos. Sin embargo, no paro de ver mujeres atemorizadas cuando publican libros, por ejemplo, pensando que no van a dar la talla. Con miedo a la mirada del otro, a que las llamen mediocres, torpes, lo que sea. Pero nada es tan importante. A m¨ª me ayuda mucho pensar esto cuando saco un disco.
P. Amadora trata tambi¨¦n de la complejidad de las relaciones madre-hija. Habla de ello en Tacones lejanos, de c¨®mo una madre es a la vez un refugio de monta?a, y la monta?a entera, pero tambi¨¦n una medusa capaz de petrificar y de la que queremos separarnos.
R. No somos una prolongaci¨®n de nuestras madres. Muchas veces no cumplimos con sus expectativas, y es lo mejor que podemos hacer para luego quererlas por lo que son y perdonarnos bilateralmente. Si no, hay una deuda perpetua que nunca acaba de sanarse.
P. Spotify censur¨® la foto del single de una de tus canciones en el que aparec¨ªa el pecho desnudo de una mujer, Socorro Anad¨®n, actriz en Amadora y mujer de 67 a?os. ?Cree que tuvo que ver con la edad, con la forma orgullosa de mostrarse?
R. S¨ª. Me sorprendi¨® mucho. Luego se arregl¨®. Yo personalmente necesito ver cuerpos no normativos desnudos, necesito verlos en los escenarios, en las novelas, porque es lo que nos pasa y lo que nos va a pasar. Lo femenino no sexualizado parece que a¨²n molesta a alguna gente, se?al de que es necesario mostrarlo.
P. ?Qu¨¦ pueden hacer las amadoras para recuperar sus sue?os?
R. Hablar y atreverse aunque los cambios den miedo y ansiedad. Centrarse en la mirada y el deseo propios y deshacerse del juicio ajeno.