Mar¨ªa V¨¢zquez, actriz: ¡°Si dicen que no son machistas, son machistas¡±

Llega a la cita en el centro de Madrid caminando desde la estaci¨®n de Atocha, procedente de otra entrevista promocional en Toledo, y, cuando acabemos, se ir¨¢ pitando a la de Chamart¨ªn para volver en tren a Galicia, donde vive con su pareja y sus dos hijos de 11 y 13 a?os. No se queda. Va y viene. Ya vivi¨® tres lustros la locura de la capital antes de volver a su tierra, mitad por a?oranza, mitad por militancia. Resulta chocante verla as¨ª, tan urbana y cosmopolita, despu¨¦s de haberla visto en la pel¨ªcula ...

Llega a la cita en el centro de Madrid caminando desde la estaci¨®n de Atocha, procedente de otra entrevista promocional en Toledo, y, cuando acabemos, se ir¨¢ pitando a la de Chamart¨ªn para volver en tren a Galicia, donde vive con su pareja y sus dos hijos de 11 y 13 a?os. No se queda. Va y viene. Ya vivi¨® tres lustros la locura de la capital antes de volver a su tierra, mitad por a?oranza, mitad por militancia. Resulta chocante verla as¨ª, tan urbana y cosmopolita, despu¨¦s de haberla visto en la pel¨ªcula Matria. A pesar de que su rostro, su cuerpo, su pelo, su voz, son los de Ramona, su personaje, una mujer trabajadora de pueblo que cuida de todo el mundo menos de ella, esta mujer es Mar¨ªa V¨¢zquez, una actriz que lleva 25 a?os robando plano en escena.

?Cu¨¢nto trabajo le lleva parecer tan natural en pantalla?

Mucho y, adem¨¢s, me gusta reivindicarlo. Para hacer Matria me tir¨¦ un a?o trabajando en las bateas del mejill¨®n, hablando con las mujeres de las conserveras para aprender el dialecto gallego de la zona y empap¨¢ndome de su carnalidad y de su esp¨ªritu. Con otros personajes no tienes tanto tiempo y tiras de oficio, pero este me lo he currado much¨ªsimo.

Se echa usted la historia a la espalda.

Me siento coautora de la pel¨ªcula. Queda muy m¨ªstico, pero mi cuerpo es el canal para contar la historia, as¨ª lo siento. El director, ?lvaro Gago, es el creador, pero es tan generoso, hemos trabajado tant¨ªsimo juntos, y tiene una manera de trabajar tan bonita que incluye a todo el equipo como cocreadores, y eso no es f¨¢cil.

?Eso no es lo que sucede siempre?

Para nada, las actrices hemos soportado much¨ªsimo maltrato, una forma de trabajar que se supon¨ªa eficaz, basada en gritarte, faltarte al respeto, creyendo que as¨ª iban a sacar lo mejor de ti. Yo he llorado much¨ªsimo en los ba?os de los rodajes, y eso en esta profesi¨®n, donde se supone que hay libertad. Si te dicen que no son machista, son machistas, esa es la regla n¨²mero uno del machista. Menos mal que las generaciones nuevas vienen con otra forma de trabajar, otro tipo de masculinidad, menos de ¡°medirse la pirola¡±, como decimos en Galicia.

?C¨®mo elige sus personajes?

Creo que los personajes me eligen a m¨ª. Vivo en un pueblo, no necesito mucho para vivir, me encanta mi trabajo, pero no quiero currar todo el rato; entonces, dentro de mis posibilidades, elijo los que realmente creo que les puedo aportar algo. Con otra ofertas, no s¨¦, hay algo que yo misma desprendo como de que eso no es para m¨ª, y ni me los ofrecen.

Despu¨¦s de Ramona, ?se ve haciendo de una pija millonaria?

Si lo que cuenta la pel¨ªcula me interesa, s¨ª. Pero... es verdad que tengo un prejuicio con ese mundo de los ricos, que igual me tengo que mirar... A veces pienso: si se han hecho tan ricos, por algo chungo ser¨¢. Y seguro que no siempre es as¨ª. Pero s¨ª, me gustar¨ªa meterme en ese mundo de esa gente que, en el fondo, creo que siempre salen de rositas.

?Siempre fue tan peleona?

S¨ª, desde el cole. Me echaban de clase por feminista, porque reivindicaba poder jugar al f¨²tbol, aunque no me gustara, porque a las chicas no nos dejaban. Eso tambi¨¦n es un defecto, porque a veces soy brusca y no digo las cosas de la mejor manera posible. No hay que decirlo todo, hay que filtrar. A¨²n estoy aprendiendo.

?C¨®mo sent¨® en su casa que emigrara a Madrid a los 18 a?os a estudiar danza?

Hab¨ªa abierto el camino mi hermana, guionista, que viv¨ªa all¨ª. La otra es restauradora. Cuando yo, que soy la peque?a, dije que quer¨ªa ser actriz, el comentario de mi padre fue: ¡°Ni una normal¡± [r¨ªe]. Algo de culpa tendr¨¢ ¨¦l tambi¨¦n...

Luis Zahera, Luis Tosar, Mar¨ªa Pujalte, Cristina Casta?o, usted misma. ?Qu¨¦ tiene Galicia para dar tantos buenos actores y actrices?

No s¨¦, pero s¨ª, soy muy gallega. Esa conexi¨®n con la tierra, esa morri?a, ese clima, esa especie de melancol¨ªa e hipersensibilidad que tenemos igual favorece la vena art¨ªstica.

?Por qu¨¦ no es hoy bailarina?

Fui viendo yo sola que no era lo m¨ªo. Sacaba suficientes en t¨¦cnica y sobresaliente en expresi¨®n art¨ªstica. De ni?a, cuando me castigaban, me encerraban en el ba?o, y, all¨ª, frente al espejo, jugaba a ser otras. Yo ya he ganado el Goya y el Oscar en ese espejo.

?Y hoy, qu¨¦ tal se lleva con el espejo? ?Le gusta lo que ve?

Me cuesta. Es una asignatura pendiente. Tengo esa cosa de la sobreexposici¨®n de las actrices, la sensaci¨®n de vivir bajo una lupa constante. Ahora me obligo a mirarme, gustarme y decir: qui¨¦rete.

Pero, si su cuerpo es su instrumento de trabajo, es su templo.

S¨ª, pero creo que tengo un poco de tara ah¨ª. Vengo de la danza cl¨¢sica, donde te vendaban los pechos, no com¨ªas antes de los ex¨¢menes... Y yo nunca tuve un cuerpo de palo. He sufrido un poco con ese tema y hay cosas de la infancia que te marcan. Durante mucho tiempo me sent¨ª mal comiendo mucho, me castigaba por ello, y ahora aprendo mucho de mi hija, que es una disfrutona.

Ramona cuida de todo el mundo menos de ella. ?Por qu¨¦?

Porque no se quiere, porque no le han dejado quererse, y le han hecho creer que no vale nada. Mi Ramona es un homenaje a todas esas mujeres que no llegan ni alcanzan a todo, que no pueden parar, porque si paran, se les viene la realidad encima. Y tambi¨¦n a mi madre que se dedic¨® a cuidar a su familia y a personas con Alzheimer, y se merecen que las cuiden.

A pesar de todo, y de su marido maltratador, Ramona no renuncia a la alegr¨ªa.

Es lo que le salva la vida. A ella, a esas mujeres que tiran para adelante y no se permiten ni quejarse. Su marido la maltrata y la viola, y ella no se va porque ella misma repite el patr¨®n que ha visto toda la vida. Hasta que para, y piensa.

?Qu¨¦ les dir¨ªa a qui¨¦nes dicen que Galicia es un matriarcado?

No, mira, eso es porque nos han cargado con la conciliaci¨®n. Cuando dicen que nosotras mandamos en casa, como que no hubiera un poder m¨¢s grande que ese, les digo: vaya morro. Mira, no, gracias, no nos deis esa parcela de poder, que a lo mejor no queremos mandar en casa, sino que lo queremos compartir; y de mandar fuera ya hablamos.

Se le avecinan premios. ?C¨®mo lleva la alfombra roja?

Ahora mejor, con la edad. Antes fatal, me parec¨ªa una farsa horrible. Ahora intento no juzgarme mucho, porque si no, no lo har¨ªa. Me lo paso bien y hago unas risas con un vestido y unas joyas prestadas sabiendo que es un rato y una manera de vender tu pel¨ªcula. Pero esa misma alfombra roja esconde mucha precariedad. Se oculta la miseria, y esa misma miseria te lleva a no posicionarte, y a fingir que te va bien. Si yo digo que me va mal, me va a ir peor todavia. Los poderosos lo saben y ejercen m¨¢s poder sobre nosotros. Siempre hay alguien m¨¢s fuerte que va apretar al m¨¢s d¨¦bil.

Usted s¨ª se posiciona. En su Instagram hay fotos con Yolanda D¨ªaz.

Otra gallega. Los gallegos somos muy de hacer redes. Con ella y otros gallegos, hemos hecho un grupo de emigrados en Madrid y nos vemos, nos llamamos, nos cuidamos. Me gusta su manera de hacer pol¨ªtica, que es novedosa. Cuando dicen que es naif, les respondo que no hace falta gritar ni dar pu?etazos sobre la mesa, sino que se puede hacer pol¨ªtica y mandar desde otro sitio m¨¢s amable, m¨¢s de cuidarse y cuidar al otro. Discrepar est¨¢ muy bien, pero no hace falta enfrentarse a ver qui¨¦n la tiene m¨¢s grande.