¡®Las cuatro hijas¡¯: el lobo que se comi¨® a dos j¨®venes mujeres en el documental tunecino candidato al Oscar
Desigual en sus resultados y suicida en sus formas, el filme es una monta?a rusa. Cuando parece que no queda m¨¢s que estamparse contra el suelo, revive milagrosamente
Las primeras palabras, pronunciadas por una voz desde fuera, con la imagen al fondo de una madura mujer levemente desenfocada y dos chicas j¨®venes en primer plano, flanqueando la figura materna, las tres mirando a c¨¢mara, impresionan: ¡°En esta pel¨ªcula intentar¨¦ contar la historia de las hijas de Olfa. Olfa tiene cuatro hijas. Las dos peque?as, Eya y Tayssir, a¨²n viven con ella¡±. Pausa de unos cinco segundos. Cambio de plano: ahora es la madre la que est¨¢ en primer t¨¦rmino, cabizbaja, cuerpo nervioso, en tensi¨®n, con dos figuras femeninas al fondo: ¡°A las dos mayores, Rahma y Ghofrane, se las ...
Las primeras palabras, pronunciadas por una voz desde fuera, con la imagen al fondo de una madura mujer levemente desenfocada y dos chicas j¨®venes en primer plano, flanqueando la figura materna, las tres mirando a c¨¢mara, impresionan: ¡°En esta pel¨ªcula intentar¨¦ contar la historia de las hijas de Olfa. Olfa tiene cuatro hijas. Las dos peque?as, Eya y Tayssir, a¨²n viven con ella¡±. Pausa de unos cinco segundos. Cambio de plano: ahora es la madre la que est¨¢ en primer t¨¦rmino, cabizbaja, cuerpo nervioso, en tensi¨®n, con dos figuras femeninas al fondo: ¡°A las dos mayores, Rahma y Ghofrane, se las comi¨® el lobo¡±.
Las cuatro hijas, pel¨ªcula de la tunecina Kaouther Ben Hania, estrenada en la secci¨®n oficial del festival de Cannes y candidata al Oscar al mejor documental (aunque no lo sea del todo en muchos sentidos), empieza como un tiro. Como uno de esos crueles cuentos tradicionales que han ido atravesando el tiempo de generaci¨®n en generaci¨®n para avisar a los ni?os de los males y los peligros a su alrededor. Quien habla en off es la propia directora, que pronto desvela su arriesgada, casi ins¨®lita sistem¨¢tica narrativa. A las dos hermanas mayores, engullidas por el lobo, las interpretar¨¢n dos actrices. A la madre, en las secuencias en las que la dureza de los recuerdos pueda enturbiarla, tambi¨¦n la interpretar¨¢ otra profesional. Mientras, un actor har¨¢ varios papeles de hombre a lo largo del relato, entre ellos, el progenitor abusador de las chicas. Las tres personas reales, la madre y las dos hijas peque?as, establecen contacto, conversaciones y hasta representaciones con las de ficci¨®n. As¨ª escrito, puede costar comprenderlo. En pantalla se entiende todo. Para mal. Porque poco o nada funciona, al menos en la primera hora y pico de metraje. La metodolog¨ªa, en la teor¨ªa, es valiente y sorprendente. En la pr¨¢ctica, est¨¢ cerca del desastre.
Puede parecer que se establece una reflexi¨®n acerca de la representaci¨®n del drama y la tragedia en una pantalla, pero no la hay en absoluto. Solo una especie de teatrillos, de juegos metacinematogr¨¢ficos en los que se mezclan las risas desinhibidas y los llantos sinceros por el mal recuerdo. Momentos llenos de redundancias entre texto e imagen. Ensayos y fingimientos casi risibles, como la negativa de las actrices a ¡°decir palabrotas¡± en su rememoraci¨®n de los peores momentos en la casa familiar. Banalizaciones, como la secuencia en la que recuerdan su pasado como majorettes. Y, en el peor instante, algunas tomas falsas, con el bigote del actor masculino despeg¨¢ndose entre risas. La forma se est¨¢ comiendo el fondo. Apenas hay informaci¨®n: tarda bastante en saberse que son tunecinas, y mucho m¨¢s en conocer el destino de las mayores, que aunque se desvele en la mayor¨ªa de los textos informativos y cr¨ªticos sobre la producci¨®n, y es posible que se vea venir, aqu¨ª nos empe?aremos en ocultar porque, al fin y al cabo, es la mejor parte de la obra: la media hora final, en la que todo se encarama.
La ambigua actitud de la madre, tambi¨¦n maltratadora, es muy sugestiva en lo cinematogr¨¢fico: ¡°Le arranqu¨¦ un mech¨®n de pelo [a tirones] y la mol¨ª a palos. ?La mol¨ª!¡±. Y las explicaciones sobre el proceso de radicalizaci¨®n pol¨ªtica y religiosa, la atracci¨®n por lo prohibido tras la Primavera ?rabe y la Revoluci¨®n del Jazm¨ªn, entre 2010 y 2012, y la reaparici¨®n de las hermanas mayores, en la boca del lobo, provocan que la pel¨ªcula, por fin, levante el vuelo. Incluso hasta lo emocionante.
Desigual en sus resultados y suicida en sus formas, Las cuatro hijas es una monta?a rusa. Cuando parece que no queda m¨¢s que estamparse contra el suelo, revive milagrosamente y puede dejar cierto poso. Pero la primera hora es infame.
Las cuatro hijas
Dirección: Kaouther Ben Hania.
Intérpretes: Hend Sabry, Ichrak Matar, Majd Mastoura, Eya Chikhaoui.
Género: documental. Túnez, 2023.
Duración: 107 minutos.
Estreno: 9 de febrero.