Cultura se compromete a no premiar o contratar obras creadas ¨ªntegramente con inteligencia artificial
El ministerio dirigido por Ernest Urtasun emite una gu¨ªa de buenas pr¨¢cticas tras semanas de quejas y acusaciones de desprotecci¨®n por parte de decenas de dibujantes e ilustradores
Al Ministerio de Cultura deb¨ªan de silbarle los o¨ªdos desde hac¨ªa d¨ªas. Decenas de dibujantes e ilustradores han compartido recientemente en redes sociales su indignaci¨®n por el uso cada vez m¨¢s masivo de la inteligencia artificial (AI) en su disciplina: portadas de libros de grandes sellos, im¨¢genes premiadas en concursos p¨²blicos o promoci¨®n de entidades oficiales como el Ministerio de Juventud, que termin¨® disculp¨¢...
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Al Ministerio de Cultura deb¨ªan de silbarle los o¨ªdos desde hac¨ªa d¨ªas. Decenas de dibujantes e ilustradores han compartido recientemente en redes sociales su indignaci¨®n por el uso cada vez m¨¢s masivo de la inteligencia artificial (AI) en su disciplina: portadas de libros de grandes sellos, im¨¢genes premiadas en concursos p¨²blicos o promoci¨®n de entidades oficiales como el Ministerio de Juventud, que termin¨® disculp¨¢ndose por ello, o el Organismo Aut¨®nomos Parques Nacionales. A menudo, estos creadores atacaban abiertamente a Ernest Urtasun, responsable de Cultura, por su presunta inacci¨®n. Este lunes han recibido una primera respuesta: una gu¨ªa de buenas pr¨¢cticas con la que el ministerio se compromete, entre otras cosas, a no otorgar los Premios Nacionales a trabajos realizados ¨ªntegramente con IA y a contratar ¡°preferentemente obras protegidas por derechos de propiedad intelectual creadas por personas¡± y que en ning¨²n caso hayan usado esa tecnolog¨ªa ¡°de manera sustitutiva del desempe?o humano¡±.
Se trata de la primera postura oficial recogida por un documento escrito del departamento de Urtasun sobre este ¨¢mbito, dirigida a todas las unidades y entidades que dependen de ¨¦l. Pero, a la vez que desvela la visi¨®n y la l¨ªnea de actuaci¨®n de Cultura, deja sin respuesta muchos interrogantes: el mayor se resume en c¨®mo podr¨¢ cumplir sus promesas y conocer o averiguar efectivamente y al detalle origen y desarrollo de cada obra que se vaya a premiar, subvencionar o contratar. De momento, adem¨¢s, se trata de una pol¨ªtica circunscrita a este departamento y no al resto del Gobierno u otras administraciones.
¡°Consideramos muy decepcionante la propuesta. Permitir el uso parcial de la IA en Premios Nacionales, contrataci¨®n y subvenciones supondr¨ªa normalizar el uso de las IAs generativas, contruidas y desarrolladas robando el trabajo de los creadores. El Gobierno deber¨ªa posicionarse en contra. Grandes multinacionales tecnol¨®gicas se han apropiado del trabajo de los artistas de forma ilegal (bajo la excusa de que son im¨¢genes publicadas en la red) para desarrollar herramientas que automatizan los procesos creativos y conseguir lucrarse. Y esta vulneraci¨®n se est¨¢ consintiendo por parte de las instituciones¡±, argumentan fuentes de la APIM, la Asociaci¨®n de Profesionales de la Ilustraci¨®n de Madrid.
Desde el principio del documento, en todo caso, Cultura reivindica la funci¨®n que tantos creadores le recordaban: ¡°El ministerio es el ¨®rgano encargado de la protecci¨®n, promoci¨®n y difusi¨®n de la cultura espa?ola. Por tanto, se encuentran en el centro de su actividad la salvaguarda de los intereses de los creadores, las creadoras y dem¨¢s personas que trabajan en el sector cultural, as¨ª como la protecci¨®n de la diversidad cultural¡±. Urtasun se posiciona as¨ª despu¨¦s de semanas de pol¨¦micas crecientes y la invasi¨®n cada vez mayor de la IA en muchos aspectos de la vida. El reciente lanzamiento de Sora, una herramienta desarrollada por Open AI capaz de generar v¨ªdeos de 60 segundos tan solo a partir de un escueto texto, es el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una revoluci¨®n que pretende cambiar el mundo. Y amenaza el derecho de autor y el trabajo creativo, seg¨²n muchos de sus protagonistas. ¡°La IA no es una herramienta; no crea y no debe servir como base o apoyo en el trabajo porque ha sido desarrollada apropi¨¢ndose de obras ajenas sin permiso y sin remuneraci¨®n. Permitirla, en cualquiera de sus formas, significa normalizarla¡±, insisten desde la APIM.
¡°Estos sistemas y su empleo han de cumplir con el marco regulatorio de propiedad intelectual, que supone que cualquier uso que se realice de obras y prestaciones protegidas por derechos de propiedad intelectual, como pudiera ser el entrenamiento de los modelos a trav¨¦s del llamado dataset, debe ser autorizado por sus titulares o ampararse en alg¨²n l¨ªmite y, en su caso, ser remunerado¡±, escribe Cultura en su nota. Y aborda, as¨ª, uno de los mayores debates relacionados con la IA. Escritores como George R. R. Martin, int¨¦rpretes como Stephen Fry o Scarlett Johansson y dibujantes como Pepe Larraz han lamentado o incluso demandado en los tribunales el uso presuntamente indebido, no autorizado y no pagado de sus creaciones, su imagen o su voz para mejorar las capacidades de los programas de IA.
La UE alcanz¨® en diciembre un acuerdo entre Estados y Parlamento Europeo ¡ªa¨²n por ratificar por las dos partes antes de entrar en vigor¡ª para sacar adelante la primera ley del mundo que aborde de forma completa la nueva tecnolog¨ªa. Y el texto, entre otros asuntos, establece que tendr¨¢ que cumplir criterios de transparencia, como explicitar las obras que han sido realizadas gracias a la IA y garantizar que los datos que se han empleado para entrenar a los sistemas respetan los derechos de autor.
La gu¨ªa de Cultura establece tambi¨¦n que los proyectos que incluyan modelos de IA podr¨¢n recibir subvenciones y ayudas solo si garantizan ¡°el m¨¢ximo respeto a la normativa reguladora en materia de inteligencia artificial y de propiedad intelectual¡±. Y el ministerio decide que, en cualquiera de sus actividades, ¡°en el caso de utilizar modelos de inteligencia artificial, el proveedor deber¨¢ informar de ello, as¨ª como detallar el nivel de intervenci¨®n y, en su caso, el papel de revisi¨®n de las personas f¨ªsicas que desarrollen el proyecto¡±.
El documento, a la vez, se muestra consciente de la relevancia que tiene y est¨¢ destinada a tener la IA. De ah¨ª que Cultura pretenda regularlo y elogie sus potenciales positivos: crear nuevos lenguajes y herramientas que ayuden a los artistas a crear e incluso agilizar y modernizar el propio funcionamiento del ministerio. Nunca, eso s¨ª, ¡°deber¨¢n sustituir el recurso a la creaci¨®n art¨ªstica¡±. Ya se conocen, pues, las primeras intenciones del ministerio. Queda por ver c¨®mo se implementar¨¢n. Y c¨®mo evolucionar¨¢, a la vez, la propia IA. Aunque eso, actualmente, no lo sabe nadie.