Los clubes tecno de Berl¨ªn: de la euforia tras la ca¨ªda del Muro a patrimonio cultural
La reciente inclusi¨®n de estas fiestas de m¨²sica electr¨®nica en la lista de la UNESCO refuerza la identidad de la capital alemana como s¨ªmbolo de libertad
Libertad, energ¨ªa pura, igualdad, respeto... estas son solo algunas de las palabras habituales que aparecen cuando preguntas a un berlin¨¦s por la cultura tecno de los clubes de la capital de Alemania. Esa cultura tan especial que convirti¨® a esta ciudad en meca de la m¨²sica tecno, a partir de ahora estar¨¢ protegida por la UNESCO tras ser incluida hace unos d¨ªas en su lista de patrimonio cultural inmaterial.
¡°Lo primero que hace especial a la ...
Libertad, energ¨ªa pura, igualdad, respeto... estas son solo algunas de las palabras habituales que aparecen cuando preguntas a un berlin¨¦s por la cultura tecno de los clubes de la capital de Alemania. Esa cultura tan especial que convirti¨® a esta ciudad en meca de la m¨²sica tecno, a partir de ahora estar¨¢ protegida por la UNESCO tras ser incluida hace unos d¨ªas en su lista de patrimonio cultural inmaterial.
¡°Lo primero que hace especial a la cultura de los clubes de Berl¨ªn es que no hay restricciones de horario, al menos en general. Esto hace que haya muchos y mucha libertad¡±, explica la DJ Laurine sobre una de las principales particularidades de la escena electr¨®nica de la capital alemana. ¡°Aqu¨ª pol¨ªticamente se permite que haya una cultura. Al final esa es la clave de todo¡±.
Para esta italiana afincada en Berl¨ªn desde hace 15 a?os, que pincha en clubes tan famosos como el Berghain y cofundadora del sello Slow Life, la cultura de clubes significa, sobre todo, ¡°libertad de expresi¨®n¡±. Ella vino un fin de semana de vacaciones y enseguida vio que era su lugar. ¡°Me di cuenta de que aqu¨ª hab¨ªa todo lo que yo necesitaba para ser feliz¡±.
Mientras en Espa?a lo normal es que las discotecas cierren a las seis de la ma?ana y haya que ir despu¨¦s a los llamados afters, en Berl¨ªn no hay hora de cierre desde 1949. Ese a?o, tras un tira y afloja entre Berl¨ªn Este y Berl¨ªn Oeste por el toque de queda, un hotelero llamado Heinz Zellermayer consigui¨® convencer a los Aliados para que eliminaran esa restricci¨®n. Cuando cay¨® el Muro en 1989, Berl¨ªn Este adopt¨® tambi¨¦n esta medida.
A no tener hora de cierre se une la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn y que la polic¨ªa tuviera otras cosas m¨¢s importantes de las que ocuparse en la d¨¦cada de los noventa. En este caldo de cultivo se coci¨® una escena cultural ¨²nica que supo ocupar los numerosos espacios vac¨ªos que quedaron en la ciudad.
¡°El tecno se convirti¨® en la banda sonora del esp¨ªritu de optimismo tras la reunificaci¨®n¡±, argument¨® la UNESCO cuando declar¨® esta cultura patrimonio inmaterial tras una petici¨®n presentada en 2021 por Rave the Planet, un colectivo de DJs capitaneado por Dr. Motte, un famoso DJ de Berl¨ªn y uno de los art¨ªfices de la m¨ªtica Love Parade, que en los a?os noventa lleg¨® a congregar a m¨¢s de un mill¨®n de personas al ritmo de tecno.
Berl¨ªn no es el ¨²nico lugar donde se origin¨® la cultura tecno. Sus ra¨ªces se encuentran en Detroit, Chicago y B¨¦lgica, entre otros lugares, pero tambi¨¦n en los primeros g¨¦neros de m¨²sica electr¨®nica como la electronic body music, el synth-pop y el new beat, pero sus peculiaridades la hicieron ¨²nica, con DJs como, por ejemplo, Tanith, Cl¨¦, Kid Paul, Marc Reeder, Cosmic Baby, Ellen Allien, Mike Banks, Robert Hood. ¡°Se cre¨® una especie de utop¨ªa, es decir, un lugar donde no importe de d¨®nde vienes, qu¨¦ sexualidad tienes, tu color de piel o tu religi¨®n¡±, explica Alexander Kr¨¹ger, organizador del festival FEEL, en el v¨ªdeo que acompa?aba la petici¨®n.
¡°Berl¨ªn perder¨ªa absolutamente mucho si esto dejara de tener lugar¡±, agrega Dimitri Hegemann, fundador del club Tresor, uno de los clubes de tecno m¨¢s famosos del mundo que abri¨® en 1991. ¡°Este es el lugar al que viene todo el mundo. Toda la industria est¨¢ aqu¨ª. Resident Advisor, Ableton, Native Instruments, Beatport. Si quieres ser actor vete a Hollywood, si quieres ser DJ, vete a Berl¨ªn¡±, apunta el DJ Alan Oldham.
La cultura tecno en Berl¨ªn no es solo un estilo musical espec¨ªfico, sino que incluye tambi¨¦n expresiones art¨ªsticas y las famosas raves, fiestas clandestinas de m¨²sica electr¨®nica, que durante a?os se hicieron por todo el centro de la ciudad y que actualmente se han desplazado a las afueras. Desde el principio el tecno uni¨® a la gente, sin rango de edad, ni distinci¨®n y marc¨® a toda una ¨¦poca.
¡°La cultura de club de Berl¨ªn tuvo una influencia muy fuerte en m¨ª. Tuve la suerte de ser adolescente en los noventa¡±, recuerda Paul Frick, DJ y m¨²sico del grupo Brandt Brauer Frick y desde hace un par de a?os tambi¨¦n de Tangerine Dream. ¡°Fui a sitios como el Tresor o el WMF, clubes que me parecieron impresionantes y que me introdujeron en la m¨²sica y en la gente¡±, comenta sobre dos sitios m¨ªticos de los noventa. ¡°En retrospectiva, por supuesto, lo emocionante de esa ¨¦poca fue la anarqu¨ªa. El hecho de que Berl¨ªn no estuviera muy regulada porque las autoridades ten¨ªan problemas mucho mayores de los que ocuparse¡±, agrega el m¨²sico berlin¨¦s, que recuerda tambi¨¦n las fiestas ilegales que hac¨ªa con sus amigos a orillas del r¨ªo Spree, algo imposible hoy en d¨ªa. ¡°Esa ¨¦poca ya pas¨®, por supuesto, pero Berl¨ªn sigue teniendo una cultura de club muy rica y diversa, con mucha oferta para gente diferente¡±.
La lista de clubes sigue siendo infinita ¡ªa pesar de que muchos cerraron sus puertas debido, sobre todo, a la gentrificaci¨®n que ha sufrido Berl¨ªn en los ¨²ltimos a?os¡ª con algunos tan populares como About Blank, Sisyphos, Kater Blau, Watergate, Club der Visionaere, Else, Hoppetosse, Zenner, Golden Gate, Wilde Renate o los m¨ªticos Tersor, KitKatClub o Berghain, por citar solo algunos. Existen fiestas con cabida para todo tipo de gustos, que cambian seg¨²n el d¨ªa y la hora. Puedes ir a cenar con unos amigos y despu¨¦s ir a bailar o quedar a desayunar un domingo y despu¨¦s ir a un club a escuchar m¨²sica electr¨®nica desde las 10.
Las fiestas y la imaginaci¨®n no tienen l¨ªmite en Berl¨ªn que cuenta adem¨¢s con una estricta pol¨ªtica de no fotos. El Wilde Renate acoge, por ejemplo, cada dos meses la House of Lunacy, una fiesta sex positive con una tem¨¢tica cada vez y un estricto dresscode. En la misma l¨ªnea, aunque esta solo para hombres, se sit¨²a el Lab.oratory, en el Berghain. Este club ubicado en una antigua central el¨¦ctrica es famoso por contar con uno de los mejores sistemas de sonido del mundo. Los mejores DJs del mundo pinchan ah¨ª. Esto convirti¨® al Berghain en el templo de la m¨²sica electr¨®nica y en uno de los grandes imanes del llamado ¡°turismo electr¨®nico¡±. Si a veces es complicado entrar en un club, tratar de entender la esot¨¦rica pol¨ªtica de puertas del Berghain se ha convertido en algo as¨ª como intentar navegar por un laberinto griego. Puede haber muchos intentos fallidos antes de poder entrar. Los famosos tampoco son la excepci¨®n. Adem¨¢s, una cuenta en Instagram te informa del tiempo de espera actual que puede alcanzar f¨¢cilmente las cinco horas o m¨¢s.
Pero para que Berl¨ªn siga siendo Berl¨ªn, la cultura de la m¨²sica electr¨®nica y los clubes deben protegerse de los promotores inmobiliarios. Por eso la decisi¨®n de la UNESCO fue calificada por la red de clubes berlineses Clubcommission como ¡°un hito¡±. ¡°De momento no est¨¢ del todo claro, pero a medio y largo plazo servir¨¢ para aumentar la financiaci¨®n y, por ejemplo, tener m¨¢s posibilidades de proteger a los clubes de la exclusi¨®n o en los procedimientos de concesi¨®n de licencias¡±, explica Lutz Leichsenring, miembro ejecutivo de la junta de Clubcommission al mismo tiempo que recuerda que ya consiguieron cosas como ser reconocidos por el Parlamento alem¨¢n como ¡°instalaciones culturales¡±.
Leichsenring reconoce que la presi¨®n urban¨ªstica pasa factura a los clubes. ¡°La situaci¨®n era y es muy tensa, por ejemplo, debido a la construcci¨®n de la autopista A100¡å, indica sobre un pol¨¦mico proyecto de ampliaci¨®n que acabar¨ªa con decenas de clubes, entre ellos, About Blank o Wilde Renate.
Nadie puede parar la transformaci¨®n de una ciudad que crece cada a?o y donde los precios suben sin tregua en comparaci¨®n a hace m¨¢s de diez a?os cuando Berl¨ªn era, como dec¨ªa su alcalde de entonces, ¡°pobre, pero sexy¡±. No obstante, como apunta la DJ Laurine ¡°claramente ha cambiado, pero sigue siendo la ¨²nica ciudad en el mundo en la que se puede vivir una escena electr¨®nica as¨ª, ¨²nica¡±.