¡°Espartaco es la ¨²ltima gran figura del toreo del siglo XX¡±
El cr¨ªtico Carlos Crivell analiza la personalidad y la carrera del torero en una biograf¨ªa que hoy se presenta en Sevilla
Espartaco, gran maestro del toreo es el t¨ªtulo del libro firmado por el cr¨ªtico taurino Carlos Crivell en el que analiza con detalle la triunfal trayectoria del diestro Juan Antonio Ruiz Espartaco. La tarde de este jueves se presenta en el Ayuntamiento de Sevilla, con asistencia del propio torero, el alcalde de la capital y David Gonz¨¢lez, director de El Pase¨ªllo, la editorial que ha publicado la obra.
Crivell afirma tajante que ¡°Espartaco es la ¨²ltima gran figura del toreo del s...
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Espartaco, gran maestro del toreo es el t¨ªtulo del libro firmado por el cr¨ªtico taurino Carlos Crivell en el que analiza con detalle la triunfal trayectoria del diestro Juan Antonio Ruiz Espartaco. La tarde de este jueves se presenta en el Ayuntamiento de Sevilla, con asistencia del propio torero, el alcalde de la capital y David Gonz¨¢lez, director de El Pase¨ªllo, la editorial que ha publicado la obra.
Crivell afirma tajante que ¡°Espartaco es la ¨²ltima gran figura del toreo del siglo XX¡±, y esa es la m¨¢xima que trata de demostrar en un texto que recorre de manera exhaustiva la carrera del torero sevillano desde que debut¨® con picadores a los 15 a?os en 1978, tom¨® la alternativa en Huelva el 1 de agosto de 1979, despeg¨® en La Maestranza en 1985 y se retir¨® en esa misma plaza el 5 de abril de 2015. Un ap¨¦ndice estad¨ªstico de 40 p¨¢ginas, en el que se detallan las 1.350 corridas que lidi¨® completa el trabajo sobre la vida taurina de Espartaco
Cuenta el autor que tres son los motivos que justifican la publicaci¨®n de este libro. Su propia trayectoria como informador, ¡ªel primero¡ª, paralela a la vida profesional de Espartaco. ¡°Por el propio torero, en segundo lugar¡±, explica, ¡°porque Rafael Moreno, que fue su apoderado, escribi¨® un texto intimista y personal, y era necesaria una visi¨®n m¨¢s objetiva, de alguien alejado del entorno de diestro; y en tercer lugar, porque la excelencia taurina de Espartaco merece un repaso sosegado¡±.
En ese sentido, Crivell destaca que Espartaco domin¨® la escena del toro en las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX, y ¡°fue una figura incontestable¡±. ¡°El libro es un homenaje a un torero que trasciende a su propio oficio¡±, a?ade, ¡°porque es un ser humano extraordinario¡±.
Cuenta el cr¨ªtico sevillano que para conocer la personalidad torera de Espartaco hay que ahondar en la de su padre, Antonio Ruiz, verdadero impulsor de su carrera. Al no lograr ser figura del toreo, se empe?¨® en que su hijo lograra lo que ¨¦l no pudo alcanzar. De este modo, educ¨® a su v¨¢stago para ello, lo someti¨® a un duro y sacrificado aprendizaje, ¡°y es evidente que alcanz¨® el triunfo, aunque siempre quedar¨¢ la duda sobre el precio que debi¨® pagar¡±, dice Crivell. ¡°Espartaco fue un hombre forjado en el sacrificio en busca del ¨¦xito¡±, apostilla.
Y lo consigui¨®. Sus primeros a?os como matador de toros fueron explosivos, con el objetivo fundamental de triunfar todas las tardes, pero no alcanz¨® la cotizaci¨®n taurina y econ¨®mica deseada. As¨ª lleg¨® a la Feria de Abril de 1985, ¡°con el agua al cuello¡±, afirma Crivell, y la duda interior sobre si seguir o no vestido de luces, cuando se encontr¨® con el toro Facultades, sali¨® a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe, le cambi¨® la vida e inici¨® un nuevo tiempo para ¨¦l mismo y la fiesta de los toros.
Durante siete temporadas, de 1985 a 1991, Espartaco fue m¨¢xima figura, ¡°el rey de la tauromaquia¡±, seg¨²n su bi¨®grafo. Su retirada, una tarde agridulce en Sevilla, se produjo en la feria de San Miguel de 2001, pero las circunstancias permitieron que volviera a La Maestranza el 5 de abril de 2015, con 52 a?os, para ser el padrino de la alternativa de Borja Jim¨¦nez, y echar un capote a la empresa Pag¨¦s que, por segundo a?o consecutivo, sufr¨ªa el boicot de las principales figuras. Esa fue la despedida exitosa que Espartaco persegu¨ªa, y Sevilla se lo llev¨® a hombros en se?al de cari?oso agradecimiento por una carrera tan brillante.
¡°Espartaco fue un prodigio t¨¦cnico, y toda su vida estuvo marcada por la obsesi¨®n de torear mejor; un torero popular y con carisma, un hombre de sonrisa abierta que le permit¨ªa conectar con los p¨²blicos¡±, termina Carlos Crivell.