Diario del joven John F. Kennedy: ¡°El fascismo es lo adecuado para Alemania e Italia¡±
Los apuntes que el futuro presidente estadounidense escribi¨® durante un viaje por Europa en 1937 cuando era estudiante se publican por primera vez en espa?ol
En 1937, la pol¨ªtica anexionista de Hitler exig¨ªa recuperar territorios perdidos en la I Guerra Mundial; Espa?a estaba en guerra; Stalin perpetra una purga de intelectuales en la Uni¨®n Sovi¨¦tica; Inglaterra, conmocionada por la abdicaci¨®n de Eduardo VIII tras casarse con una divorciada... Ese es el sombr¨ªo panorama internacional cuando dos j¨®venes estadounidenses, de familias adineradas, llegan a Europa en verano para embarcarse en un grand tour que les llevar¨¢ por Francia, Italia, Austria, Alemania, Holanda e Inglaterra. Uno de ellos se llama ...
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En 1937, la pol¨ªtica anexionista de Hitler exig¨ªa recuperar territorios perdidos en la I Guerra Mundial; Espa?a estaba en guerra; Stalin perpetra una purga de intelectuales en la Uni¨®n Sovi¨¦tica; Inglaterra, conmocionada por la abdicaci¨®n de Eduardo VIII tras casarse con una divorciada... Ese es el sombr¨ªo panorama internacional cuando dos j¨®venes estadounidenses, de familias adineradas, llegan a Europa en verano para embarcarse en un grand tour que les llevar¨¢ por Francia, Italia, Austria, Alemania, Holanda e Inglaterra. Uno de ellos se llama John Fitzgerald Kennedy, de 20 a?os. Faltaba casi un cuarto de siglo para que fuera nombrado el 35? presidente de EE UU, en 1961, y un poco m¨¢s para su magnicidio. Durante ese viaje, entre julio y septiembre del 37, Kennedy escribi¨® un diario que ahora se publica por primera vez en espa?ol, por la editorial Vegueta.
El diario secreto de John F. Kennedy es el t¨ªtulo del libro, presentado este jueves en la Real Academia Espa?ola (RAE), que cuenta con pr¨®logo del director de esta instituci¨®n, Santiago Mu?oz Machado, y ep¨ªlogo del berlin¨¦s Oliver Lubrich, profesor de Literatura comparada en la Universidad de Berna (Suiza), para quien estamos ante ¡°la iniciaci¨®n pol¨ªtica de Kennedy¡±. La traducci¨®n es de Lidia Pelayo Alonso.
Los apuntes originales de Kennedy est¨¢n en la Biblioteca Presidencial de John F. Kennedy y en ellos, seg¨²n los responsables de la edici¨®n, vemos a un joven que ¡°expone algunas conclusiones y juicios err¨®neos sobre el panorama pol¨ªtico de esa ¨¦poca¡±. Como cuando escribe: ¡°El fascismo es lo adecuado para Italia y Alemania, el comunismo para Rusia y la democracia para Estados Unidos e Inglaterra¡±.
Kennedy, que estaba de vacaciones tras su primer a?o en Harvard, comenz¨® este diario ¨ªntimo, que llam¨® My trip abroad (Mi viaje al extranjero), el 1 de julio, a bordo del S. S. Washington, que atrac¨® en El Havre (Francia). Desde ah¨ª se desplazaron en un Ford Cabriolet de su propiedad, que hab¨ªa viajado tambi¨¦n en el barco. Las entradas del diario son, en general, cortas, en total escribi¨® 90 p¨¢ginas, con un estilo algo simple, en el que predominan los ¡°impresionante¡± o ¡°interesante¡± cada vez que le deslumbraba alg¨²n monumento. En cambio, s¨ª le atra¨ªa m¨¢s hablar con los lugare?os para hacerse una impresi¨®n de la situaci¨®n pol¨ªtica y social del pa¨ªs. Mujeres, pol¨ªtica y banalidades sobre los lugares que visitan son los ejes del diario.
Tambi¨¦n se nota que ¨¦l y su amigo Kirk LeMoyne (Lem) Billings, de 21 a?os, est¨¢n en edad de divertirse, conocer chicas y vivir aventuras. Un poco gamberros, a tenor de los numerosos problemas que tienen en los alojamientos del periplo, aunque ellos lo justifican por los intentos de enga?arles, cobr¨¢ndoles m¨¢s que a otros hu¨¦spedes. Tampoco faltan comentarios mordaces sobre los habitantes que se encuentran, como en Fontainebleau: ¡°El toque distintivo de los franceses es su aliento a col y el hecho de que no hay ba?eras¡±; ¡°He decidido que los italianos son la raza m¨¢s escandalosa que existe¡±.
Junto al diario de Kennedy, esta edici¨®n incluye el que escribi¨® en paralelo Billings, m¨¢s prolijo a la hora de describir los monumentos y ciudades. Cuando contempla el David de Miguel ?ngel, asegura: ¡°Es la estatua m¨¢s bonita que he visto jam¨¢s o que ver¨¦¡±. Adem¨¢s, hay numerosas fotograf¨ªas desconocidas de Kennedy que le tomaron durante esos meses, haciendo malabares en una calle de N¨²remberg o inclin¨¢ndose hacia adelante ante la torre de Pisa para posar en una divertida imagen.
Tras unos d¨ªas en Par¨ªs, asisten en San Juan de Luz a una corrida de toros (¡°muy interesante, pero muy cruel¡±, dice Kennedy), con tiempo para alguna reflexi¨®n pol¨ªtica: ¡°Inglaterra se opone a Franco porque no quiere que el Mediterr¨¢neo sea un mar fascista¡±; ¡°?Qu¨¦ tipo de gobierno tendr¨ªa Franco?¡±. Cuestiones que probablemente surgieron tras tomar contacto en el sur de Francia con espa?oles huidos de la Guerra Civil. Adem¨¢s, hab¨ªan visitado la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs, en la que estaba expuesto el Guernica. Vemos a un joven que siente curiosidad por el fascismo y abomina del comunismo.
La trayectoria contin¨²a por ciudades de Italia y luego pasan a Alemania, donde ¡°todas las ciudades son bonitas¡±. All¨ª constata que Hitler es ¡°m¨¢s famoso dentro del pa¨ªs que fuera por la efectividad de su propaganda¡±. Lubrich apunt¨® que ¡°se da perfecta cuenta de que es una sociedad totalitaria¡±.
La embajadora de EE UU en Espa?a, Julissa Reynoso, que tambi¨¦n estudi¨® en Harvard y visit¨® Europa m¨¢s o menos con la edad de Kennedy, valor¨® de la edici¨®n ¡°que se puedan comparar los diarios que redactaron ambos amigos¡±.
Cuando estos llegaron por fin a Inglaterra, Kennedy puso el punto final con inquietantes preguntas: ¡°Si se retirasen las tropas extranjeras, ?cu¨¢les ser¨ªan las posibilidades de Franco?¡±; ¡°Si Franco gana, ?qu¨¦ influencia tendr¨¢ Hitler?¡±; ¡°?Ser¨ªa posible el fascismo en un pa¨ªs con la distribuci¨®n econ¨®mica de la riqueza de Estados Unidos?¡±. Las inquietudes de un joven a¨²n ingenuo y con hambre de conocer otras sociedades.