Muere a los 89 a?os Robert Towne, m¨ªtico guionista del Nuevo Hollywood y ganador del Oscar por ¡®Chinatown¡¯
El cineasta estuvo detr¨¢s de la escritura, a veces acreditado y otras no, de ¡®Bonnie y Clyde¡¯, ¡®Shampoo¡¯, ¡®El padrino¡¯, ¡®Greystoke¡¯ o ¡®Misi¨®n: Imposible¡¯
Don Vito Corleone ha dejado la familia en manos de su hijo peque?o, Michael. Y teme un golpe que acabe con todos ellos. As¨ª que, sentado en una silla en su jard¨ªn, le advierte a su v¨¢stago: ¡°Alguien en quien conf¨ªas te propondr¨¢ un encuentro¡±. Y a continuaci¨®n le describe la traici¨®n que efectivamente, con el tiempo, sufrir¨¢ la familia Corleone. Esa secuencia de El padrino, clave para entender la trama del filme y el comportamiento de la mafia, no estaba en el libro de Mario Puzo, sino que la escribi¨® Robert Towne a petici¨®n de Francis Ford Coppola, que cuando recogi¨® el Oscar al mejor guion adaptado le mencion¨® y le rindi¨® homenaje. Porque Towne, que muri¨® el lunes a los 89 a?os en su casa de Los ?ngeles, era el hombre clave en la escritura del cine del Nuevo Hollywood, y el guionista al que recurrieron durante d¨¦cadas los estudios para desatrancar guiones sin sentido y superproducciones necesitadas de mimbres dram¨¢ticos.
Repasar la filmograf¨ªa de Towne, que gan¨® el Oscar con Chinatown, y fue candidato con El ¨²ltimo deber, Shampoo y Greystoke: la leyenda de Tarz¨¢n, el rey de los monos, no sirve para entender en su plenitud la importancia de su figura. Porque en los setenta y ochenta fue el script doctor ¡ªun escritor que desde el anonimato retoca un guion al que le falta un hervor¡ª m¨¢s popular y contratado de Hollywood. En 2017, Vulture puso a Towne en el n¨²mero tres de su lista de los 100 mejores guionistas de todos los tiempos, solo por detr¨¢s de Billy Wilder y Joel y Ethan Coen. En la misma revista, aseguraba: ¡°Todos los guiones se reescriben. La ¨²nica pregunta es si est¨¢ bien o mal reescrito. En general, es mejor tener la reputaci¨®n de arreglar las cosas¡±.
Nacido como Robert Bertram Schwartz en San Pedro, sede del puerto de Los ?ngeles, en 1934. Su padre era el due?o de una tienda de ropa femenina, y para que el negocio prosperara (lo que no ocurri¨®) se cambi¨® el apellido por el de Towne. Le gustaba el cine porque cerca de su casa hab¨ªa uno de Warner Bros., y al graduarse en 1956 en Literatura inglesa y filosof¨ªa en Pomona College, estudi¨® interpretaci¨®n junto a su amigo de la universidad Richard Chamberlain. All¨ª conoci¨® a Jack Nicholson. Sin embargo, antes de empezar en la escritura f¨ªlmica, trabaj¨® durante un tiempo en un barco atunero.
Su carrera en el cine comenz¨®, como muchos de su generaci¨®n, bajo el ala de Roger Corman en su productora de filmes de serie B (escribi¨® La ¨²ltima mujer sobre la Tierra), y en la televisi¨®n, en la serie El agente de CIPOL y en el programa The Lloyd Bridges Show. Hasta que un d¨ªa en la consulta de su psiquiatra coincidi¨® con otro paciente, Warren Beatty, que en aquel momento bregaba con su descontento con el guion de Bonnie y Clyde. En su estreno en 1967 su nombre no apareci¨®. Tampoco en El padrino, Aquellos a?os, dirigida por Jack Nicholson; Los vividores, de Robert Altman, o El ¨²ltimo testigo, de Alan J. Pakula, pero s¨ª su huella y su talento. As¨ª que hasta el ¨¦xito encadenado en 1973 y 1975 de El ¨²ltimo deber, de Hal Ashby, aunque con Nicholson como protagonista y apoyando a Towne; Chinatown, de Roman Polanski; Yakuza, de Sydney Pollack, y Shampoo, de Ashby con Beatty como l¨ªder de la producci¨®n, el gran p¨²blico no supo de la importancia de Towne.
?l se defin¨ªa, en aquellos inicios y usando similitudes del b¨¦isbol, como un ¡°lanzador de banquillo que pod¨ªa entrar, aunque no lanzar todo el juego¡±. Luego ya no, luego se convirti¨® en el guionista que m¨¢s discuti¨® con Roman Polanski. Towne rechaz¨® la posibilidad de adaptar El gran Gatsby para centrarse en su libreto de Chinatown, inspirado en parte por un libro de 1946, Southern California: An Island on the Land. ¡°Hab¨ªa un cap¨ªtulo titulado Agua, agua, agua, que fue una revelaci¨®n para m¨ª. Y pens¨¦: ¡®?Por qu¨¦ no hacer una pel¨ªcula sobre un crimen que est¨¦ frente a todos?¡±, cont¨® a The Hollywood Reporter en 2009. Sobre ese guion corren numerosas historias acerca de cu¨¢ntos escritores colaboraron en ¨¦l, pero el final lo escribi¨® Polanski. Durante el rodaje, a Towne le parec¨ªa excesivamente melodram¨¢tico, y cuando vio la pel¨ªcula acabada, rectific¨® y aplaudi¨® la decisi¨®n del cineasta francopolaco.
A finales de los setenta, tras meter mano, sin acreditar, Towne a los guiones de Missouri, El cielo puede esperar, Orca: la ballena asesina y El contrato del siglo, los estudios empezaron a acabar con la libertad creativa que hab¨ªa disfrutado el Nuevo Hollywood y el p¨²blico empez¨® a preferir pel¨ªculas menos dram¨¢ticas como Tibur¨®n o La guerra de las galaxias. Por eso, la carrera de Towne tom¨® otros derroteros. Entr¨® en megaproducciones como Greystoke (enfadado con el resultado, tras vender el guion para tapar el agujero econ¨®mico que le produjo su debut como director a?adido a un costoso divorcio, pidi¨® que su nombre se cambiara por el de P. H. Vazak, el nombre de su perro pastor... y el can acab¨® siendo candidato al Oscar), y con Tom Cruise en D¨ªas de trueno, The Firm (La tapadera), Misi¨®n: Imposible y Misi¨®n: Imposible 2. Adem¨¢s escribi¨® Un asunto de amor. Y en la sombra reescribi¨® Ocho millones de maneras de morir, Los hombre duros no bailan y Fren¨¦tico, de nuevo con Polanski.
Towne iba a dirigir Los dos Jakes (1990), continuaci¨®n de Chinatown, con el productor Robert Evans como el segundo Jake. Sin embargo, Evans se destroz¨® la cara en una operaci¨®n est¨¦tica, Nicholson y Towne lo recibieron aterrados, y el director decidi¨® despedirle como actor. Como Evans tambi¨¦n produc¨ªa, comenzaron los dimes y diretes legales, hasta que Nicholson decidi¨® ser ¨¦l quien tirara de la producci¨®n y asumi¨® la direcci¨®n, para enfado de Towne.
Towne s¨ª pudo acabar otras cuatro pel¨ªculas como director. Debut¨® con La mejor marca (1982), un tri¨¢ngulo amoroso entre atletas, un desastre en taquilla, y sigui¨® con Conexi¨®n Tequila (1988), con Mel Gibson y Michelle Pfeiffer; Sin l¨ªmites (1998), en la que de nuevo volv¨ªa al atletismo, en concreto a la figura real del corredor Steve Prefontaine, y en 2008 fracas¨® en el intento de llevar, en Preg¨²ntale al viento, al cine el esp¨ªritu de John Fante, uno de sus escritores favoritos en concreto la novela Preg¨²ntale al polvo, y con el que volv¨ªa a Los ?ngeles de los a?os treinta.
En televisi¨®n, el cineasta fue consultor en la serie Mad Men, y hace dos semanas confirm¨® en Variety que hab¨ªa colaborado con David Fincher en la serie para Netflix que retoma el universo Chinatown: seg¨²n Towne, los guiones de todos los cap¨ªtulos ya est¨¢n acabados.