¡®Mala persona¡¯: la desigual gracia del espa?ol ruin en una comedia blanquinegra
Arturo Valls siempre ha clavado el registro de tipo medianamente vocinglero, caradura, sabiondo sin saber de nada, y ahora tiene que bregar con un misericordioso tirando a mo?as
Ser buena persona est¨¢ pasado de moda¡ si es que en alg¨²n momento de la historia de la humanidad lo ha llegado a estar, algo bastante dudoso. Los ¨¢ngeles turbios, en cambio, siempre han sido los mejores vendedores de chatarra social. Tambi¨¦n en el cine, donde la maldad suele reinar: en la pantalla y en el recuerdo. As¨ª de perros somos.
Por ello una comedia sobre el enfrentamiento entre una y otra posibilidad, pero centrada en...
Ser buena persona est¨¢ pasado de moda¡ si es que en alg¨²n momento de la historia de la humanidad lo ha llegado a estar, algo bastante dudoso. Los ¨¢ngeles turbios, en cambio, siempre han sido los mejores vendedores de chatarra social. Tambi¨¦n en el cine, donde la maldad suele reinar: en la pantalla y en el recuerdo. As¨ª de perros somos.
Por ello una comedia sobre el enfrentamiento entre una y otra posibilidad, pero centrada en un mismo individuo, tiene tantas posibilidades. Y, ojo, tantos peligros. Mala persona, excelente idea de guion de Diego San Jos¨¦, desarrollada m¨¢s tarde en el libreto por Santos Mercero y Daniel Padr¨®, y puesta en im¨¢genes por Fernando Garc¨ªa-Ruiz, as¨ª lo atestigua. Una pel¨ªcula con ambiciones populares, de llegar a todo el mundo a trav¨¦s de situaciones y di¨¢logos con poder de identificaci¨®n en el espectador. Que se atreve con la negrura, pero que tampoco quiere hacer da?o ni ser cruel. Una comedia negra que recula hacia lo blanco. Una comedia blanquinegra, que no gris. Y, quiz¨¢ por todo esto, desigual. Parece inevitable. O vas con todo, o no vas. Y ellos han ido con el freno de mano puesto. Qui¨¦n sabe, puede que sea la receta perfecta para el pueblo. As¨ª han sido buena parte de las comedias m¨¢s taquilleras de la historia de nuestro cine.
?rase una vez un tipo tan majo y tan bueno, que era casi tonto. De este modo, casi en forma de cuento del regocijo, podr¨ªa definirse la parte inicial de Mala persona. 25 minutos de bondades de un cuarent¨®n de barrio; algunas encomiables, otras para hacerle ver que traspasa de sobra la l¨ªnea roja de la bober¨ªa. Y adem¨¢s, interpretadas por un actor que, al menos hasta ahora, parec¨ªa sentirse muy c¨®modo en el registro del espa?ol ga?¨¢n: medianamente vocinglero, caradura, sabiondo sin saber de nada y espabilado hasta el ¨¦xito. Arturo Valls siempre ha clavado ese registro, y ahora tiene que bregar con un misericordioso tirando a mo?as. Tambi¨¦n lo consuma, porque no se pasa ni de corto ni de largo. Prefiere la mesura al histrionismo. Y sale bien vivo.
Pero llega el gran giro: un tumor cerebral va a acabar con la vida de este hombre bueno en apenas unos meses. Y tan abnegado es que, para que su familia y sus amigos no lo pasen mal con su muerte ni lo echen de menos, decide convertirse en el mal bicho que, con diversas dificultades, interpreta en la segunda parte de la pel¨ªcula. Es entonces cuando deber¨ªan llegar las mejores situaciones y las risas m¨¢s crueles. Pero no es as¨ª. Y, junto a un incomprensible trabajo de fotograf¨ªa deslucida y feos contraluces, en la estructura, en el esquema argumental, todo se ve venir desde kil¨®metros atr¨¢s. Hay buenos momentos de cotidianidad, de sabia comedia popular de los a?os sesenta, incluso de direcci¨®n por parte de Garc¨ªa-Ruiz (el fuera de campo en la discusi¨®n de tr¨¢fico), que hacen pensar en una c¨¢lida comedia de la factor¨ªa cl¨¢sica de Pedro Mas¨®, escrita por Vicente Coello y Antonio Vich, e interpretada por Tony Leblanc.
Sin embargo, como tambi¨¦n le ocurr¨ªa a Descarrilados (2021), el anterior trabajo de Garc¨ªa-Ruiz, hay un par de instantes de verdadero barrizal, en los que el chiste de dentro (del que se carcajean los personajes m¨¢s impresentables) parece fundirse con querer hacer gracia hacia fuera, hacia la platea, y es un desastre: los tiempos de risas con el bombero torero y semejantes se han terminado.
La moraleja, eso s¨ª, deja las cosas donde deben estar (hay que ser bueno con los que lo merecen, y malvado con los que tambi¨¦n), Malena Alterio y Juli¨¢n Villagr¨¢n arropan el protagonismo de Valls, y hay un par de revelaciones c¨®micas que demuestran que no hay papel peque?o: Betsy T¨²rnez y Dafnis Balduz bordan a la m¨¦dica y al empleado de banca. La sempiterna gracia del espa?ol ruin.
Mala persona
Dirección: Fernando García-Ruiz.
Intérpretes: Arturo Valls, Malena Alterio, Julián Villagrán, Teresa Lozano.
Género: comedia. España, 2024.
Duración: 99 minutos.
Estreno: 3 de julio.