Amaia Montero y Karol G, la sorpresa que nadie esperaba y que pag¨® una deuda hist¨®rica
La artista, tras dos a?os retirada, anuncia una vuelta a la m¨²sica ¡°relativamente pronto¡±
La noche del domingo, Amaia Montero apareci¨® por sorpresa en el segundo concierto que Karol G daba en el Bernab¨¦u en Madrid. La artista colombiana interrumpi¨® el setlist de canciones que ten¨ªa preparado y dijo: ¡°Hoy tengo ah¨ª a una personita que lleva dos a?os sin subirse a un escenario y est¨¢ nerviosa, pe...
La noche del domingo, Amaia Montero apareci¨® por sorpresa en el segundo concierto que Karol G daba en el Bernab¨¦u en Madrid. La artista colombiana interrumpi¨® el setlist de canciones que ten¨ªa preparado y dijo: ¡°Hoy tengo ah¨ª a una personita que lleva dos a?os sin subirse a un escenario y est¨¢ nerviosa, pero le van a regalar una de las mejores noches de su vida¡±. La expectaci¨®n era total entre las m¨¢s de 60.000 personas que van a llenar cuatro noches seguidas el estadio. Uno de los pasatiempos favoritos de los fans (con independencia de a quien veneren) es construir teor¨ªas sobre las sorpresas que sus artistas les pueden dar durante un concierto. Estos d¨ªas, las apuestas eran Shakira, Young Miko, Quevedo, Tiesto¡ todos colaboradores de su ¨²ltimo disco Ma?ana ser¨¢ bonito. Lo que a priori nadie esperaba es que fuera Montero la invitada y que, adem¨¢s, cantara Rosas, una canci¨®n de 2003, cuando aun era la cantante de La Oreja de Van Gogh, el grupo que forma parte de la educaci¨®n sentimental de los milenial.
Lo que sucedi¨® en el escenario central con forma de flor fue un ejemplo de sororidad entre dos estrellas del pop. Karol G, lideresa actual del pop global en el que se ha convertido el reguet¨®n, cedi¨® su espacio a Amaia Montero, la diva espa?ola que a finales de los noventa y principios de 2000 lider¨® la formaci¨®n que despach¨® m¨¢s de seis millones de copias de sus discos y se convirti¨® en la banda sonora de un pa¨ªs. La colombiana se puso a un lado, sub¨ªa y bajaba los brazos alentando a los asistentes del Bernab¨¦u, cant¨® Rosas como hicieron esas miles de personas, a veces con el micr¨®fono delante de la boca, pero la mayor parte de la canci¨®n le cedi¨® ese protagonismo a su compa?era.
Aquellas j¨®venes, ahora treinta?eras que llenan el Bernab¨¦u estas cuatro noches, gritaron enfervorecidas cuando escucharon el nombre de la artista. Se sab¨ªan de memoria la letra de Rosas porque por muchos a?os que pasen, neuronas se derritan y la atenci¨®n vaya mermando, hay algunas canciones que se convierten en himnos y se quedan fijadas en alguna parte del cerebro para siempre.
Montero estaba muy emocionada. Se notaba en sus manos temblorosas. En esa mirada vidriosa. Miraba hacia arriba en busca de un final a esas gradas que parecen infinitas del nuevo Bernab¨¦u. Las luces de las pulseras de los asistentes se iluminaban a la vez que ella cantaba: ¡°En un d¨ªa de estos en que suelo pensar / Hoy va a ser el d¨ªa menos pensado¡±. Y efectivamente lo fue.
Como muchos usuarios en redes sociales, Yeray S. Iborra, profesor, periodista musical y experto en cultura pop, lo primero que pens¨® es que se trataba de una estrategia de marketing de la discogr¨¢fica de la artista tras dos a?os de silencio. ¡°La f¨®rmula de juntar a dos divas ya suena un poco antigua, a purismo musical de naftalina y a despacho con moqueta de un sello potente, que creo que cada vez funciona menos¡±, dice el autor de Fen¨®meno Taylor Swift. ¡°Al final las artistas hacen las colaboraciones que les da la gana y a veces no est¨¢n m¨¢s que motivadas por la pura emoci¨®n¡±, apostilla. EL PA?S se ha puesto en contacto con Universal y Sony, las discogr¨¢ficas de las dos artistas, y no ha obtenido respuesta.
¡°La Oreja de Van Gogh y, en concreto, Amaia, han pasado de ser carne de meme a reivindicaci¨®n por parte de los fans¡±, contin¨²a Iborra. ¡°Forman parte de ese motor cultural llamado nostalgia¡±. Karol G ha dicho que para ella la m¨²sica de La Oreja de Van Gogh es muy importante desde ni?a. La banda donostiarra cosech¨® tal ¨¦xito que hizo varias giras por Am¨¦rica Latina cuando el streaming todav¨ªa no serv¨ªa para acortar distancias.
El d¨ªa menos pensado
El domingo 21 de julio de 2024 era el d¨ªa menos pensado para que reapareciera Amaia Montero tras dos a?os retirada de los escenarios. Se fue en 2022 despu¨¦s de publicar estos mensajes en sus redes sociales: ¡°Si la esperanza es lo ¨²ltimo que muere y todav¨ªa no la he perdido, ?de qu¨¦ me sirve la vida?¡±. ¡°Necesito curarme¡±. Poco despu¨¦s, su familia hizo p¨²blico que la cantante arrastraba un ¡°fuerte cuadro de estr¨¦s y ansiedad¡± que la llev¨® a ser ingresada en una cl¨ªnica especializada en salud mental. ¡°Le toc¨® un momento muy tirano, sobre todo respecto a la salud mental, ese debate todav¨ªa estaba en ciernes, no como ahora¡±, recuerda Iborra.
Desde 2018, la pol¨¦mica hab¨ªa perseguido a Montero. Llevaba ya a?os de carrera en solitario tras separarse de La Oreja de Van Gogh en 2007. Superado aquel trance, comenz¨® a sacar discos. Sigui¨® vendiendo millones de copias, pero pareci¨® que no era suficiente. La insultaron por su aspecto f¨ªsico, fiscalizaron sus aumentos y bajadas de peso, los cambios en su cara. Para el recuerdo queda el: ¡°Me ha llamado gorda y punto¡±, que dijo la cantante despu¨¦s de que Mal¨² asegurara en una entrevista, tras ser preguntada, que Montero no estaba delgada.
Despu¨¦s llegaron los castigos por fallos en conciertos con comentarios tan lapidarios como: ¡°recital de gallos¡±, ¡°bochornoso¡± o ¡°pat¨¦tico¡±. En alguna ocasi¨®n, se olvid¨® de la letra de una canci¨®n en un directo. Todos estos problemas siempre recibieron la misma respuesta: ¡°es una borracha¡±, ¡°le gusta mucho el alcohol¡±. Montero aguant¨® los temporales de la manera que pudo. Sali¨® a defenderse y calific¨® de ¡°machistas¡± todos estos juicios. ¡°Tengo m¨¢s ganas de llorar que de otra cosa¡±, confes¨® en una ocasi¨®n. Hasta que en 2022 ya no pudo m¨¢s y se retir¨®. ¡°Toda esa presi¨®n en vez de ser una mano tendida sobre lo que luego result¨® ser un problema de salud mental se convirti¨® en una manera de hacer escarnio¡±, opina Iborra.
Hay algo de justicia en esta reaparici¨®n que la propia Montero dej¨® ver cuando termin¨® de cantar, se acerc¨® a Karol G y aun temblando dijo: ¡°En un momento tan importante y tan impactante, despu¨¦s de tanto tiempo sin pisar un escenario y, sobre todo, despu¨¦s de tanto tiempo pensando que jam¨¢s volver¨ªa a pisar un escenario¡ Por eso es un d¨ªa incre¨ªble para m¨ª, y ha sido de la mano de Karol. Este momento lo voy a guardar en mi coraz¨®n y en mi alma¡±.
?Le debemos algo a Amaia Montero? ¡°Lo mismo que a todos y todas a los que alguna vez les hemos puesto una presi¨®n excesiva sobre su f¨ªsico y su manera de actuar¡±, responde Iborra. Al d¨ªa siguiente de su aparici¨®n, Montero, en el aeropuerto, aun con la emoci¨®n de la noche anterior, anunci¨® que ¡°relativamente pronto¡± volver¨¢ a la m¨²sica en solitario. Este diario se ha puesto en contacto con su representante y se remiten a las palabras de la artista. ¡°Igual ahora hay un nicho para hacer un poco de justicia con ella fuera del patriarcado¡±, plantea el experto musical. Cuando llegue este disco, Montero seguir¨¢ acumulando m¨¢s de dos d¨¦cadas de carrera y el reto de vehicular una aparici¨®n estelar al lado de una de las reinas del pop actual.