Aquel verano de... Roc¨ªo Quillahuaman: Todos los que pasamos juntos desde 2014
La escritora e ilustradora, autora de ¡®Marr¨®n¡¯, recuerda que estar enamorada hace que necesites muy poco y repasa los 10 a?os de la relaci¨®n de pareja que la han hecho sobrellevar una estaci¨®n que odia
Todos los veranos de los ¨²ltimos diez a?os de mi vida los he pasado en pareja. No recuerdo casi nada de los veranos anteriores, en los que estaba sin pareja. As¨ª que si pienso en cu¨¢l fue mi mejor verano, tengo que pensar en mi mejor verano en pareja.
As¨ª como la verbena de San Juan es un momento importante para los grupos de amigos ¡ªcomo no se organice un plan decente nos morimos todos¡ª planear el verano es crucial para una pareja. Lo sabr¨¦ bien yo, que he planeado diez veranos en pareja. Al inicio de la relaci¨®n, cuando no ten¨ªamos nada de dinero y nuestras citas consist¨ªan en cenar l...
Todos los veranos de los ¨²ltimos diez a?os de mi vida los he pasado en pareja. No recuerdo casi nada de los veranos anteriores, en los que estaba sin pareja. As¨ª que si pienso en cu¨¢l fue mi mejor verano, tengo que pensar en mi mejor verano en pareja.
As¨ª como la verbena de San Juan es un momento importante para los grupos de amigos ¡ªcomo no se organice un plan decente nos morimos todos¡ª planear el verano es crucial para una pareja. Lo sabr¨¦ bien yo, que he planeado diez veranos en pareja. Al inicio de la relaci¨®n, cuando no ten¨ªamos nada de dinero y nuestras citas consist¨ªan en cenar los productos de 1 euro de McDonalds, nuestros veranos eran muy humildes. Solo nos bastaba con pasar todo el tiempo que pod¨ªamos juntos, en cualquier rinc¨®n h¨²medo y sofocante de la ciudad. No nos hac¨ªa falta nada m¨¢s. Pero a medida que el tiempo pasaba, una pregunta ajena iba adquiriendo importancia: ?a d¨®nde os vais este verano?
De donde vengo yo, lo normal es no viajar a ning¨²n sitio en verano. Lo que se hace en verano es quedarse en casa a esperar que pasen los d¨ªas, con toda la cordura que te es posible. Cuando emigr¨¦ a Espa?a era verano y recuerdo perfectamente que ese verano hice lo mismo de siempre: estirarme en el suelo con los ojos cerrados hasta sentir la brisa del oto?o. Para m¨ª, con 11 a?os, esa era la ¨²nica opci¨®n posible e incluso me parec¨ªa un buen plan. Habr¨ªa estado muy tranquila si no hubiese sido porque ya entonces, en el instituto, siempre hab¨ªa alguien que te preguntaba ¡ªprofesoras incluso¡ª a d¨®nde ibas a irte de viaje en vacaciones. ?Portugal? ?A Italia? ?A la Costa Brava? Al suelo de mi casa, pensaba.
Estar enamorada puede hacer que necesites muy poco, incluso estando a 45 grados cent¨ªgrados y odiando el verano. Por cierto, no lo he dicho todav¨ªa, pero odio el verano. Es un dato importante, me parece. No pasa nada, el amor hac¨ªa que lo llevase bien. Creo que podr¨ªa haber seguido estirada en el suelo esperando a que se acabase el verano junto a ¨¦l durante a?os, y habr¨ªa estado todo bien para m¨ª. Pero vivimos en sociedad y poco a poco, como consecuencia directa de la dichosa preguntita, una peque?a presi¨®n se fue instalando en mi cabeza: tenemos que viajar en verano como hacen el resto de parejas.
Y hemos viajado. Hemos ido a Portugal, Italia y a la dichosa Costa Brava. Ser¨ªa una c¨ªnica si dijese que no era para tanto. Todos los viajes que hemos hecho juntos en verano han sido maravillosos. Supongo que de esos primeros veranos juntos aprendimos a pasarlo bien con poco, as¨ª que con cualquier est¨ªmulo exterior est¨¢bamos completamente extasiados. En Mallorca aprendimos a nadar, en Italia recreamos escenas de Misi¨®n imposible y en la Costa Brava rajamos de todos los pijos con jersey atado al cuello que vimos. Y como es bien sabido, rajar de pijos siempre forja lazos muy fuertes en una relaci¨®n. Con muy poco, en cualquier ciudad, con tormentas o con olas de calor, siempre nos lo pas¨¢bamos bien. Las ciudades nuevas eran simplemente el fondo de escenario de lo que ¨¦ramos y ¨¦ramos felices.
Las pocas veces que he viajado sola, me he entretenido observando a otras parejas en restaurantes. Parejas que com¨ªan en silencio, con poco entusiasmo y que luc¨ªan empujadas a estar ah¨ª por la dichosa preguntita. No pod¨ªa evitar pensar que quiz¨¢ era una imagen a la que est¨¢bamos destinados nosotros tambi¨¦n, tarde o temprano. No somos distintos del resto de parejas, nosotros tambi¨¦n hemos viajado empujados por la preguntita. La presi¨®n de tener un verano planificado que sea incre¨ªble tambi¨¦n ha causado estragos en nosotros, con el pasar de los a?os. Ha habido discusiones, reproches e incluso viajes de verano cancelados. Viajes que no quer¨ªamos hacer pero que hac¨ªamos porque era lo que hab¨ªa que hacer. Viajes cuyo ¨²nico fin era responder a la dichosa preguntita.
Si tengo que elegir mi mejor verano, elijo todos esos veranos en los que fuimos felices al margen de cualquier expectativa. Elijo todos esos momentos en los que no importaba lo mucho que odi¨¢bamos la humedad si est¨¢bamos juntos. Buscando la calle m¨¢s estrecha de Venecia para recrear una escena de Misi¨®n Imposible o jugando a b¨¢dminton en alg¨²n parque en plena ola de calor. Elijo todos esos veranos en los que estar de viaje y estar estirados juntos en el suelo de un piso sin aire acondicionado era igual de emocionante.
No s¨¦ si habr¨¢ un verano en el que no solo no viajemos, sino en el que quiz¨¢ ni siquiera nos veamos, pero siempre que pase mucho calor me acordar¨¦ de todos estos veranos juntos.