Aquel verano de... Rodrigo Cuevas: no sab¨ªa que ser¨ªa el verano de mi vida
El m¨²sico recuerda ese 2001 de su ni?ez en los que era libre en la playa porque no ten¨ªa una pantalla en la mano
Creo que el que lea este relato no se va a creer que sea autobiogr¨¢fico; y quiz¨¢s no lo sea, de hecho, ya que pas¨® hace tanto tiempo¡ Tantas vidas pasaron por m¨ª desde entonces que ni siquiera yo creo que lo haya vivido. Tengo que ir tan al fondo de los recuerdos, que ya no s¨¦ distinguir si son recuerdos propios. No sabr¨ªa discernir del todo si era a m¨ª a quien le pas¨® todo aquello o simplemente lo estaba viendo, testigo de mi propia historia.
Dicen que cada vez que recordamos algo, no recordamos el momento en el que pas¨®, sino que recordamos la ¨²ltima vez que repasamos mentalmente esa historia; entonces, nuestro cerebro acaba sufriendo un proceso de tel¨¦fono escacharrado, y por eso, las versiones de las historias difieren tanto de una persona a otra. Van transform¨¢ndose lentamente hasta convertirse en leyendas, en donde la realidad y la ficci¨®n est¨¢n entremezcladas y ya nadie puede dar fe de lo que es verdad y lo que no lo es. Por eso surgieron los romances, para que, gracias al poder del verso, nos veamos obligados a no modificar tanto los hechos.
En aquel entonces, yo era un mozu que estaba bastante confundido. Como dice Albert Pla, me cre¨ªa feo, y era guapo, me cre¨ªa d¨¦bil, y era fuerte, pero sobre todo, me cre¨ªa hetero, y era maric¨®n. Solo hab¨ªa una cosa en la que me conoc¨ªa bien. Me cre¨ªa libre, y lo era, bastante.
Era libre, porque no ten¨ªa una puta pantalla en la mano; ni siquiera pod¨ªa imaginar que alg¨²n d¨ªa, no tan lejano iba a estar conectado 24 horas a una puta pantalla. El d¨ªa se basaba pr¨¢cticamente en: estar desnudo, agua salada, agua dulce, desayuno, y no hab¨ªa una pantalla para escapar¡ estar desnudo, agua salada, agua dulce, lectura, y segu¨ªa sin haber aquella pantalla¡ estar desnudo, agua salada, agua dulce, bicicleta, recaos, agua salada, agua dulce, segu¨ªa sin pantalla¡ver el atardecer, hoguera, desnudo, cocinar, seguir sin pantalla, dormir al raso, so?ar intensamente por culpa del ruido del mar, al fondo tormentas, arriba las estrellas; no hab¨ªa pantallas, solo estrellas, solo arena, arena por todos sitios; dormir al raso, si orbaya, echar una lona, arena, vecinos, tambi¨¦n desnudos y llenos de arena, investigar, jugar, descubrir, aprender a follar, aprender a hacer el amor.
Siempre desnudo, siempre lleno de arena, siempre sin pantallas. Lo m¨¢s importante de no tener pantallas es que no existe la tentaci¨®n de contarles a los dem¨¢s lo que haces durante el d¨ªa; y algo m¨¢s importante, no sabes qu¨¦ piensan.
ESTOY CANSADO DE SABER QU? PIENSAN LOS DEM?S SOBRE CADA UNA DE LAS COSAS DE ESTE MUNDO.
??Que no me importa!! Que no quiero saber qu¨¦ piensa la frutera, el panadero, el que me pasa la ITV, la camarera... ??Que no quiero saber qu¨¦ piensan!! Porque no me da igual, porque me traspasa, porque me duele. No quiero y punto.
Un d¨ªa fuimos al merc¨¢u. El d¨ªa de la fiesta. Solo hab¨ªa una bicicleta, as¨ª que fuimos andando. ?Siete u ocho kil¨®metros? Ni idea. Mucho. A m¨ª me dio fiebre, y no fui capaz de volver caminando a la playa. Tuvimos que buscar d¨®nde dormir. Todo era m¨¢s dif¨ªcil que La Playa. El prao estaba mojado, el cielo daba de beber al ma¨ªz y todo el mundo sabe que ¡°el foyatu del ma¨ªz tien muncha sabidur¨ªa: guarda l¡¯orbayu la nueche pa bebelu al otru d¨ªa¡±.
Tuve que tumbarme debajo de un puesto vac¨ªo, pasar la noche sobre aquel asfalto fr¨ªo, duro, con mucha fiebre. Solo quer¨ªa volver a la playa, volver a estar desnudo; la ropa me rozaba, me dol¨ªa; el suelo era duro. Era la primera vez que dorm¨ªa en la calle. No me daba miedo, porque era un pueblo muy tranquilo; pero me daba verg¨¹enza y me sent¨ªa inc¨®modo, sucio. Quer¨ªa volver a la playa, solo quer¨ªa volver a la playa. Pero hab¨ªa que caminar tanto¡
Hoy esa playa ya no existe. Bueno, seguro que existe, pero ahora ya no voy. Ahora est¨¢ masificada; ya casi nadie va desnudo. Ahora, en aquella playa, me siento vulnerable, como cuando dorm¨ªa debajo de aquel puesto en el asfalto. Las noticias de ¡°la mejor playa de Europa¡±, ¡°las 10 mejores playas de no s¨¦ d¨®nde¡¡±, Instagram y las geolocalizaciones para aumentar nuestro ego y contarle a todo el mundo d¨®nde estamos intentando reforzar nuestro estatus social, subir en la escala de guays se la cargaron. ?Para qu¨¦? Para nada, porque no somos m¨¢s guays.
Hoy ya no es un refugio. Y ya no tengo d¨®nde ir cuando me duele el cuerpo, cuando me pesa el alma. Clickbait: TE ODIO CON TODA MI ALMA
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