La verdadera Emmanuelle se llamaba Marayat
El legado de la escritora tailandesa que revolucion¨® el erotismo literario, escondida tras un seud¨®nimo, resurge en la nueva adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, que recupera el car¨¢cter reflexivo de un libro en el que conviv¨ªan ¡°el esperma y la dial¨¦ctica¡±
Emmanuelle acaba de regresar a los cines, aunque sus rasgos ya no tengan mucho que ver con los de la escandalosa pel¨ªcula de 1974, estrenada en tiempos del destape en el cine europeo, ni tampoco con los de la novela del mismo t¨ªtulo con inspir¨® este fen¨®meno er¨®tico. La nueva protagonista ya no es la esposa de un diplom¨¢tico franc¨¦s. En la nueva versi¨®n, adaptada a la sensibilidad del Me Too, se ha convertido en una inspectora de calidad en h...
Emmanuelle acaba de regresar a los cines, aunque sus rasgos ya no tengan mucho que ver con los de la escandalosa pel¨ªcula de 1974, estrenada en tiempos del destape en el cine europeo, ni tampoco con los de la novela del mismo t¨ªtulo con inspir¨® este fen¨®meno er¨®tico. La nueva protagonista ya no es la esposa de un diplom¨¢tico franc¨¦s. En la nueva versi¨®n, adaptada a la sensibilidad del Me Too, se ha convertido en una inspectora de calidad en hoteles de lujo que viaja por trabajo hasta Hong Kong, metr¨®polis global que sustituye al Bangkok del original. Pese a las m¨²ltiples variaciones introducidas por la directora de esta nueva adaptaci¨®n, Audrey Diwan, la pel¨ªcula mantiene intacta la esencia del personaje, un arquetipo de la mujer francesa due?a de su deseo y sin miedo a reclamar su derecho al placer sexual, como estipulaba el libro que dio origen a esta saga.
Todo comenz¨® con un volumen de tapas azules, sin t¨ªtulo ni editor indicado en la cubierta (publicar pornograf¨ªa en aquel entonces conllevaba penas de c¨¢rcel), que pod¨ªa adquirirse clandestinamente en ciertas librer¨ªas. El libro se populariz¨® entre el p¨²blico general cuando el editor ?ric Losfeld, uno de los m¨¢s osados del bulevar Saint-Germain, decidi¨® reeditarlo en 1967, en los albores de aquel mayo franc¨¦s que rompi¨® con todos los cors¨¦s sociales. Por primera vez, un nombre aparec¨ªa en la portada del libro, dividido en dos tomos: el de una desconocida llamada Emmanuelle Arsan. Una autora que, en realidad, nunca existi¨®. Detr¨¢s de este seud¨®nimo, que potenciaba la identificaci¨®n entre escritora y personaje, se encontraba Marayat Bibidh-Virajjakar, una mujer de la alta sociedad tailandesa, educada en las mejores escuelas de Suiza e Inglaterra, que escribi¨® la obra inspir¨¢ndose en sus propias vivencias junto a su marido, Louis-Jacques Rollet-Andriane, un diplom¨¢tico destinado en Bangkok y tan libertino como su doble en la ficci¨®n.
El libro fue un esc¨¢ndalo, pero tambi¨¦n un fen¨®meno social. No solo por hablar de sexo con todo lujo de detalles, sino por permitir que las mujeres exploraran formas de placer que iban m¨¢s all¨¢ de la penetraci¨®n en el marco conyugal, como el sexo en grupo o las experiencias l¨¦sbicas, parte del amplio abanico de posibilidades que ofrec¨ªa la escritora. Para Camille Moreau, autora de Emmanuelle Arsan. Biographie d¡¯un pseudonyme (La Musardine), volumen reci¨¦n publicado en Francia para arrojar luz sobre la vida y obra de la autora, ese libro fue m¨¢s que un manual de sexo. ¡°Emmanuelle es una obra maestra de la literatura, mucho m¨¢s que un libro er¨®tico. Presenta reflexiones filos¨®ficas profundas, adelantadas a su tiempo y m¨¢s sofisticadas de lo que se suele creer¡±, afirma Moreau, investigadora de 35 a?os que ya dedic¨® su tesis doctoral a desentra?ar la complejidad del texto original.
Emmanuelle aborda temas que trascienden el placer f¨ªsico y se adentra con facilidad en el debate de ideas. Presenta discursos sobre la utilidad del arte, cr¨ªticas del capitalismo y del colonialismo, alegatos por los homosexuales, la transidentidad o las trabajadoras sexuales, adem¨¢s de abordar la cuesti¨®n del futuro del planeta en clave ecologista. Escrito en franc¨¦s, el libro incluye citas en lat¨ªn, italiano, alem¨¢n e ingl¨¦s, adem¨¢s de referencias a Nietzsche, Paul Val¨¦ry o Michel Foucault, y fue elogiado en su d¨ªa por Andr¨¦ Breton, autor del Manifiesto del surrealismo. En la obra de Emmanuelle Arsan conviv¨ªan ¡°el esperma y la dial¨¦ctica¡±, como escribe Moreau en su libro.
El malentendido sobre la verdadera naturaleza de Emmanuelle se debe, en gran medida, a su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de 1974, que modific¨® el esp¨ªritu del libro al convertirlo en mero porno soft. ¡°La pel¨ªcula ayud¨® a popularizar la figura de Emmanuelle, pero distorsion¨® la esencia del libro y olvid¨® que, ante todo, era una obra filos¨®fica¡±, se?ala Moreau. ¡°El personaje tuvo un impacto tan profundo en la sociedad que su dimensi¨®n m¨¢s reflexiva se desvaneci¨®. Hoy una gran mayor¨ªa solo recuerda, de forma equivocada, los aspectos sexuales¡±. Los motivos de ese olvido son comprensibles: la pel¨ªcula de 1974, dirigida por el director de publicidad Just Jaeckin y protagonizada por la modelo holandesa Sylvia Kristel, fue un taquillazo que se mantuvo en cartel durante 13 a?os en los Campos El¨ªseos de Par¨ªs. En Espa?a, forz¨® a hordas de espectadores a viajar hasta Perpi?¨¢n, antes de su estreno comercial durante la Transici¨®n.
Para la bi¨®grafa de Emmanuelle Arsan, autora del volumen que desencaden¨® todo un fen¨®meno social en los sesenta y setenta, su libro es ¡°una obra maestra de la literatura, mucho m¨¢s que un libro er¨®tico¡±
?Firm¨® el libro la misma Marayat, que en los sesenta se hizo famosa en todo el mundo ¡ªel todopoderoso productor Darryl F. Zanuck la lleg¨® a contratar para coprotagonizar una pel¨ªcula con Steve McQueen¡ª o alguien utiliz¨® su imagen atractiva para vender mejor esta obra escandalosa? Las dudas sobre la autor¨ªa de Emmanuelle empezaron ya en los sesenta. La hip¨®tesis m¨¢s extendida sugiere que el autor era, en realidad, su marido, Louis-Jacques. Algunos la consideraban ¡°demasiado guapa y joven para ser tan inteligente¡±, como recuerda Moreau, que apunta que Bibidh-Virajjakar, miembro de la ¨¦lite social, era catedr¨¢tica de Matem¨¢ticas mientras su marido, de clase media y alistado en la resistencia en Tailandia a los 18 a?os, no lleg¨® a terminar sus estudios universitarios.
Se ha dicho que Louis-Jacques transcribi¨® lo que Marayat le narraba oralmente, o bien que Emmanuelle podr¨ªa ser el diario ¨ªntimo de esa mujer tailandesa pasado a limpio. Moreau se inclina por la teor¨ªa del ¡°trabajo colectivo¡±. ¡°No se sabe qui¨¦n escribi¨® cada frase, pero tampoco es relevante. Para m¨ª, la creaci¨®n del libro fue un intercambio constante, una reflexi¨®n compartida entre ambos. Estoy casi segura de que ¨¦l escribi¨® las secuelas, pero el primer Emmanuelle fue una obra conjunta. Las descripciones del placer femenino son tan precisas que es evidente que una mujer particip¨® en su escritura¡±, sostiene Moreau. Todos sus manuscritos y su correspondencia personal est¨¢n mecanografiados, por lo que de nada le sirvi¨® analizar sus caligraf¨ªas.
La escritora y su personaje compart¨ªan parecidos y diferencias. Mientras que Marayat tomaba m¨¢s iniciativa sexual que su marido en la vida real, en el libro es ella quien se pliega a los deseos de su esposo. La protagonista de Emmanuelle consume alcohol y opio, mientras que Marayat era abstemia. Tampoco sufr¨ªa por amor, a diferencia de Emmanuelle, que llora por la arque¨®loga Bee en el libro. El personaje naci¨® en Par¨ªs y su autora, a la orilla de un r¨ªo de la antigua Siam. Entre las similitudes, a ambas les apasionaban los coches de lujo y compart¨ªan las mismas lecturas, el mismo pasado y, en cierto sentido, el mismo presente. Ambas se inclinaban por las parejas abiertas y se consideraban bisexuales: Louis-Jacques seleccionaba los amantes hombres de Marayat, mientras que a las mujeres las escog¨ªa ella misma, como sucede en la novela y la pel¨ªcula de los setenta.
¡°No soy yo, ni es mi hermana siamesa¡±, dijo la autora en 1968. Emmanuelle y Marayat, fallecida en 2005, siguen siendo espejos deformantes la una de la otra, a los que ahora se suma un tercer reflejo a¨²n m¨¢s distorsionado: la adaptaci¨®n de Audrey Diwan, que transforma al personaje en una femme fatale, algo que los autores de la saga nunca quisieron que fuera. ¡°Elimina el aspecto alegre y luminoso del libro que la primera pel¨ªcula s¨ª conserv¨®. Sus autores nunca la describieron como una mujer fatal. Su intenci¨®n era establecer una igualdad sexual entre hombres y mujeres, sin caer en l¨®gicas de dominaci¨®n, violencia o peligro¡±, coincide Moreau, que ya ha visto la nueva adaptaci¨®n cuatro veces. ¡°Y, aun as¨ª, pese a su erotismo oscuro y a desarrollarse en otro tiempo y lugar, la nueva adaptaci¨®n puede considerarse m¨¢s respetuosa con el libro, por el simple motivo de invitar a la reflexi¨®n¡±. El original de 1974 ten¨ªa muchas virtudes, pero no esa.