Emoci¨®n sin arrebato
Fernando Adri¨¢n y Borja Jim¨¦nez exhibieron un derroche de entrega y compromiso sin remate en el ¨²ltimo tercio ante una desigual corrida de Victoriano del R¨ªo
Hubo emoci¨®n hasta el final, lo que no es poca cosa; incluso una leve divisi¨®n de opiniones durante la faena de Adri¨¢n al quinto, que parec¨ªa perdida en el tiempo, y aunque la corrida no respondi¨® a las expectativas, mantuvo el inter¨¦s por la exhibici¨®n de entrega y compromiso de los dos toreros.
Fernando Adri¨¢n y Borja Jim¨¦nez se tomaron muy en serio el festejo; y eso se not¨® desde que se rompi¨® el pase¨ªllo y saludaron una larga ovaci¨®n del respetable.
Cuando no hab¨ªan acabado lo...
Hubo emoci¨®n hasta el final, lo que no es poca cosa; incluso una leve divisi¨®n de opiniones durante la faena de Adri¨¢n al quinto, que parec¨ªa perdida en el tiempo, y aunque la corrida no respondi¨® a las expectativas, mantuvo el inter¨¦s por la exhibici¨®n de entrega y compromiso de los dos toreros.
Fernando Adri¨¢n y Borja Jim¨¦nez se tomaron muy en serio el festejo; y eso se not¨® desde que se rompi¨® el pase¨ªllo y saludaron una larga ovaci¨®n del respetable.
Cuando no hab¨ªan acabado los sones de clarines y timbales, Adri¨¢n all¨¢ que se fue a los medios a esperar de rodillas al primero de la tarde; pero es que Borja Jim¨¦nez hizo lo propio en sus tres toros. Y los dos compitieron en quites y destacaron con el capote en largas cambiadas y afaroladas, a la ver¨®nica, por delantales, chicuelinas ce?idas y medias y largas muy airosas. Despu¨¦s, con la muleta ya fue otro cantar. La ilusi¨®n se mantuvo hasta el final, pero no hubo lugar a esa faena de arrebato, emocionante y conmovedora que esperaba toda la plaza. Y la responsabilidad fue de los toreros, claro est¨¢, y tambi¨¦n de la desigual corrida de Victoriano del R¨ªo, alegre y mansa en los caballos con la excepci¨®n del sexto, que empuj¨® de verdad, pero decepcionante en la muleta; encastado el primero, muy noble el segundo, y sosones y desfondados los dem¨¢s.
Hasta cuatro largas afaroladas de rodillas traz¨® Adri¨¢n en el recibo a su primero, la primera en los medios y las otras en el tercio. Sus cartas credenciales estaban claras. Lo que sucedi¨® despu¨¦s es que ese primer toro lleg¨® a la muleta pidiendo guerra, vibrante y codicioso, y aunque el torero asent¨® las zapatillas con firmeza, dio la impresi¨®n de que se sinti¨® desbordado por el br¨ªo del animal. Las tandas resultaron muy cortas, y solo una de ellas destac¨® sobre las dem¨¢s, algo embarulladas por la exigencia del animal.
Con otra larga en el tercio recibi¨® a su segundo, de corto viaje, deslucido y poco agradecido a pesar de la disposici¨®n del torero. Su labor supo a muy poco porque, quiz¨¢, su oponente no era para recibir pases y m¨¢s pases sin sustancia. Y quiso echar el resto Adri¨¢n en el quinto; de rodillas en los medios comenz¨® la faena de muleta, con un ajustado pase cambiado por la espalda hasta resultar enganchado por la chaquetilla sin m¨¢s consecuencias. Su disposici¨®n fue total, pero la labor no alcanz¨® las cotas de inter¨¦s que se vislumbraron en los inicios. Hubo alg¨²n que otro susto m¨¢s, y poco toreo de verdad. Al final, unas bernadinas ce?idas levantaron los ¨¢nimos y tambi¨¦n la divisi¨®n de opiniones en el p¨²blico. Ciertamente, se esperaba m¨¢s de Fernando Adri¨¢n.
Como se esperaba de Borja Jim¨¦nez, otro derroche de pundonor de principio a fin, pero sin rematar faena de triunfo en ninguno de sus tres toros. Escuch¨® un aviso en cada uno de ellos, lo que es mala se?al, se empe?¨® en tandas muy cortas, sin tiempo material para saborear nada, y mat¨® mal.
Muy noble fue su primero, y, despu¨¦s de un torer¨ªsimo inicio de faena sentado en el estribo de las tablas, los primeros compases con la mano derecha fueron un modelo de suavidad y hondura. Despu¨¦s, baj¨® el diapas¨®n de la faena por ese inter¨¦s en acortar las tandas, y cuando su labor descend¨ªa por la pendiente del desencanto, dibuj¨® dos naturales brillant¨ªsimos y cuatro ayudados por bajo que supieron a gloria, pero mat¨® mal.
Volvi¨® a recibir de rodillas a los otros dos toros, sosos ambos, inc¨®modos, de escaso fuelle en sus entra?as, y Jim¨¦nez lo intent¨® de nuevo en una actuaci¨®n con destellos de calidad en algunos instantes, pero garabateada por desarmes y enganches.
No fracasaron los toreros, pero de ambos se esperaba m¨¢s, mucho m¨¢s. Hubo emoci¨®n, pero no arrebato.
Del R¨ªo/Fernando Adri¨¢n y Borja Jim¨¦nez
Toros de Victoriano del Río, bien presentados y astifinos; acudieron con alegría a los caballos pero ninguno hizo una brava pelea a excepción del sexto; encastado el primero, muy noble el segundo, y sosos y descastados los demás en el último tercio. Los tres primeros fueron aplaudidos en el arrastre.
Fernando Adrián: estocada baja (algunos pitos); estocada (silencio); media estocada _aviso_ y dos descabellos (ovación).
Borja Jiménez: pinchazo _aviso_ estocada (vuelta al ruedo); pinchazo y media tendida, descabello _aviso_ y dos descabellos (silencio); estocada baja _aviso_ (silencio).
Plaza de Las Ventas. 5 de octubre. Quinto festejo de la Feria de Otoño. Lleno (21.412 espectadores, según la empresa).