Hay que dec¨ªrselo a Manolo Rivas
Siempre ha mantenido las mismas banderas: los valores republicanos, el idioma gallego, la naturaleza, los desfavorecidos
¡°Es un joven llamado a escribir el Don Quijote que la literatura gallega necesita¡±, solt¨® Gonzalo Torrente Ballester en la presentaci¨®n de la VII edici¨®n, la de 1995, del premio de novela que llevaba su nombre, instituido por la Diputaci¨®n de A Coru?a. La obra ganadora era Que me queres, amor?, y su ruborizado autor, sentado al lado del presidente del jurado y creador de Los gozos y las sombras era Manuel Rivas Barr¨®s, un coru?¨¦s nacido al pie de la Torre de H¨¦rcules que acaba de estrenar lo...
¡°Es un joven llamado a escribir el Don Quijote que la literatura gallega necesita¡±, solt¨® Gonzalo Torrente Ballester en la presentaci¨®n de la VII edici¨®n, la de 1995, del premio de novela que llevaba su nombre, instituido por la Diputaci¨®n de A Coru?a. La obra ganadora era Que me queres, amor?, y su ruborizado autor, sentado al lado del presidente del jurado y creador de Los gozos y las sombras era Manuel Rivas Barr¨®s, un coru?¨¦s nacido al pie de la Torre de H¨¦rcules que acaba de estrenar los 67 a?os. Un reto de tal peso es f¨¢cil que lastre o incluso que hunda definitivamente una carrera literaria.
El retado y yo nos conocemos desde una veintena de a?os antes de aquella profec¨ªa de Torrente, dos gallegos perdidos en aquel Madrid en el que Franco todav¨ªa ni hab¨ªa empezado a agonizar, pero Rivas ya ten¨ªa entonces una relaci¨®n ¡°chaplinesca¡± (como ¨¦l suele decir) con su propia obra. La del vagabundo que se interna en lo desconocido, que merodea, que experimenta, pero que no parece buscar nada en concreto. Una visi¨®n exterior despegada e incluso ir¨®nica de su propia b¨²squeda creativa. No hay en el Rivas poeta o novelista el literato atormentado con los tics de rigor.
El fuego de la creaci¨®n arder¨¢ por dentro, como los incendios que consumen la turba en el subsuelo, pero el Rivas flam¨ªgero es el del combate. Entr¨® a trabajar en un peri¨®dico a los 15 a?os, gracias a los poemas que un amigo le ense?¨® al director, pero no acamp¨® en la redacci¨®n puli¨¦ndolos. En cuanto le dejaron redactar noticias, consigui¨® que le hiciesen un consejo de guerra (sic) por informar de que la mala calidad de la comida hab¨ªa provocado intoxicaciones a varios soldados en un cuartel.
Desde que nos encontramos, se?alados por nuestro acento, en una asamblea en la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de la Complutense, siempre ha mantenido las mismas banderas: los valores republicanos, el idioma gallego, la naturaleza, los desfavorecidos. Han cambiado quiz¨¢ los hashtags, pero no el contenido. Ni la forma de comprometerse. Elaborar manifiestos. Contribuir a lanzar publicaciones que deber¨ªan necesariamente existir. Formar parte de plataformas de resistencia. Encabezar movimientos. En ocasiones, todo ese compromiso es una forma de obediencia debida si existe una militancia. En el caso de Rivas, es fruto de una radical independencia, salvo con el objetivo que se pretende.
As¨ª, en tiempo de trincheras ideol¨®gicas y de enroques, ha conseguido ser un referente ¨¦tico para una gran parte de la sociedad gallega. Cuando, en el ¨²ltimo proyecto que se nos ocurri¨®, necesit¨¢bamos una persona para el cargo de administrador, la elegida trabajaba en una importante entidad financiera, y fue a solicitarle la compatibilidad a la autoridad competente: si era para una publicaci¨®n de Rivas, no hab¨ªa problema. Pero, sobre todo, Manolo ¡ªya era hora de llamarle Manolo¡ª es como la hoguera que prenden los reducidos a la oscuridad. Se dice que en la Europa del siglo XVIII los afectados o los testigos de una injusticia comentaban: ¡°Hay que escribirle a Voltaire¡±. Traducido a la Galicia de hoy: ¡°Habr¨ªa que contactar a Manolo Rivas¡±.
Xos¨¦ Manuel Pereiro es periodista. Y codirige con Manuel Rivas la revista Luzes.