Mohammad Rasoulof, el cineasta iran¨ª m¨¢s odiado y perseguido por su Gobierno
El director, exiliado desde mayo en Alemania, estrena en Espa?a ¡®La semilla de la higuera sagrada¡¯, un retrato sobre la rebeli¨®n de las mujeres en su pa¨ªs y sobre c¨®mo las dictaduras se mantienen por su afianzamiento entre los funcionarios
Solo tuvo dos horas para decidir: ?exilio o c¨¢rcel? ¡°El servicio secreto estaba interrogando al equipo de la pel¨ªcula y eso se sum¨® a que el Tribunal Revolucionario Isl¨¢mico anunci¨® ese d¨ªa que en una semana la sentencia que me condenaba a ocho a?os de c¨¢rcel, m¨¢s latigazos y la confiscaci¨®n de mis bienes, se iba a ejecutar¡±, recuerda el iran¨ª Mohammad Rasoulof (Shiraz, 52 a?os). Durante largo tiempo, el cineasta h...
Solo tuvo dos horas para decidir: ?exilio o c¨¢rcel? ¡°El servicio secreto estaba interrogando al equipo de la pel¨ªcula y eso se sum¨® a que el Tribunal Revolucionario Isl¨¢mico anunci¨® ese d¨ªa que en una semana la sentencia que me condenaba a ocho a?os de c¨¢rcel, m¨¢s latigazos y la confiscaci¨®n de mis bienes, se iba a ejecutar¡±, recuerda el iran¨ª Mohammad Rasoulof (Shiraz, 52 a?os). Durante largo tiempo, el cineasta ha sido una de las voces art¨ªsticas m¨¢s cr¨ªticas con el r¨¦gimen de los ayatolas. Tanto, que acab¨® siendo condenado por ¡°la intenci¨®n de cometer cr¨ªmenes contra la seguridad del pa¨ªs¡±. Era el final de un largo recorrido de oposici¨®n al Gobierno y de entradas y salidas de la c¨¢rcel as¨ª como de arrestos domiciliarios. Rasoulof, con su familia a salvo, se despidi¨® de sus plantas (¡°Mi posesi¨®n m¨¢s preciada¡±), atisb¨® las monta?as desde la ventana de su casa en Teher¨¢n, pidi¨® dinero a un amigo, dej¨® todos los aparatos electr¨®nicos atr¨¢s ¡ªpara que no le pudieran rastrear¡ª y contact¨® con el miembro de una red, que hab¨ªa conocido en prisi¨®n, que saca de Ir¨¢n a perseguidos por el Gobierno. ¡°Me fui al exilio, lo que nunca ni me hab¨ªa planteado¡±.
Rasoulof sab¨ªa, desde el inicio del rodaje de La semilla de la higuera sagrada, que se estaba autosaboteando su vida en Ir¨¢n. Sentado en septiembre en la cafeter¨ªa del hotel Mar¨ªa Cristina, durante el pasado festival de San Sebasti¨¢n, donde el filme se present¨® en Perlak, su relato torna a la m¨ªnima en una narraci¨®n agridulce. Lleg¨® a Hamburgo el pasado 10 de mayo, 28 d¨ªas despu¨¦s de haber huido de Teher¨¢n. En Alemania hab¨ªa estudiado cine de joven y en ese pa¨ªs reside su hija, la actriz Baran Rasoulof.
Desde entonces ha abandonado en se?aladas ocasiones su hogar de acogida. Apareci¨® a finales de mayo en Cannes, donde el filme cerr¨® la competici¨®n y donde gan¨® una menci¨®n especial del jurado, despu¨¦s present¨® en septiembre en Donostia el drama (que se estrena en Espa?a este viernes 17), viaj¨® al festival de Nueva York y al de Bus¨¢n (Corea del Sur) en noviembre y estuvo en Los ?ngeles durante la ceremonia de los Globos de Oro. La semilla de la higuera sagrada representa, adem¨¢s, a Alemania en los Oscar: es una coproducci¨®n y Rasoulof subraya la importancia en el resultado f¨ªlmico y en su vida personal de la lealtad de su montador, Andrew Bird, ingl¨¦s residente en Alemania. ¡°Seg¨²n rodaba, le iba enviando el material, porque adem¨¢s sab¨ªa que con ¨¦l estar¨ªa a salvo¡±, apunta.
Aunque nunca ha querido arrogarse el papel de portavoz pol¨ªtico, Rasoulof ha vivido todo tipo de vicisitudes por su compromiso. Arrestado en 2010 por rodar ¡ªaunque nunca la acab¨®¡ª una pel¨ªcula sobre el Movimiento Verde (las protestas tras las elecciones presidenciales de 2009), sufri¨® arresto domiciliario en 2021: la promoci¨®n para Espa?a del estreno de su anterior filme, La vida de los dem¨¢s (There Is No Evil), Oso de oro en Berl¨ªn, la realiz¨® por videollamada desde una habitaci¨®n interior de su casa en Shiraz. Fue enviado a prisi¨®n durante siete meses en 2022 por firmar un llamamiento cr¨ªtico con el Gobierno. En la c¨¢rcel coincidi¨® con otro cineasta ganador de la Berlinale, Jafar Panahi, y juntos escucharon c¨®mo las mujeres creaban el movimiento Mujer, Vida, Libertad ¡ªtras el asesinato policial de Zhina Mahsa Amini, arrestada por no llevar correctamente su hijab¡ª y se levantaban contra la opresi¨®n del r¨¦gimen.
¡°En prisi¨®n me pasaron dos cosas curiosas: una es que descubr¨ª que los carceleros estaban viendo La vida de los dem¨¢s en copias pirata y otra es que uno de los interrogadores un d¨ªa me dio un bol¨ªgrafo, y me dijo que cada vez que entraba en prisi¨®n y ve¨ªa la puerta cerrarse recordaba la pregunta de sus hijos sobre a qu¨¦ se dedicaba¡±, explica. As¨ª naci¨® La semilla de la higuera sagrada, que arranca como un drama, cuando una familia recibe con alegr¨ªa el ascenso laboral del padre, nombrado investigador judicial, antesala de la posibilidad de ser juez. Pero estalla la ola de protestas surgida por la muerte de Amini, y la esposa y las dos hijas empiezan a cuestionar lo que ocurre a su alrededor. La espiral de violencia alcanza el hogar cuando una amiga de las chicas recibe una paliza brutal. Y, mientras, ?qu¨¦ hace el padre en su trabajo? ?Por qu¨¦ no contesta al m¨®vil? En ese momento el filme entra en una din¨¢mica de terror.
El cineasta explica que desde el primer momento supo que estaba tensando la cuerda gubernamental. En sus anteriores filmes ya hab¨ªa lanzado mensajes pol¨ªticos y sociales, y se sab¨ªa vigilado, hasta el punto de que se dej¨® barba para rodar La vida de los dem¨¢s y que nadie le reconociera en la filmaci¨®n en exteriores. ¡°No me acerqu¨¦ al rodaje en la calle de La semilla... para no llamar la atenci¨®n. Es m¨¢s, muchos viandantes y polic¨ªas pensaron que era una pel¨ªcula gubernamental y ni molestaron¡±, sonr¨ªe. A finales del rodaje, lleg¨® la condena. ¡°Pregunt¨¦ a mis abogados cu¨¢nto tiempo gan¨¢bamos si recurr¨ªamos, y me respondieron que entre las festividades del a?o nuevo musulm¨¢n y el periodo habitual burocr¨¢tico, pasar¨ªan dos meses. Suficiente para acabar la pel¨ªcula¡±, explica.
En La semilla de la higuera sagrada, Rasoulof reflexiona sobre c¨®mo, a pesar de las protestas, los ayatolas se mantienen en el poder: ¡°Los sistemas dictatoriales triunfan y se mantienen en el tiempo no por los l¨ªderes, sino por los mandos intermedios, que transmiten las ¨®rdenes, y muchas veces las multiplican. El r¨¦gimen est¨¢ usando la religi¨®n como arma pol¨ªtica, y mis pel¨ªculas inciden en ese adoctrinamiento. La Rep¨²blica isl¨¢mica es una dictadura que ha tomado como rehenes a los iran¨ªes, la represi¨®n es su esencia. Cualquier anuncio de cambios es mera propaganda¡±. ?Y ¨¦l mismo corre peligro? ¡°Si pueden, se deshacen de cualquier opositor, pero no dedico ni un segundo de mi vida a pensar en ello¡±.
Por primera vez, en el cine de Rasoulof las mujeres protagonizan la acci¨®n. ¡°Son ellas las que mantienen la lucha por la libertad, son quienes nos inspiran al resto. No me enga?o: la batalla por los derechos humanos en Ir¨¢n est¨¢ casi en exclusiva en manos de las mujeres. Soheila Golestani, que encarna a la madre, estuvo 12 d¨ªas en prisi¨®n en noviembre de 2022 por un v¨ªdeo de protesta en el que apareci¨® sin velo. En Cannes solo pudieron acompa?arme las actrices que dan vida a las hijas, porque el resto del equipo t¨¦cnico y art¨ªstico tiene retenidos los pasaportes¡±.
Durante a?os, Rasoulof fue muy cr¨ªtico con los cineastas m¨¢s tibios en sus comentarios sobre la represi¨®n que sufr¨ªan, en especial, sus compa?eros, se?alando espec¨ªficamente al doble ganador del Oscar Asghar Farhadi. ¡°Despu¨¦s de la rebeli¨®n de las mujeres, muchos artistas, actrices, actores y directores dejaron de someterse y de mantener su ambig¨¹edad. Porque la pregunta era clara: ?compartes los valores de este sistema o no? Lo not¨¦ hasta en mi caso, porque pens¨¦ que tendr¨ªa problemas para encontrar int¨¦rpretes para el filme, y ocurri¨® todo lo contrario: sobraron voluntarios¡±.
Y ahora, ?qu¨¦? ¡°Me siento a¨²n un poco perdido fuera de Ir¨¢n. Soy del sur, muy de mi tierra. Nunca quise plantearme el exilio. Pero cuando me condenaron, intu¨ª que antes o despu¨¦s lo afrontar¨ªa. Quedarme significaba aceptar la censura o devenir en cineasta-v¨ªctima. Con todo, solo me fui cuando supe que podr¨ªa seguir creando fuera. Si no hubiera posibilidades de hacer m¨¢s pel¨ªculas, no me habr¨ªa marchado. Eso s¨ª, antes o despu¨¦s, volver¨¦¡±.