David Lynch, un explorador iconoclasta y perverso
Fue al cine de los ochenta y noventa del pasado siglo lo que William Burroughs a la literatura de los a?os cincuenta y sesenta: un individualista devastador
No soy un admirador del cine de David Lynch, yo soy su enamorado. David Lynch fue al cine de los ochenta y noventa del pasado siglo lo que William Burroughs a la literatura de los a?os cincuenta y sesenta: un individualista devastador, ...
No soy un admirador del cine de David Lynch, yo soy su enamorado. David Lynch fue al cine de los ochenta y noventa del pasado siglo lo que William Burroughs a la literatura de los a?os cincuenta y sesenta: un individualista devastador, un infiltrado en la disoluci¨®n de la mirada del espectador o del lector. Lynch era guapo. Se parec¨ªa a otro individualista cegador: David Bowie. Ten¨ªan un flequillo parecido. Lynch es Estados Unidos, es la narraci¨®n cinematogr¨¢fica m¨¢s brillante y honda que se ha hecho de ese pa¨ªs en los ¨²ltimos cincuenta a?os.
No puedo hablar de todas sus pel¨ªculas. Citar¨¦ las que me volvieron medio loco de amor y terror. La primera fue El hombre elefante (1980). La segunda ¡ªde la que sal¨ª desquiciado del cine, sabiendo que mi vida era de una rutina horripilante si la comparaba con la vida de Nicolas Cage¡ª fue Coraz¨®n salvaje (1990): un latigazo visual donde el amor humano era un juego despiadado. All¨ª, en esa pel¨ªcula, constat¨¦ que Lynch era un cineasta asocial, como Wong Kar-Wai, por poner un ejemplo. Un cineasta obsesionado con las pasiones humanas m¨¢s inconfesables, pasiones que ocurr¨ªan en la Am¨¦rica profunda, en un lugar sin ley y sin mandamientos sociales, o culturales, o morales. No hay moral social en Lynch, como tampoco la hay en Burroughs o en Kafka. Otro de las grandes incautaciones de mi alma por parte del cine de Lynch lleg¨® con Mulholland Drive (2001). All¨ª Naomi Watts y Laura Harring se convert¨ªan en dos misterios de la humanidad. El cine de Lynch es el cine de un explorador iconoclasta y perverso y sarc¨¢stico de la condici¨®n humana. Mil pasos por delante de cualquier otro cineasta contempor¨¢neo.
Pero la puntilla me la dio Una historia verdadera (1999), una de las pel¨ªculas m¨¢s inconcebibles de la historia del cine. El viaje de 500 km en una m¨¢quina de cortac¨¦sped de un hombre que vive en Iowa que va a ver a su hermano en Wisconsin. Cuando viv¨ª en Iowa tentado estuve de emular al protagonista de esta historia de Lynch.
Pero qu¨¦ hay agazapado en las pel¨ªculas de Lynch. ?Por qu¨¦ las vemos o las veo con una pasi¨®n arrebatada? Por la libertad, ese es el gran tema de Lynch. Un canto disolvente a la libertad. Algunos ven surrealismo en Lynch. No estoy de acuerdo en absoluto. Lynch, como Burroughs o Kafka, es un realista. Sal¨ª de ver Una historia verdadera con ganas de caminar 100 kil¨®metros para ir a hablar con mi hermano. No coge un autob¨²s, no alquila un coche el protagonista de Una historia verdadera. Desaf¨ªa al mundo.
Siempre Lynch es eso: un desaf¨ªo a cualquier convenci¨®n. De una pel¨ªcula de Lynch sales viendo tres soles y cuatro lunas. Ya no te crees que haya un solo sol y una sola luna. En Netflix ahora mismo se puede ver una obra maestra de 17 minutos. El cortometraje titulado What Did Jack Do? (2017). Son los 17 minutos m¨¢s hermosos de la historia del cine de este siglo XXI. Que qu¨¦ se cuenta: se narra a la oscuridad. La oscuridad de las vidas, pero con fe en esas mismas vidas. Buenas noches, David Lynch. Eras el mejor.