Los misterios de Abba
La biograf¨ªa ¡®Melancol¨ªa encubierta¡¯ se explaya sobre el empaste de las voces de Agnetha y Frida, la facilidad compositiva de sus compa?eros y el cuidado en sus grabaciones
En los a?os setenta, cuando Abba empez¨® a arrasar, algunos detalles despertaban suspicacias. Bj?rn y Benny, los compositores, confesaban que estaban suscritos a un servicio de Billboard: cada semana recib¨ªan ejemplares de los nuevos discos que entraban en el Top 100 de la revista, que analizaban minuciosamente. Luego estaba la ropa, que ¡ªay¡ª daba nueva dimensi¨®n al concepto ¡°hortera¡±.
Me he sumergido en ...
En los a?os setenta, cuando Abba empez¨® a arrasar, algunos detalles despertaban suspicacias. Bj?rn y Benny, los compositores, confesaban que estaban suscritos a un servicio de Billboard: cada semana recib¨ªan ejemplares de los nuevos discos que entraban en el Top 100 de la revista, que analizaban minuciosamente. Luego estaba la ropa, que ¡ªay¡ª daba nueva dimensi¨®n al concepto ¡°hortera¡±.
Me he sumergido en Melancol¨ªa encubierta. El libro de Abba (C¨²pula). El autor, Jan Gradvall, no menciona ese monitoreo sistem¨¢tico del mercado estadounidense. All¨ª, durante los sesenta, se practicaba rutinariamente el lanzamiento en sueco de ¨¦xitos internacionales. Ninguna broma: Stig Anderson, manager de Abba, gan¨® millones consiguiendo los derechos editoriales de centenares de canciones for¨¢neas, que luego traduc¨ªa. Lo que no se aclara adecuadamente: el proceso mental por el cual los implicados en Abba, estrellas locales, rompieron con el modelo anterior al empe?arse en exportar m¨²sica Made in Sweden, cantada en ingl¨¦s (y, puntualmente, en espa?ol).
S¨ª se clarifica lo de los uniformes, derivados del fen¨®meno de las dansband. Que no equivalen exactamente a nuestras orquestas de verbena. Pensadas para bailes formales, con rituales para buscar pareja, sus m¨²sicos vest¨ªan con colorines, pantalones acampanados, sat¨¦n, terciopelo, petos, zapatos de plataforma. Aproximadamente, el primer look de Abba.
Gradvall se explaya sobre el empaste de las voces de Agnetha y Frida, la facilidad compositiva de sus compa?eros, el cuidado en sus grabaciones. El ¡°quinto Abba¡± tambi¨¦n pudo ser su ingeniero de sonido, Michael B. Tretow. Estudioso de productores como Phil Spector, abierto a la experimentaci¨®n, dotado de la eficiencia necesaria para un grupo que grababa en d¨ªas sueltos en recintos modestos, al menos hasta la inauguraci¨®n de sus espl¨¦ndidos Polar Studios.
El libro de Gradvall no es una biograf¨ªa convencional. Se escapa por la tangente hacia an¨¦cdotas, como la del neurocirujano australiano que opera mientras suena m¨²sica de Abba o la popularidad del grupo en Vietnam, supuesta consecuencia de la pol¨ªtica exterior del primer ministro Olof Palme. Lo que mejor hace Gradvall: contextualizar al grupo dentro de la cultura y la sociolog¨ªa de Suecia. Eso implica describir movimientos aut¨®ctonos como los raggare, algo as¨ª como los rockers del ?rtico. O los proggare, en cerrada oposici¨®n a Abba, m¨²sicos de izquierdas, a veces con modos cantautoriles, siempre usando su idioma natal.
A diferencia de tantas queridas figuras del pop brit¨¢nico, los miembros de Abba no se convirtieron en exiliados fiscales: apoyaban t¨¢citamente la socialdemocracia sueca; podr¨ªa afirmarse que eran un resultado de la educaci¨®n musical universal y de las vacaciones en lugares c¨¢lidos, que acostumbraron los o¨ªdos escandinavos a estilos variados. La distribuci¨®n de tareas dentro del t¨¢ndem central ¡ªcon Bj?rn Ulvaeus escribiendo mayormente las letras y Benny Anderson dominando crecientemente el mosaico musical¡ª ayuda a entender la melancol¨ªa encubierta del t¨ªtulo. Las historias pod¨ªan ser asombrosamente banales o, atenci¨®n, reflejar los traumas de sus divorcios, como en la formidable The Winner Takes It All.
Queda mucho por averiguar. Gradvall habla m¨¢s de la industria sueca del arenque que de la cultura del alcohol, que afect¨® duramente al entorno de Abba. Y uno desear¨ªa algo m¨¢s de profundidad sobre la herencia del grupo: la transformaci¨®n de Estocolmo, a partir de los noventa, en gran factor¨ªa del pop comercial y/o bailable.